En el mundo vikingo no había nadie que no tuviese cicatrices. Como si estas fuesen una muestra de su dura cotidianidad. No es raro que ya de niños las consigan por caer durante los juegos o ya de más grandes, en los entrenamientos. Pero lejos de acomplejarlos, las mostraban con orgullo y no perdían la oportunidad de explicar la historia detrás de ellas en cada festín. Pero a parte de esas, hay otras cicatrices que no son visibles y que raramente se exteriorizan. Hiccup lo sabe muy bien.
Él es consciente que dentro de su ser hay cicatrices invisibles para los demás. No sabe exactamente donde, aunque a juzgar por las punzadas en el pecho que tiene cada vez que lo recuerda, sospecha que se encuentran en el corazón. Justo en ese órgano que late y que separa los vivos de los muertos. ¿Será que hay un límite de cicatrices con las que una persona puede vivir? Hiccup lo desconoce pero de ser así, espera que ese límite sea muy superior a las suyas. Porque calcula que a sus dieciséis años ya tiene unas cuantas. Y algunas no cree que hayan cicatrizado con el pasar de los años. Y, a este ritmo, sospecha que no lo harán nunca.
Todas ellas son cicatrices que le recuerdan una época lejana y cercana a la vez. Es difícil de explicar pero todo se reduce al día que decidió lanzar una red y perdonar la vida a un Furia Nocturna. Ese día, su vida cambió a pesar de que en ese momento no fuese consciente. Antes de ese hecho, él no era nadie en la aldea. Y aún puede dar gracias a que era el hijo del jefe o a saber si aún estaría vivo.
Recuerda que en algún momento se dio cuenta que no era igual a los demás. No sólo en el físico, también en el modo de hacer o de pensar. Cuando los demás respondían con la fuerza bruta a la mínima de cambio, él prefería hablar y encontrar una solución al problema. Muy estúpido tenía que ser si creía que los demás niños no encontraran eso divertido y decidieran llenarlo de moretones y golpes. Por eso agradece que Gobber decidiera convertirlo en su pupilo en la herrería. Así consiguió aislarlo más de los demás niños y evitar que fuese su blanco a todas horas. Claro que siguió recibiendo golpes, pero al menos se redujeron en los trayectos de casa a la herrería o viceversa. O en el camino hacia los recados sin la compañía del vikingo mayor. Pero siendo optimistas, esto le sirvió para analizar el perfil de sus abusones y crear estrategias para evitarlos. Evitar a los niños, otro cantar eran los adultos. De esos no podía escapar. Fuese donde fuese, podía sentir la mirada de decepción y lástima de los adultos. Encontraban una broma muy cruel, digna de Loki, el hecho que fuera el hijo de Stoick el Vasto. Y encontraban aún más inverosímil que fuese el siguiente jefe de la aldea, su padre el primero. Más de una vez escuchó a su tío proponer a Snotlout como el siguiente jefe y no eran muchos los que se negaban... Por no decir ninguno. Hiccup también pensaba por qué motivo los dioses le permitieron nacer a cambio de la vida de su madre. Quizá, de tener un segundo hijo, ese sería el indicado para seguir el legado de su padre. Su padre... Nunca lo miraba a los ojos. Nunca estaba en casa. Nunca estaba cuando más lo necesitaba. Siempre en la Sala del Consejo y cuidando a su aldea, pero nunca tenía tiempo para su propio hijo. "Tienes que convertirte en un vikingo digno." le decía en las noches tormentosas, esas donde parece que los dioses quieren romper el cielo, y Hiccup solo buscaba la calidez de alguien haciéndole compañía. Aún ahora odia las noches de tormenta.
Y como si de otra vida se tratara, desde que conoció a Toothless y sobre todo desde que derrotaron a la Muerte Roja, su vida ha dado un vuelco. Los otros jóvenes lo han aceptado en su círculo de amistad extraña y peculiar, integrándolo en sus locuras o peleas. Los adultos lo miran con orgullo y respecto, y hasta le piden consejos para mejorar ciertos trabajos manuales. Y por si fuera poco, su padre se ha vuelto un férreo defensor de que sea el próximo jefe. El único que no ha cambiado ha sido Gobber, porque el vikingo rubio siempre lo ha mirado con ojos orgullosos y ha creído en él.
Y no puede evitar pensar que hay algo malo en él. Sabe que tendría que alegrarse por ser reconocido, que lo hace, pero en el fondo no deja de preguntarse quién es para ellos. "Te lo dije, ¿recuerdas? No tenías que esforzarte en ser algo que no eres" le recordó el herrero con un guiño. ¿Y quién es él en realidad? Antes era Hiccup el inútil. Ahora es Hiccup el domador de dragones. ¿Significa eso que el día que desaparezcan los dragones, dejará de serles útil? ¿Se repetiría la misma historia? Ya ha tenido suficiente de soledad y lágrimas contra la almohada. Quiere seguir como si nada, pero no puede olvidar. No puede olvidar que antes de sus sonrisas, le mostraban desprecio. Que antes de risas y golpecitos en la espalda, él era el saco para ser golpeado.
Un golpecito húmedo y frío contra su mano lo saca de sus pensamientos. A su lado está Toothless que lo mira con esos ojos verdes tóxicos preocupados. Al saber que tiene toda su atención, vuelve a pasar el hocico por su mano al tiempo que gime bajito.
- Toothless... ¿Cómo me has encontrado?
Volviendo a gemir, pasa un ala por encima como si quisiera cubrirlo de la humedad de la noche. Y Hiccup no lo pone en duda.
- Perdón... No podía dormir y he venido aquí...
Al lago donde empezó todo. Desde ese día, el claro con el lago se ha vuelto su lugar especial al que siempre va cuando necesita pensar. Lejos de miradas y risas cambiantes.
Toothless sigue con la mirada fija en su castaño con pecas. Dragón y humano se conocen tan bien que en seguida saben cuándo algo preocupa al otro, y por eso, pone la cabeza sobre el muslo de Hiccup y empieza a ronronear. Riendo por lo bajo, el chico le acaricia la cabeza.
- Es verdad. Tú estás aquí. Aunque los demás me vuelvan a dar la espalda, tú seguirás a mi lado, ¿verdad?
El bufido que suelta Toothless se lo confirma y el leve mordisco a su mano es como le dijera "¿Acaso no es evidente, tonto?".
- Un poco tonto sí que soy.
Un gruñido es la única respuesta.
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Cómo entrenar a tu dragón week 2019
FanfictionRelatos en motivo de la semana temática #comoentrenaratudragon convocada por el grupo de MotinFanficker. #DÍA 1: Familia #DÍA 2: Reencuentro #DÍA 3: Nuevo entrenamiento #DÍA 5: Cicatrices #DÍA 6: Confesiones #DÍA 7: Capricho de dragón Los personaje...