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Alguna vez te has debatido tanto en un minuto ¿Qué parecen cinco?

"Lo bueno y lo malo", decían mamá y papá.
Casi irremediablemente lo que pensaba hacer estaba mal, a menos de que en conjunto del pequeño mal viniese un gran bien. Así lo tenía entendido más o menos, había escuchado a papá hablar de ello muchas veces, en lo que respecta a su trabajo.
Quizá lo que haría no estaba del todo bien, pero sus intenciones eran buenas, solo buenos deseos, y grandes.

Ahora estaba atocigada de cosas, tenía dos colitas que para nada le gustaban y le apretaban la cabeza, además no podía parpadear porque sus ojos estaban muy estirados y no le agradaba la idea de parecer un gato. También tenía un plan en mente, una máscara roja rota escondida adentro de sus almohadas, una promesa sin cumplir y una deuda. Pero todo era parte de lo mismo y lo primero que haría era hablar con papá, así todo se hilaria solo.

Necesitaba algo de paciencia para hacerlo, a fin de cuentas él ya estaba histérico por lo que sucedió hace poco. Su hija había sido salvada por Spiderman, pero antes de eso y más importante a su parecer estuvo en peligro. Fue un descuido, y él no lo entendía así.

Tendría que hablar con él y saber que decirle al principio era fácil, que tenía un nuevo amigo y quería visitarlo. De pronto sería eso, ya sabía su nombre y le pediría a la IA de su papá buscara su dirección. Mientras se mantuviera cerca de él podría cumplir todo lo demás.

Dos veces que le contactó para hablar en un parque, cabe mencionar que con hombres asfixiantes de seguridad. Aún así ambos disfrutaron estar juntos, olvidando todo el tema de su extorsión, al menos por ahora.
Ya que su sobreprotector padre se encontraba presente poniéndolo incomodo y aplastado por toda su personalidad.
Hablaron poco y casi rigurosamente.
Según el plan de Morgan debería actuar normal. Y todo su secreto se mantendría a salvo.

Era un hecho que la niña lo desquiciaba y mantenía feliz al mismo tiempo.
Era caprichosa y con convicción, además su plan no sonaba tan loco y posiblemente les funcionaría a los dos. Y el chico sólo debía pensarlo más a fondo.


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Parecía completamente extraño, ya lo conocía pero se sentía inquieto, inseguro.
Confiaba en Morgan pero su sentido arácnido le decía que algo andaba mal. Lo más probable era que ni siquiera funcionara. Había un algo que le picaba la nuca, un presentimiento extraño, quizá solo el era enfrentarse a algo tan poco meditado (o algo un poco máscomplicado que eso).

Él sabía desde el principio que nunca fue un buen trato, era interesante que una niña fuera tan oprimente con él y considerablemente tierna.
El buscaba trabajo, no pensaba en ser niñera, pero no estaba mal, sin embargo había visto algunas veces ya al papá de la niña, y ella lo había mencionado dijo que tenía mucho dinero, eso lo intimidó el par de veces que se vieron en un frustrado intento por compartir palabras, justo después de un:
— ¿A que te dedicas? — ¿Estudias? —
Y otras cuantas preguntas de protocolo.
Si ese chiquillo se porto sospechoso, era porque aquel hombre aludía sus titulos, realmente era imponente.

Más hace unos días  había sido llamado por un número privado desde nada más la gigante empresa Stark Industres, por la persona de recursos humanos según dijo cuando se presentó por teléfono aquel día por la mañana. Y según las instrucciones; alguien pasaría a recogerlo hoy en la tarde, al rededor de las siete, tendría que encontrarse afuera de su casa cinco minutos antes con todos sus documentos estudiantiles en la mano.  Extraño si solo era amigo de la niña, pero tomando en cuenta su posición tratarían de protegerla a costa de todo, incluso de un ignorante; pensaba Peter.

Se preguntaba porque si ese hombre tenía acceso a su dirección personal no tenía sus calificaciones. Además de para qué las necesita. El punto ciego aquí es que a pesar de estar en una escuela preparatoria pública de no muy altos recursos, era una escula segura y se negaron totalmente a violar de cualquier manera la política de privacidad respecto a un alumno. Así que la actividad de sus últimos tres años quedaría en resguardo cuando menos hasta que se graduará, y para ello no faltaba más de dos semanas.
Justo por ello encontraba los pronósticos 60% a 40%.
Aceptaría, ya lo tenía claro, necesitaba efectividad para ayudar a su tía. Lo malo es que el no se podía auto contratar, eso solo dependía del hombre en cuestión.
Sabía tratar con niños, normalmente, pero Morgan era otra cosa para él, después de salvarla el día en que intento chantajearlo, supo que ella era especial.


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