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 –CAPITULO 1–

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Cuando el agua salpico con fuerza bruta por el repentino descenso del ancla y el muelle se remojo una vez mas en ese atardecer de rojo intenso, se lanzó de un solo salto un pequeño de sombreo de paja, corrió y corrió haciendo resonar sus sandalias por el puente de madera.

—¡Al fin, aventuras y comida!—muy alegre se fue al pueblo.

—¡Luffy no hagas imprudencias, recuerda que estaremos aquí hasta mañana!— grito Nami en vano.

—¡Comida!

Y, el pequeño Luffy no estaba equivocado, la falta de comida en el barco se hizo notar por unas semanas. Por supuesto, sobrevivieron gracias a que la pesca tenía éxito, pero no era constante y la comida se volvía repetitiva, de no ser por la grandes habilidades culinarias de Sanji y el exquisito cambio de sabor que lograba, terminarían aburridos del mismo sabor a pescado. Siendo honestos, Luffy, no notaba el cambio solo comía sin parar a saborear, lo hacía a ciegas confiando en su cocinero.

Sanji sacó su encendedor, pero lo guardo al instante al recordar que no tenía cigarrillos.
—Se fue.

—Si ¿Que hacemos?—pregunto Zoro.

—Chicos ¿irán juntos?— preguntó Usopp de repente.

Los integrantes de los mugiwaras sonrieron de manera picara, en especial Robin, quien fue la única que presenció accidentalmente con su hana hana no mi uno de los encuentros de la posible pareja. De inmediato, Sanji experimento la vergüenza de una profunda observación insinuante, sin perder el tiempo tomó la muñeca de Zoro.

—Acompáñame a comprar los suministros.

—¿Ahora?

—Si— contesto secamente.

«Debo acabar esto, ya todos sospechan no quiero que piensen mal, todo es por satisfacción. Además no quiero confundirme más, se reirá de mi si lo sabe. No puedo permitirme quererlo de esa forma.» pensaba el rubio.

El espadachín se adelanto en el camino, apoyo su mano en las empuñaduras de sus espada para caminar con mas comodidad. Sanji le siguió en silencio, algo que incomodaba un poco a Zoro.

—¿Te duele?— pregunto. Había volteado a buscar al chico de caballera rubia.

Él caminaba lentamente con un extraño cojear, cuidadoso y con pasos cortos. Ademas, Sanji tenía un leve rubor que su tez blanca no dejo pasar desapercibido.

—Mierda, te odio— dijo—, sera la última vez que lo intentamos, ahora ve a entrenerte con otro sujeto.— murmuró.

—¿Sujeto?

—¡Si! ¡Ni se te ocurra poner a esa bestia en una bella dama!— gritó enrojecido. Y, apuntó con enojo la entrepierna del peliverde.

—Espera...

—No se diga más, maldito espadachín de mierda, te odio.— grito por última vez y salió corriendo mientras daba alaridos de dolor.

—Veo que si le duele— rasco su nuca, siguió mirando al rubio y largo un suspiro—, creo que me excedí. Aunque fue decisión de ambos...

Un poco vació se sintió cuando se marchó. Sentía que se había precipito al pedirle de aquella manera tener encuentros íntimos, pero era la única forma que se le ocurrió, aprovechar el estado de debilidad del rubio para acercarse a él. Al seguir ese impulso entendió cuanto quería al cocinero, sin embargo no pudo decírselo.

You, me and a baby? (Pausado)Where stories live. Discover now