You, me and a baby? (Pausado)

4

—CAPÍTULO 4—

* * *

1

El aroma fresco a bebé le desataba seguridad a sus sentidos, no sentía la necesidad de despertarse, sabía que Dai dormía limpio y tranquilo, la respiración del pequeño era cálida, palpando de vez en cuando su cara. En demasía su tranquilidad se vio suspendida, había algo mas allí que no terminaba de encajar, el rubio apretó sus ojos cuando una ráfaga de aire caliente le llegó con mas fuerza, se despertó, encontrando solo oscuridad a su alrededor, luego sus ojos se acostumbraron y vislumbraron con claridad el rostro moreno de Zoro, «¿Que?» se preguntó, sin llegar a una conclusión, Intentó levantarse, pero tanto como la pequeña manito de Dai sujetando su camisa y los brazos de Zoro rodeándo al pequeño rubio mientras abrazaba desde la cintura a Sanji, le dificultaron todo movimiento brusco.

Parecía extraña esa posición tan protectora de Zoro ante ambos, que le resulto encantador. Iba a ignorar el hecho de que estaban peleado y marcaron distancia, tambien olvidaria que existió ese día, solo agarró la mano del espadachín, entrelazandola entre sus alargados dedos blancos.

—Estas despierto — afirmó Zoro, abriendo los ojos.

El rubio decidido a apartar su mano, fue sujetado con mas firmeza por el moreno.

—¿Que haces, idiota? Sueltame— susurró para no despertar al bebé.

—Tú me agarraste primero. Ademas se siente bien calido, dejala ahí.

—¿Por que estamos aquí? ¿Que paso con la cena?

—Dormiste todo el día, yo cuide a este niño y Nami hizo la cena, pero nos cobró a todos, repartimos tareas para dejarte dormir— Mientras Zoro le contaba, Sanji escuchaba atentamnete, entre tanto, con su pulgar acariciaba el dedo índice del moreno—, ellos eligieron no despertarte hasta que tú lo hagas, Chopper dijo que así sería mejor para que descansaras mas apropiadamente.

—Entiendo, pero..., ¿cuando me trajeron aquí?— preguntó ya mas conciente, no estaba en su camarote ni mucho menos en su litera, sino en el nido del cuervo, recostado sobre un par de mantas y tapado con una de ellas.

—Ah, eso, este mocoso no se despegaba de ti y estuvo despierto varias horas encima de tu pecho. Cuando lo alejaban de ti, lloraba, por alguna razón solo se despega con Chopper. ¡Ah! a mi también me deja levantarlo.

«Pero por alguna razón es para pellizcarme o patearme», pensó molesto, pero ignoro eso.—. Bueno, Nami me dijo— Porque el espadachín, no reconocería que esa mujer de cabellos bermellones, lo amenazó—, que me encargue de ustedes, así que los traje a ambos aquí, desde que nos acostamos no se desprendió de tu camisa y se durmió.

—Este niño— le sonrió al bebé que dormía, despues de hacerlo miro a Zoro—, ¿y, nosotros?

Zoro soltó la mano del rubio, dejando un vacío en su corazón.

—Olvidemoslo— contestó—, tú y yo, lo hicimos sin pensar, llevamos esto demasiado lejos.

—Ni tanto, pero podríamos fingir que nada pasó, nos dijimos suficiente, la misma cantidad, fue algo equitativo a la vez— sonrió. Lo miró por un minuto y se rieron juntos.

Un silencio incómodo se formo. Sanji para romper esa horrible sensación, agarró la mano de Zoro, hacer eso, logro que un poco de su consternación se disipara, esa que gano cuando peleó con el espadachín. La tensión aumentaba y las palabras no ayudaron, no al menos a una persona.