C U A T R O

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—¿Me perdí de algo? Sí es así no quiero que me lo oculten, puedo cortar la tensión hasta con una galleta—Luhan deja de masticar su trozo de sándwich y Sehun, que ya había terminado desde hace unos minutos, no hizo el esfuerzo por responder a la inquisitiva mirada de Baekhyun, su tercer compañero de habitación.

—En realidad...—trata Luhan, pero calla de inmediato pues no sabe cómo definir la incómoda situación—. No es nada.

La respuesta no lo convence.

El chino aprecia mucho a Baekhyun ya que es amable y empático. Lamentablemente no se veían mucho porque el pelirrojo trabaja medio tiempo después de clases y regresa tarde. En ocasiones Luhan se despertaba al escucharlo entrar y le preparaba una liviana merienda mientras él se daba una ducha rápida.

No hablaban mucho más que el tiempo que Baekhyun tardaba en comer, sabía que su compañero estaba cansado y lo dejaba irse a cama de inmediato.

No suelen hablar mucho puesto que casi no se ven. Una o dos veces al mes Baekhyun no asiste al trabajo y pasa la tarde con ellos. Sehun no lo dice, sin embargo, el ruidoso Byun también le agrada, pues suele acompañarlos al cine o a comer fuera.

Ese chico es de los pocos que saben de la situación de Luhan y Sehun, y aun si el chino no le dijo una palabra, un día Baekhyun se sentó a su lado y dijo ¿De entre todos los coreanos tenías que fijarte en ese narizón? Estás metido en un jodido problema, ¿Lo sabías?

No se dio cuenta hasta que ya estaba en el agujero.

Sehun, que se mantenía observando su celular, de repente se levanta de su asiento y se disculpa diciendo que regresa más tarde, eso deja a ambos chicos observando la puerta detrás de su salida.

Uno de ellos con el ceño fruncido y el otro con mirada desconsolada.

—¿Lu-ge? —insiste el pelirrojo.

—No es nada, solo...una pequeña discusión—intenta restarle importancia.

—¿Desde cuándo las discusiones con Sehun son pequeñas? Él hace una maldita bola de nieve, así que habla antes de que te obligue a hacerlo.

Luhan ríe un poco debido a que sabe que los métodos de tortura de Baekhyun no son tan eficientes como él cree. Pero la sonrisa se le borra del rostro muy pronto. Tiene días su incidente, no ha hablado con Sehun ni con Minseok, pues este último parece evitarlo a propósito.

Durante sus horas libres la pasa solo y al regresar al dormitorio, Sehun no se aparece sino poco antes del toque de queda. Hasta ese punto se odia a sí mismo por no saber estar solo, por esos pensamientos que le gritan que debe disculparse con Sehun, por esos otros que le gritan que debe mostrar un poco de orgullo, porque después de todo fue él quien salió lastimado.

Odia la soledad, odia ver la banca de al lado desocupada, odia comer solo, odia ver la habitación desolada.

Está tan frustrado y triste por la situación que no se percata que se encuentra llorando mientras le relata sus días de mierda a Baekhyun.

—Lamento no pasar más tiempo contigo, Lu-ge—dice el pelirrojo mientras lo abraza, es ahí cuando Luhan se aferra a la camisa del chico y llora con más fuerza —. Creo que Sehun y Minseok pueden irse a la mierda, han sido unos malos amigos. En realidad, de Sehun no me extraña, ya sabes, él siempre ha sido arrogante y orgulloso.

—Sehun no solía ser así antes—murmura más tranquilo, ahora que Baekhyun le ha ofrecido una de sus cajitas de jugo con tal de que deje de llorar.

—Me es difícil imaginarlo de otra forma—Luhan sabe que no es el único al que le cuesta comprender la oración. En ocasiones él suele repetírsela las que veces fuera necesario para no olvidarla, para que cada que observe a Sehun no sólo vea el ser roto y vacío en el que se ha convertido.

[...]

En el basurero hay envases de bebidas energéticas y tazas de café vacías por los alrededores. Luhan ha pasado varias noches sin dormir por trabajar en un proyecto. Por la mañana solo tomó una rápida ducha y a pesar de que Sehun le dirigió unas simples palabras como:

—¿Te vas sin desayunar?

—No, voy tarde.

Fue lo único que respondió.

Se sintió peor que la mierda. Luhan seguía molesto, debía reconocer que su amabilidad acompañada con indiferencia lo hería. Por qué Luhan siempre volvía a él, aunque no se disculpara, aunque no sintiera que era su culpa y aunque fuera un maldito hijo de puta.

—Sehun...—la delgada voz de Luhan llamándolo hace que lo observe como si tuviera dos cabezas.

Sus anteojos se encuentran ligeramente caídos por lo que no hay obstáculo que le impida mirarlo a los ojos, su piel se ve pálida y tiene unas enormes ojeras que el maquillaje no ha podido disimular.

—Si no te molesta...—duda y se relame los labios, movimiento que no pasa desapercibido para el pelinegro— ¿Puedes dejarme trabajar a solas?

Él parpadea confundido.

—¿Qué...?

—Me incomoda que solo estés observando y tampoco me permite concentrar.

Sehun ni siquiera se había percatado de que estaba observándolo con insistencia.

—¿Cuánto tiempo me quieres fuera? —pregunta colocándose sus zapatillas, no esperaba ceder tan rápido, no obstante, viendo el estado de estrés de Luhan decidió darle su espacio.

Además, también necesita despejar su mente.

—No estoy seguro...—responde volviendo su vista al plano que tiene sobre el escritorio—. Quizá para las 7:00 ya haya terminado.

—De acuerdo, traeré algo para cenar.

Cierra la puerta a su espalda y a partir de ese instante tiene cinco horas libres, no se le ocurre en dónde o en qué podría gastarlas. La idea de molestar a uno de sus compañeros de clase se vuelve tentadora, pero solo decide dar una vuelta por las calles del distrito e ingresar a unas tiendas a husmear sin comprar algo en especial.

Algunas empleadas se le abalanzan tratando de llamar su atención, mas ninguna se le hace demasiado atractiva como para pedirle su número.

—¿Sehun-ah? —escucha antes de abandonar el local. Un escalofrío recorre su columna vertebral y ahora parece que sus pies se han plantado en el suelo.

Gira su cabeza en dirección al llamado y ahí ve a un hombre alto con cabellos rubios.

—Taemin...

Este sonríe e intenta acercarse con cautela, para ese punto Sehun intenta calmar el golpeteo de su corazón, sin embargo, le es imposible, pues sus músculos se han adormecido impidiéndole salir corriendo.

—¿Cómo has estado? —sabe que Taemin intenta ser gentil, aun así, él no desea siquiera estar en su presencia —. Hace tiempo que no te veía, has crecido bien...espera a que le cuente a tu padre —agrega con una sonrisa extendiéndose por todo su rostro.

—Me tengo que ir—pronuncia con un poco de temblor en su voz, la simple mención de su padre ya lo tiene a punto de entrar en una crisis.

—Sehun, sé que no estamos en los mejores términos. Pero a Minho le gustaría que...

—Adiós—corta y sale a grandes zancadas del lugar.

Tienen que pasar varias cuadras para que se respiración y pulso se tranquilicen. Habían pasado cinco años de la última vez que vio a Taemin y la sensación de que ha traicionado a su madre no lo abandona aún si su encuentro fue accidental.

...su padre engañó a su madre.

Las voces vuelven de pronto. Y sí, su padre engañó a su mamá con su tutor. 

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2019 ⏰

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Enigmatic [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora