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Los últimos rayos del atardecer pintaban de rojo y naranja el camino mientras Ji Yong estacionaba su motocicleta enfrente de la verde casa victoriana un poco después de las ocho de la noche. Se quitó el casco, no se molestó en dejarlo colgado en la motocicleta, lo llevó bajo su brazo mientras subía los escalones del porche.

Él había desperdiciado toda la maldita tarde frustrado. Al dejar la universidad tenía totalmente la intención de llegar a su casa, tomar algo de ropa e irse a Chicago para tratar algunas cosas de una vez por todas con SeungHyun. No iba a dejar que el hombre huyera. Estaba determinado a confrontarlo directamente.

Pero después llamó al hotel en Chicago y descubrió que el "doctor Choi" no solo no se había registrado sino que no había cambiado sus reservaciones y que aún lo esperaban el siguiente fin de semana. Ji Yong había comenzado a preocuparse de nuevo. Una llamada telefónica al agente de viajes que atendía el campus y que usualmente hacia los arreglos de los viajes para la gente del campus lo confundió más. El agente le había dicho que SeungHyun se había puesto en contacto para cambiar la fecha del vuelo, pero cuando había llamado al aeropuerto para confirmarlo se enteró que no había cambiado el boleto directamente en la aerolínea.

Ji Yong no sabia qué diablos había sucedido pero el único lugar en el que sabia que podía encontrarlo, era revisando la casa de SeungHyun de nuevo. Llamó al número de la casa de SeungHyun y nadie contestó, pero eso no quería decir que SeungHyun no estaba ahí. Podría ser que sólo no quería contestar el teléfono.

Si nadie estaba en la casa. No sabría qué más hacer. Él probablemente tendría que esperar el resto de la semana hasta ir a Chicago el domingo, cuando estaba seguro de encontrar a SeungHyun.

Sólo había tocado la puerta en una ocasión cuando la puerta se abrió.

SeungHyun estaba ahí, vestido en unos holgados jeans, una camiseta gris y una chaqueta cazadora de piel. Sus llaves en la mano como si fuera a ir a algún lugar.

Ellos se vieron uno al otro y él no estaba seguro quién de los dos estaba más impactado. Notó que SeungHyun estaba pálido, con oscuras ojeras. Se veía tan exhausto como Ji Yong se sentía, y un cálido hormigueo de anhelo y necesidad de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, lo inundó.

Sólo que no podía dejar de pasar la dolorosa sensación que aún seguía sintiendo ardiendo en la boca de su estómago. Una rápida vista a las llaves en la mano de SeungHyun y eso agudizó su dolor.

—¿Vas a algún lado?— murmuró, incapaz de mantener la amarga tensión en su voz.

Una tormenta nublaba los azabaches ojos de SeungHyun. Él vio hacia su mano como recordando que las llaves estaban ahí y de nuevo a Ji Yong. —No. Ya no.— Dejó las llaves en la bolsa de su chaqueta y se hizo a un lado manteniendo la puerta abierta.

Ji Yong lo vio un momento, entonces entró a la casa, sus hombros rozando los de SeungHyun. Trató de ignorar la chispa eléctrica que se sintió con el simple toque, y el modo en el que su traicionero pene respondía en respuesta.

SeungHyun cerró la puerta detrás de él, se quitó la chaqueta y la dejó sobre la banca en la entrada del vestíbulo. Ji Yong dejó su casco en el brillante piso de madera al lado de la puerta y también se quitó su chaqueta.

Sin decir una palabra, SeungHyun se movió por el vestíbulo, pasó frente a las escaleras de roble y entró a la sala.

Finalmente siguió a SeungHyun que salió por las puertas traseras francesas a la aislada terraza. Las casas en ese vecindario estaban cerca, los terrenos eran pequeños, pero había arces y olmos en el patio que escondían toda la casa. Entre los árboles y las enormes lilas que flanqueaban la cerca, la terraza era privada, Era como entrar a un mundo privado con dulces aromas.

『 The Professor's Secret Passion 』 » GtopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora