Capitulo 2: Pérdida

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Recuerdo que algunos días cuando papi no estaba en casa, un señor muy alto venía a visitar a mami, siempre me traía dulces y me acariciaba el pelo,eran las únicas veces que mami estaba contenta por otro persona que no era yo, pero siempre acababan discutiendo y mami llorando cuando el señor se iba...

Despierto sin aliento y con el ritmo acelerado, no hay noche que los recuerdos me atormenten. Había pasado una semana desde aquel altercado y aunque Cloe y yo solo hemos sufrido unas cuantas jugarretas de niñatos, sé que ojos grises también conocido como Hades forma parte de la élite, es más es el rey de todo, siempre anda con sus mejores amigos, Nathaniel, un rubio con cierta obsesión con Cloe y Aaron, un moreno que al parecer se la suda todo.

He notado durante toda la semana como los ojos de Hades me perseguía, sé que planea algo por lo que estos días he estado más atenta que nunca alas cosas que pasan a mi alrededor. Me levanto de la cama con cuidado de no despertar a Cloe que ronca suavemente.Salgo de la habitación y pongo rumbo a la cocina de la cafetería con la idea de conseguir un poco de agua, cuando estoy apunto de entrar en la puerta que divide la cafetería con la cocina escucho una conversación entre dos hombre, una de las voces me suena familiar.

-Te lo estoy diciendo muy claro, como no tengas la información que necesito mañana dile adiós a tu preciada beca.

-La voy a conseguir solo necesito un poco más de tiempo, no es tan fácil meterse en la intranet como te piensas.

-Me da igual, como no lo tengas puedes estar haciendo las maletas friki.

Me pongo de puntillas y me asomo a unas de las ventanas de cristal que tienen las puertas con la esperanza de ver a quienes pertenecen aquellas voces, veo un chico moreno con rasgos latinos mirar al otro chico que esta de espaldas con cara de ira contenida, nunca lo había visto en el internado, pero tampoco he estado muy interesada en ser sociable, sobre todo cuando pintan en mi taquilla ciertos insultos.Veo como el que esta de espaldas retrocede hacia la puerta donde estoy asomada, me separo de la puerta y busco un lugar para esconderme, cuando el chico sale de la puerta me quedo sin respiración, no es nada más ni nada menos que el dios del infierno,Hades.

Después de estar escondida casi media hora estoy de vuelta en mi habitación , no sé como puede tener la cara tan dura de amenazar a una persona, y más con sus estudios, su futuro, además ¿ Cómo iba él a poder quitar una beca a un alumno? Al parecer el ego de Hades no tenía limites, se creía encima de todo incluso de las normas obvias. Tampoco entendía porque el otro chico le seguía la corriente en vez de reírse de él en su cara, era absurdo, y sobretodo ¿De qué información hablaba el de ojos grises? Eran demasiadas preguntas sin respuestas. Pero algo tenía seguro, Hades no se iba a salir con la suya, si aquel chico moreno no iba a denunciar tal abuso, ella lo haría,mañana iba a hablar con el director y dejarla las cosas claras al chico del infierno.

Me removí por tercera vez en aquella silla de cuero mientras unos ojos azules me miraban fijamente sin decir nada, después de explicarle todo lo que oí la noche anterior al director, este solo pronunció un "muy bien" creando en su despacho un silencio incomodo y una tensión que se podía cortar con unas tijeras. Sus ojos parecen atravesarme, como si supiera todo de mí, notó que intenta no mirarme directamente a los ojos sino a otras partes de mi cara, eso me recuerda a mi tía Violet. Sin embargo no puedo saber porque le incomoda tanto mis ojos como para no querer mirarlos.

-¿No va a decir ni hacer nada a parte de "muy bien"?- Mi incomodidad e indignación en esos momentos había llegado a su tope.

-Hablaré con el susodicho, gracias por informarme, puede marcharse-Dice con un tono molesto, sin más se vuelve hacia su ordenador ignorando mi presencia.

Me levantó enfadada y me controlo para no dar un portazo, no puedo creer que me haya tratado así, parece que fui yo la que fue amenazando a un pobre chico y no el verdadero culpable, cada día encuentro este lugar más insoportable.

Las clases pasan como siempre, con burlas del grupo de zorrillas dirigidas a mi y a Cloe, aunque tengo que decir en favor de ellas que hoy han innovado pegándome en el pelo un chicle, la razón por laque ahora este enfrente del espejo con unas tijeras en las manos,suspiro y hago el primer corte mientras recuerdos de mi madre peinándome mi pelo mientras tarareaba canciones vienen a mi mente,mechones de pelo caen al suelo al mismo tiempo que mis lágrimas. Escucho unos golpes en la puerta y seguidamente entra Cloe.

-Dios, Atenea lo siento tanto- Me abraza por detrás mientras suelta palabras de consuelo, echaba de menos que alguien me consolara.

Cloe coge las tijeras de mi mano y va arreglando el desastre que había armado en mi pelo, cuando termina, mi pelo que antes me llegaba casi a la cadera ahora esta casi por encima de mis hombros.Estamos limpiando el suelo del baño cuando Cloe recibe un mensaje,al verlo se pone pálida para luego pasar a estar más roja que el tomate, cuando le pregunto sobre que le pasa empieza a tartamudear y me da una leve excusa para seguidamente salir casi corriendo de la habitación, aunque me parece raro su comportamiento, ya ha hecho lo mismo durante la semana que he estado aquí, le he intentando sacar el motivo de tal comportamiento pero siempre acaba cambiando de tema,no le doy mucha importancia, al fin y al cabo todo el mundo tiene sus secretos.

Al salir del baño veo las llamas de Cloe encima del escritorio, vaya otra vez voy a tener que abrirle la puerta. Me tumbo en la cama con mis apuntes y tareas, cuando llevo casi una hora escucho unos golpes en la puerta, seguramente es mi compañera, me levanto y abro la puerta con una sonrisa, pero cuando veo quien se encuentra al otro lado inmediatamente esa sonrisa desaparece, intento cerrar la puerta pero Hades es más rápido y consigue entrar en mi habitación cerrando la puerta detrás de él. Nos miramos fijamente pero ninguno dice nada, pasan los segundos y seguimos igual hasta que decido acabar con este intercambio de miradas.

-¿Se puede saber quien te ha dado el derecho de invadir mi habitación y privacidad?

-Mira quien habla, la que escucha conversaciones ajenas y luego va corriendo a decírselas al directos , no sabes en donde te has metido princesa- Me da una sonrisa ladeada mostrando un hoyuelo hasta ahora oculto, sino fuese porque estoy sorprendida de que me haya descubierto ahora mismo mis bragas estarían empapadas.

-Y-yo no sé de que estas hablando

-Ahora no te hagas la tonta, sabes muy bien lo que has hecho, creía que eras más valiente- Voy retrocediendo poco a poco mientras que él avanza.

-¿Quién te crees para ir amenazando y asustando a las personas?- Me topó con la pared y él aprovecha para pegarse a mi cuerpo poniendo sus brazos a cada lado de mi cabeza, estamos tan juntos que prácticamente estamos respirando el mismo aire.

-Soy Hades, el dios del infierno, este internado es mi reino, y tu vida desde ahora también lo será, va a ser divertido ver como te pierdes, voy a hacer que no puedas vivir sin mi, haré realidad todas tus pesadillas, y finalmente veré como poco a poco te desvaneces-Sus manos sujetan mi cuello y estampa con fuerza y posesión sus labios contra los míos, no es un beso pero ni de cerca es un pico,un pico no es algo tan oscuro y adictivo como lo era eso.

Sin más me suelta y se va dando un portazo, mis piernas se sienten débiles, dejo que mi cuerpo se deslice por la pared hasta que me quedo sentada mirando a la nada, debí decirle que es imposible que él me ve perderme, por el simple hecho de que ya estoy perdida.

Presunta inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora