CAPÍTULO 10

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Las puertas corredizas del ascensor se abrieron dejándome quedar enfrente de mi puerta,saqué las llaves de mi bolso,mi pulso temblaba,logré meter ésta en la cerradura,giré abriendo la puerta,pensé varias veces si entrar o marcharme y escapar de la charla que me esperaba.Pisé con el pie derecho la madera del suelo del salón,abrí un poco la puerta y entré,escuché el ruido del agua y de los platos en la cocina,cerré la puerta,el grifo se cerró,cogí aire y me dirigí hacia la cocina para afrontar de una vez lo que me tocaba,antes me quité el abrigo y lo colgué en el perchero junto a mi bolso.

-"Hola mama."-Acaricié el mármol de la barra americana,ella se encontraba al otro lado.Hizo caso omiso de mis palabras y siguió lavando los platos.

-"Mama..."-Llamé ahora en un susurro.Se encontraba al otro lado de la barra dándome la espalda.

-"¿No me vas a hablar?."-Alcé la voz ya cansada de su juego.

-"Cuida tu tono jovencita."-Amenazó secando el último plato.

-"Lo siento,vale."-Me coloqué a su lado mirándola.-"Siento no haberte llamado."-Hablé con tono desesperado.Me dedicó una breve mirada y caminó hasta el salón que comunicaba con la cocina. Apoyó sus manos en el respaldo del sofá dándome de nuevo la espalda.

-"¡Genial!."-Grité dirigiéndome hacia las escaleras y subiendo por éstas.

-"Yo no te eduqué así."-Me paré y bajé un escalón.-"Yo no te enseñé a hablar con mentiras."-Bajé de vuelta al salón,se encontraba de pie,mirándome fijamente.Estaba en estado dramático.Puse los ojos en blanco girandome y bajando nuevamente a la moqueta.

-"Nunca te he mentido."-Achiné los ojos.

-"¿Dónde me dijiste qué dormiste?."-Provocó recordando mi pequeña mentira de que dormí con Marta.

-"¡Tengo 21 años por el amor e dios!."-Chillé.

-"Solo te pedía una maldita llamada,me pasé la noche en vela por ti,preocupada por si algo malo te había pasado,no contestabas a mis llamadas y cuando por fín te dignas a atenderme escucho la voz de un chico que para colmo no es Max.¿Qué crees que se me pasó por la cabeza?."-Exigió.

-"Tengo derecho a ser libre,no soy una cría y la mayoría del tiempo me la paso trabajando."-Eché en cara.Rió forzadamente.

-"Mientras vivas bajo mi techo,se hará lo que yo diga."-Escupió.

-"¡No puedes retenerme en casa!."-Levantó una ceja.-"¡No soy una niña!."-Agregué.

-"Ya sabes las normas,mi casa,mis órdenes."-Contestó firme caminando hacia las escaleras,permanecí en el lugar.

-"¡No eres mi madre,para decirme lo que debo hacer.!"-Reproché,escuché como paró en seco a mis espaldas,lamenté por un instante haber dicho eso, caminó hacia mí.

-"No,no soy tu madre."-Calmó su tono,le había lamentado.-"Pero os acogí en mi casa como si fuérais mis hijas,os di un techo,comida,os alisté en los mejores colegios,os di ropa nueva y un futuro que poca gente os lo podía asegurar,aún así sabiendo que no habías salido de mi vientre."-Mis ojos se llenaron de lágrimas,no tenía el valor de girar y mirarla a la cara.-"Ahora por favor,recoge tus cosas y sal de mi casa,si lo que deseas es hacer lo que quieres,doy por finalizada ésta conversación y porfavor no hagas más daño a Max."-Mi piel se erizó,finalmente mis lágrimas cayeron por mis mejillas.

LA LEY DE LA CALLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora