Una mezcla de miel y café

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Llegué en poco tiempo a mi casa, no había mucho tráfico. Me senté en mi sillón preferido, saqué un libro y me puse a leer un rato.

Me aburrí.

Estaban todas las luces apagadas, la única luz que había era de la luna llena. Es hermosa.

Abrí la mampara que estaba en mi cuarto para que entrara un poco de aire. Yo estaba con un pantalón jean, un bividí, y unos zapatos de cuero. Había sacado una cerveza para relajarme un poco.

Mi departamento estaba en el 5to piso, era una suite. Decidí meterme un rato al jacuzzi.

Vibra mi teléfono, alquien llama.

A quién se le dá por joder a esta hora..

-Diga.

-Rick Goster?

-Depende, quién habla?

-Le habla Madeleine McBridge. Encargada publicitaria de la revista The NewYork Times.

-Qué quiere?

-Queríamos proponerle un trato y usted ganaría una gran suma de dinero.

-No.

-Le parece si nos encontramos en algún lugar para conversar mejor?

-Vale. Déjeme su número, la dirección y hora en un mensaje de texto.

-Vale.

Mensaje: +1705412019/ La Colombe/ 7:30 p.m

Salí de mi departamento a las 7:00 p.m. No quería llegar ni tan antes y tan después, y La Colombe estaba cerca, así que fui un rato a caminar. Estaba lloviendo.

Llegué 7:30 en punto, la vi. Era una mujer bella, tenía el cabello anaranjado con rulos bien formados, un vestido verde Jade con una sola manga, un sacón negro que le cubría las piernas, tacos altos, maquillaje moderado. Había pedido un expresso y estaba escribiendo algo en una tablet. Yo estaba con un pantalón negro, saco plomo, zapatos negros y un sombrero.

Entré y me senté frente a ella.

-Buenas noches.

-Buenas noches, encantada. -Me estrechó la mano-

-El gusto es mío. -Le sonreí-

-Bueno, como es una noche preciosa, no vengo a molestarlo con el trato que pensábamos proponerle, sino para disfrutarla y conocer mejor a quién estoy tratando.

-Bien.. bueno, a qué se dedica a parte de ser la encargada publicitaria de esa revista?

-Se podría decir.. que soy periodista. Usted?

-Ah.. soy empresario. Dueño de la compañía de autos Goster.

-Vaya, está casado?

-Oh Dios, no. Me gusta disfrutar de la soledad y soltería haciendo lo que me gusta.

-Bien.. tiene hijos?

-Ninguno.

-Uhm, esto más parece una encuesta.-Soltó una risilla-. Pero me gusta.

-Me parece bien.

Sus ojos eran color miel, pardos, brillantes y grandes.

Me encantó.

Sentirse asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora