Wanderlust. | Mike.exe × Trollino

One.

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—¡Oh, por fin despiertas!— Hablo alguien cerca de sí.

Se removió incómodo por su poción, sus manos y piernas estaban atadas y un poco de cinta adhesiva cubría su boca. Abrió los ojos totalmente encontrándose así con su contraparte "buena".

—Déjame quitarte esto...— Murmuro el ojigris tomando por una esquina la cinta y retirándola con cuidado de su rostro. —Perdón por atarte, Trolli fue muy estricto con su orden, pero bueno, supongo que lo entiendes ¿no? El no confía en ti después de lo sucedido.

No se inmutó en hablar, realmente no tenía mucho que decir más que se callara de una vez, cosa que no hizo por no gastar saliva. Cerró nuevamente los ojos recordando lo que había pasado antes de desmayarse, suspiro frustrado ante el dolor que le ocasionaban sus heridas.

—Ah... llevas un día entero aquí por si te intere...

—No lo he preguntado así que porque no te callas de una buena vez.— Lo interrumpió de mala gana, Mike trago saliva nervioso.

—Prepare comida por si tienes hambre...— Murmuro sonriendo ligeramente, el rubio solo quería ser amable pero sus buenas intenciones y se sonrisa eran muy desagradables ante la vista del exe.

—No me importa.— Contestó nuevamente.

Mike asintió apenado y se levantó para dirigirse a otro lado, el rubio más oscuro frunció el ceño.

—Espera ¿planeas dejarme así?— Pregunto desconforme, su ceño se frunció al ser nuevamente mirado por Mike.

—Trolli me dijo que debíamos tener cuidado contigo, bajo ningún prospecto puedo desatarte.— Contestó. El de ojos rubí abrió los ojos sorprendido tras pensar en él.

"Trolli." Recordó sus ojos azules. Hipnóticos, profundos y casi vacíos, aquel lugar donde su alma se ocultaba.

—Él fue a hacer unos trabajos junto a Timba... probablemente no tarde.— Anuncio Mike, el ambiente de repente era más tenso, aun más de lo que Mike pensó que podía ser.

—Co-como ya te lo he dicho antes... No me importa.— Dijo antes de desviar la mirada al suelo.

Mike lo miro unos segundos más hasta que se fue de ahí resignado, no podía pelear con un temperamento tan duro como la de su contraparte. El exe se había quedado solo, pensativo y reviviendo los últimos momentos en su mundo. El dolor nuevamente se hizo presente.

—Mierda...— Murmuro, mirando de reojo el espejo del cual había aparecido. El miedo que en ese instante se sintió solo se podía comparar con el miedo a la muerte, se encontraba impaciente por correr hacia esa puerta entre los mundos y romperlo para así terminar con todo. Si es que podía terminarlo.

"Debo romperlo..."

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