Wanderlust. | Mike.exe × Trollino

Six ☉

El ojirubi sentía varias miradas detrás de él, caminaba junto Mike a algún lugar junto a sus amigos Timba y Rius quienes se murmuraban cosas que no alcanzaba a escuchar. Detrás de todos ellos se encontraba Trollino.

El ojiazul se sentía perdido, tan perdido como Mike.exe en ese mundo.

—¿Y como quieres que te llamemos?— Pregunto Timba colocándose a lado del rubio más alto.

—¿Ah?

—Se refiere a que si te gusta que te llamemos Mike.exe o te gustaría que te llamemos de otra forma.— Explicó el pelirrojo.

—Mm... Michael.— Mumuro, el peliazul ladeo la cabeza.

—¿Cómo?— Pregunto el más bajo.

—Bueno tu eres Mike así que seria confuso si a mi también me dicen Mike, así que prefiero que me digan Michael.— Contestó, los contrarios asintieron.

Tan pronto como su platica se alargó sobre cosas triviales y preguntas con busca de saber más de Michael llegaron a su destino, todos dejaron sus picos y mochilas en el césped y se sentaron para descansar un poco. Todos menos el exe.

Camino por la pradera maravillado con su belleza, arrancó de este un árbol diminuto con hojas amarillas y la examinó por un momento, había muchos árboles de pequeño tamaño con diferentes colores de hojas. Era algo que jamás había visto.

El azabache lo miro, el rubio sonreía mientras veía todo el lugar y arrancanba varias flores de diferentes colores. Se levantó y decidió averiguar que estaba haciendo.

—¿Qué haces?

—Admiro estos pequeños árboles.— Contestó el ojirubi, el pelinegro negó.

—Esos no son árboles, son flores.— Corrigió. —Está flor rosa se llama tulipán y esta de color naranja se llama lirio.

—Son muy bellas...

—¿En tu mundo no hay flores?— Pregunto, el contrario negó con la cabeza. —Oh, si... Son muy bellas.

No muy lejos de ahí se encontraba Mike, miraba a ambos chicos por fin conviviendo en paz. Sonrió ante eso y hecho su cabeza hacia atrás para disfrutar del hermoso clima del lugar. Sabía que ambos podían llegar a ser amigos.

—¿Y esta flor como se llama?— Pregunto Michael mostrándole una flor de petalos rojos.

—Esa flor se llama rosa, debes tener cuidado con sus espinas.— Señaló el tallo, ambos miraron las diminutas formaciones punteagudas.

—¿Por qué?— Pregunto volviendo su vista hacia el pelinegro.

—Por que te pueden lastimar.

En ese momento el exe entendió que incluso en ese mundo había cosas que te podían dañar. Asintió prefiriendo mirar el hermoso panorama que tenia y tirando al suelo la rosa.

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