Prólogo

13 0 0
                                    

Los rayos de sol pasaban a través de las ramas de un profundo y enorme bosque cerca de la autopista. Había curvas peligrosas por lo cual siempre había al menos un accidente una vez al año, aveces eran mas pero no se podían registrar, años atrás fueron tantos que daban cifras al azar, algunos cuerpos nunca se encuentras y otros se encuentran tarde, devorados en su mayoría, con el rostro despegado d ela cara mostrando directamente el cráneo donde antes había una linda sonrisa. Son cosas que pasan cada año, son muertes tan comunes que al mundo les da igual.

Y así como hay personas que ganan dinero con cada muerto, con cada vida que nace, con todo lo que pasa, así como los animales incluso disfrutan de probar la carne humana de vez en cuando, también hay quienes disfrutan de aquellos que su vida apenas se escapa por sus manos. No es que sean malos, solo es su trabajo, en palabras humanas: ese es su negocio.

—No hay nada aquí hermana, te dije que era un mal lugar, si seguimos así jamas lograremos nada— decía una chica de cabello negro como la noche, delgada y de buena figura, con un rostro tan detallado que no ocupaba maquillaje para opacar a grandes modelos —. Te dije que fuéramos a la ciudad, ahí encuentras por montones y en todos lados, ademas de todo tipo.

—Yo se que hay algo, lo presiento — respondía su hermana gemela, a diferencia de su hermana ella tenia el cabello blanco, no un blanco moribundo de las canas, no, era un blanco vivo como la nieve, su fisico era el mismo, a diferencia de su ropa, color de cabello y el orden de color de sus ojos —. Ademas que en las ciudades solo hay basura, estan tan asustados que es triste verlos suplicar, pero aquí, aqui encontraremos lo que buscamos, lo he soñado.

—¿De nuevo empezaras con tus ideas de profeta?, ¡por una razón somos recolectoras!, pero espero que tengas razón o tendré que matar al primer humano que vea.

—Eso va en contra de las reglas, aunque creo que tu puedes asustarlos, solo hay que caminar rumbo a la autopista, si no encontramos nada te dejare matar a cuantos gustes.

Ambas discutieron unos minutos hasta que encontraron algo de su interés, a la distancia se veia un auto algo lujoso destruido, había sido una larga caída, nadie sobreviviría a eso, revisaron dentro pero solo encontraron cadáveres recientes. Aunque tuvieron suerte, pues vieron como algo intentaba subir de nuevo a la autopista arrastrándose, se aferraba a vivir, tenia determinación, una vida y edad en pleno florecimiento, era perfecto.

Ambas fueron tras el corriendo, pues en caso de que no fuera lo suficiente tendrían que ver quien se quedaba con la mercancía. Pero ambas lo agarraron al mismo tiempo, su cuerpo no duraba mas, se había quedado mirando al cielo con sangre por todo el cuerpo.

Órganos dañados, huesos rotos, se estaba desangrando, y tenia solo segundos de vida a los que se aferraba con toda su fuerza pues aun estaba consiente.

—Me agrada, si no lo acepta sera mio, a este no lo dejare ir tan fácil, sera mi nuevo juguete— dijo la de cabello negro mientras recorría con su mano el cuerpo del joven, desde la cabeza hasta los pies deteniéndose donde quería o donde estaban las heridas.

—Primero lo primero.

—Que aburrida eres, aunque se ve que igual lo quieres para ti, ¿sabes?, por ser la mejor hermana podría compartírtelo un poco.

—Calla— dijo enojada la chica de cabello blanco, pues sabia que era la única forma en que le permitirían disfrutarlo, pero antes tenían otra prioridad—. Morirás en cuestión de minutos, aun si te llevamos a un hospital es imposible salvarte, tu familia esta muerta, estas solo, ¿aun así quieres vivir?

El chico no tenia fuerza para hablar, solo asintió con la cabeza.

—Te daremos vida, pero antes probaremos algo, a cambio, si vives trabajaras para nosotras, te dejaremos tu alma que es mas de lo que podrían darte, aunque la cambiaremos un poco, si sobrevives entonces el trato es simple: tu vida a cambio de trabajar por nosotras.

—Lo que la aburrida de mi hermana quiere decir es que en lugar de llevarnos tu alma la modificaremos, su vemos sobrevives puedes vivir en paz a cambio de servirnos un tiempo, si no es compatible tu alma te daremos dos deseos a cambio de tu alma y cuerpo, ¿que dices?— dijo la chica de cabello negro subiendo al cuerpo del chico.

—S-i.

En cuanto el chico tartamudeo eso ambas pusieron sus manos en uno de los brazos de el y llamas negras y blancas comenzaron a rodearlo mientras le provocaban un ligero ardor antes de que terminara desmayandose.

La Leyenda del Fénix Tomo 1: Lo desconocidoWhere stories live. Discover now