Capítulo 1: Dos traiciones

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Fuego, fuego cubriendo lentamente mi cuerpo mientras dos sombras me sostienen. Es una pesadilla constante desde el accidente.

Mis padres murieron en un accidente hace dos semanas, cuando desperté estaba en un hospital mientras el resto de la basura que comparte mi sangre gritaban. Inocentemente creí que estaban preocupados, que equivocado estaba.

Los doctores me dijeron que era un milagro que sobreviviera, que incluso me había arrastrado por ayuda, pero fue en vano. Me dieron de alta dos días después. Me perdí el funeral de mis padres.

Al salir mi familia me dijo que fuera, creí que quizás me darían algo de apoyo moral o emocional, en cambio había miradas de odio en ellos.

— ¡Asesino!— me gritaron en coro una vez tome asiento.

Estaba atónito, ¿a quién rayos había matado?, era incapaz de dañar a alguien — que no lo mereciera — y aun si lo hiciera seria cuidadoso, ¿acaso era una broma pesada?, solo tenía dudas y un mal presentimiento, sentí como un sudor frío recorrió mi espalda al momento que un nudo se formaba en mi garganta.

—Mataste a tus padres por si dinero— dijo una tía que parecía ser la líder.

— ¡¿Que tonterías están diciendo?!— grite, era algo tonto, es obvio que si bien mis padres tenían trabajos cómodos y gracias a eso llevábamos una vida cómoda, no tantos lujos pero estábamos bien y es obvio que eso sería mío, ellos trabajaron por eso y para su vejez, pero si murieron entonces es para que yo salga adelante.

—¡No intentes actuar como si no superas lo que paso!— grito nuevamente mientras había... ¿¡lagrimas!?, ¿enserio?—. Mataste a mi hermana y su esposo con tal de quedarte el dinero pero te salió mal la jugada pues no tenías cuartada de como saldrías vivo, entonces te aventaste desde la carretera para dañarte y finalmente te auto lesionaste para que todos creyeran que era un milagro.

Espera, ¿enserio esa bruja sabe lo que dice?, no, en definitiva algo está mal. Claro que algo está mal, lo que está mal es que yo quiero creer que esto es falso y no lo es, ¡ellos creen lo que dicen y por eso me llamaron, fue una trampa!

—No haría nada de eso, pero me alegro de que no estén aquí para ver lo que dicen— dije forzando las palabras, el nudo complicaba hablar y aun me costaba moverme y hablar—. ¿Si ese dinero no es mío que soy su hijo de quién sería?

— ¡¿De quién?! ¡Nuestro!, idiota.

¿Enserio?, ¿siquiera sabe lo idiota que se ve diciendo eso?

—No nos dejaron nada, absolutamente nada— añadió la tía bruja.

No sé mucho sobre esto pero creo que antes del entierro o después tuvieron que decir el testamento, lo más seguro es que al ver que me daban todo se enojaron y mis abuelos le dejaron la casa a mis padres, si prácticamente tengo ahora tres casas y algo de terreno, ellos quieren eso, ellos quieren hacer que pierda eso, no es que estén tristes, están tristes de ver que siguen sin nada.

— ¿Porque les dejarían algo si mis abuelos ya les dieron y ustedes lo vendieron por darse una vida de lujos mientras solo se rascaban la panza delante de la televisión?—. Si, en si solo mis padres eligieron salir adelante, eligieron no vivir más con hambre y trabajaron, aprendí eso de ellos, si quieres algo gánatelo, mis padres habían comprado las tierras que ellos vendieron, probablemente eso querían —. Además, si no me equivoco esta es mi casa y mi propiedad, ¿saben que eso es grave no?

— ¿¡Cómo te atreves?!, prepárate para perder todo— dijo entre llantos la bruja mientras el resto a excepción de un primo me miraban con odio y se acercaban a mí—. Recuperaremos lo que les quitaste maldito asesino.

La Leyenda del Fénix Tomo 1: Lo desconocidoWhere stories live. Discover now