La resaca

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-Te gané... otra vez -comenté con tono de burla.
Ya había ganado tres partidas y Liam ninguna.

-¡Agh! -gritó mientras se recostaba en el tapete con los brazos extendidos.

-Te dije que te iba a doler -comenté sacudiéndome los hombros.

Él se recargó en sus codos y me miró fijamente.

-Estás haciendo trampa.

-¿Cómo voy a hacer trampa? -pregunté indignada. Era imposible hacer trampa en este tipo de juegos.

-¡Lo estás haciendo! Déjame ver tu control -dijo abalanzándose sobre mi.

Yo me hice a un lado y traté de evitarle mientras el trataba de agarrar el control. Yo estiré mucho mi brazo pero utilizó una nueva táctica y me hizo cosquillas en el estómago, no pude reprimir las carcajadas.

-¡Cállense! -gritó mi hermano desde la puerta de su cuarto. -Estoy tratando de descansar, me explota la cabeza.

Liam se apartó de mí para mirar a mi hermano con una sonrisa.

-Eso te pasa por tomar mucho anoche. Emily y yo te arrastramos aquí cómo pudimos, por cierto vomitaste en la entrada, tú mamá ya limpió pero te espera un regaño... -le avisó con un gesto de dolor en el rostro.

-Genial...

Se sentó en el sofá mientras se agarraba la cara con dolor. Liam y yo nos lo quedamos viendo.

-¿Qué? -preguntó mi hermano con una voz irritada.

-Nop, nada -respondí sentándome junto a el. -Bueno, si hay algo...

Me rasqué la cabeza y lo miré. Me miró con curiosidad pero también con un poco de miedo.

-¿Qué hice?

-Bueno... Recuerdas que tenías novia ¿no?

-Si ese es el punto de... ¡¿TENÍA?! -exclamó con los ojos abiertos como platos. Se levantó enseguida del sofá para ir a su cuarto, y segundos después se pudo escuchar como le hablaba a su novia pidiendo perdón.

Liam se sentó junto a mí en el sofá con risas contenidas.

-Ni siquiera terminaste de decirle y salió corriendo -dijo soltando ya todas las risas.

-Bueno, ahora que le explique ella que le propuso matrimonio, ella le dijo que si y lo estuvieron gritando por todo la fiesta ayer -expliqué con risas.

Mi papá salió de su habitación, se frotó los ojos y después bostezó. Ayer había llegado tarde a la casa, supongo que por trabajo. Se asomó como pudo al cuarto de mi hermano, para luego reírse con nosotros. Me dio un beso en la frente y le dio una pequeña palmada en la espalda a Liam

-Buenos días chicos. Casi tardes, más bien.

-Por un momento pensé que ya no ibas a despertar -le dije con una voz cariñosa. -Oye, voy a necesitar el martes el estudio de grabación ¿crees que tu amigo pueda abrirlo ese día? -añadí volteándome completamente hacia él. 

El amigo de mi papá me ha estado prestando su estudio de grabación para mi proyecto, y es de mucha ayuda porque las cámaras son profesionales. Quiero que mi video se vea con la mejor calidad posible.

-Aaaaa si, acerca de eso...

-¿Qué? -pregunté un tanto preocupada.

-No va a poder seguir ayudante. Lo despidieron hace tres días y era el equipo de la empresa -me explicó mi padre con un gran bostezo.

-¡No inventes! ¿Qué no podían esperar sus jefes hasta navidad?

-Si claro, que te despidan en días festivos es tan agradable -comentó con sarcasmo Liam.

Yo sólo le lancé una mirada asesina rápida.

-Maldición. Tendré que ocupar mi cámara.

-¿Qué problema hay con tu cámara? -preguntó mi papá ofendido.

Me recosté en el sofa y cerré los ojos antes de contestar.

-Nada, pero es de menos calidad que una profesional y eso cuenta para el concurso -expliqué con un gran suspiro al final.

-Ahm... ¿Desayuno? -dijo mi papá para luego desaparecer en las escaleras.

Yo me quejé con un pequeño sonido y puse mis manos en mi cara. Esto había complicado un poco más las cosas.

Mierda.

-Yo te los puedo prestar -comentó Liam.

Yo me enderecé de un golpe y lo miré con duda.

-Como estoy en el departamento de ciencias sociales puedo tomar prestado el equipo -explicó. -Claro que tengo que pedir un permiso y me tengo que comprometer a que nada le pasará y si hay daños pagarlo, peeeero lo puedo utilizar.

Me dedicó una pequeña sonrisa al final. Yo le sonreí sin poder creérmelo.

-¿De verdad?

Asintió con la cabeza y me sonrió.

-Para eso son los hermanos postizos.

Me abalancé sobre él para darle un fuerte abrazo.

Séptimo ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora