PELE 🌋

Hielo

*Aviso: Las historias que en éste libro se encuentran serán independientes entre sí (en su mayoría). No se tratará de una historia lineal; podrán ser One-Shot o Minifics*

🔥 ADVERTENCIA: CONTENIDO SEXUAL EXPLÍCITO.

El sonido chispeante del fuego vivo, devorador y abrumante, consiguió capturar los sentidos del dios asgardiano, haciéndolo recobrar la conciencia.

Abrió lentamente los ojos, revelando dichosamente al mundo aquellas gemas de verde neón que albergaba en su iris tan penetrante.
Se halló mirando la oscura bóveda de una guarida colmada de vapores y un calor asfixiante, ennegrecida por un humo permanente.

¿Donde estaba?

Tardó unos instantes en recomponerse a la situación, paseando con extraña calma su vista por los alrededores.

El sitio era extenso; de una atmósfera tan quemante, que de no haber sido Loki un dios, hubiese perecido ahogado, con sus pulmones calcinados, con tan sólo la primera bocanada de aire.

Edificado peculiarmente con un aspecto rocoso y áspero, filosas rocas de negro color le rodeaban por completo; así como extensos mares de un líquido de brillante color naranja y rojo que corrían furiosos en las cercanías.

Se encontraba en el interior de un cráter activo.

Aún sin decidirse a levantarse, se dejó deleitar por una extraña sensación de satisfacción que lo recorría por dentro. Peinó su cabello color del carbón con una de sus manos en un gesto altivo y, entonces, descubrió que no estaba sólo.

Al mirarla, en sus labios se dibujó una intensa mueca de diversión; una sonrisa traviesa y llena de orgullo.

La acarició vorazmente con la mirada, llenándose su cuerpo al hacerlo de un cosquilleo intenso al recordar las sensaciones que ese ser le había hecho experimentar.

Implacable y destructiva. No hallaba mejores palabras para describir a la mujer que, aún dormida, se encontraba tendida a su lado.

Sin embargo, pese a las innumerables ocasiones que Loki había viajado a Midgard, buscando zambullirse en las ardientes pasiones y necesidades libidinosas de esa semidiosa, era incapaz de considerarla como una posible compañera.

Sólo la veía como un método excitante de entretenimiento, fascinado con su habilidad y furia. Con su manera de estallar cuando estaba con él; cuando lo besaba, cuando lo tocaba, cuando culminaba su acto de esa manera tan sublime y arrebatadora.

Aunque siempre tan dominante, luchando por no ceder, ya fuera en una postura, en un beso; Aún en el momento en que ambos desbordaban su tensión en el ápice de sus enardecidos encuentros, ella buscaba, indiscutiblemente, liderarlo.

Muy para sus adentros, Loki se burlaba de sus deseos insulsos de someterlo, pues le era, en la mayoría de las ocasiones, imposible.

Oh, pero, cómo gozaba él haciendo exactamente lo mismo; sometiendola a su voluntad, doblegandola, haciendola gimotear y llorar, aunque fuese de gusto. Le parecía de lo más divertido ver a una mujer tan dura y furiosa como lo era Pele, siendo vencida de manera tal.

Ella era un juego del cual el dios nunca se hartaba.

Contempló su desnudez, incitante y cautivadora, deliciosa y ardiente en todos los sentidos.