Aquí vamos otra vez...
' No tratare de explicarte el porque estoy haciendo esto.
Me están siguiendo y no se cuanto tiempo mas estaré escapando.
Anhelo con todas mis fuerzas poder ver tu dulce rostro otra vez. En mis sueños apareces, y me duele, duele no tenerte aquí, conmigo. Ya no puedo soportar la angustia, el dolor me carcome el pecho. Lo siento, perdóname por favor.
Estaré pendiente de ti. 'Elin quedo perpleja. Sostenía débilmente la carta entre sus manos, tratando de imaginarse el mundo podrido que se le esperaba por delante. Sentía que las lágrimas inundaban sus ojos y se nublo su vista. Con un grito ahogado lloro apretando exageradamente la carta.
Se sentó en un sillón cercano, llevo sus manos con el papel arrugado a su pecho y sintiendo su corazón palpitar con furia, se dispuso a gritar su nombre.-¡Alexander! ¡Alexander! ¡infeliz!, te odio, maldito, ¡maldito infeliz!-
Afuera caía la lluvia. Ese sonido le hacia recordar aquellos momentos en la que estuvieron juntos. Rompió la carta. Nunca había sentido semejante dolor en su corazón. ¿Por qué él le hacia esto? ¿Dónde se fue? ¿Por qué la dejo sola? Elin no podía responder esas preguntas. Solo sentía dolor, ese dolor que quema, que te deja sin respiración.
Días antes Alexander se despedía de ella, le dio un beso en sus labios y le recordó que la amaba mas que a nadie. Dijo que volvería al día siguiente. Pero no volvió y no supo de él, hasta que leyó esa carta.Se metió a la ducha, se vistió y salió por aquella puerta. Quería sentir la lluvia tocar su piel. Tomo su teléfono y marco un número.
'Nikhil'-Nik, Alexander se fue, me abandonó... si...estoy sola Nik... Nik por favor... Estaré en el café, ven a verme por favor-
Al llegar al café, Elin se sentó en su sitio favorito; en el sofá que queda al lado de la radio antigua. Pidió un mockachino y trozos de chocolate amargo. Saco de su cartera un frasco de aromaterapia lavanda, lo coloco en sus sienes y aspiro el delicado aroma. Necesitaba relajarse.
-Elin, baby, tus ojitos- Nik se acerco y la abrazo largamente- tranquila estoy contigo.
-Alexander se fue Nik ¿Qué hare ahora?- sollozó
-¿Cómo sabes que se fue?- la quedo mirando
-Me dejo una estúpida carta en mi puerta-se limpió una lagrima callendo por su mejilla- No entiendo Nik.
-Ni yo Elin. ¿vas a decirme ahora que es lo que sucede?
Ella lo quedo mirando. Sus rasgos indios le parecían totalmente excepcionales. Su color de piel le fascinaba, al igual que sus ojos, negro profundo. Y aquellos ojos la estaban mirando buscando una explicación.
-Nik, esto es muy delicado- tomo un sorbo de su café- Estoy metida en un grave problema. Pero ¿sabes que? ya no me importa- lo miro con lágrimas en sus ojos- Alexander era sicario... y yo... tan imbécil...- sus lágrimas no la dejaban hablar. Nik la abrazo.
-¿Ésta es una maldita broma cierto?- seguía abrazándola aspirando su perfume.
-No Nik, esta mierda es verdad. Soy una estúpida Nik ¿cómo se me ocurre seguir?-Elin rompió el abrazo y agarro ambas manos de Nik- No deberíamos seguir viéndonos.
-¿De qué rayos hablas Elin? ¿te volviste loca? no te dejare ahora. Me necesitas
- No quiero que te pase nada-
-Estoy contigo- Nik la interrumpió
-Nik, por favor- dijo angustiante
-Estoy contigo Elin-
Llegaron a la casa de Elin, mojando el piso con lluvia y barro. El lugar tenia una temperatura agradable, gracias a la chimenea, regalo de su padre. Elin se saco las botas largas y colgó su chaqueta. Nik se preparo un café y le llevo un té a Elin.
-¿La policía te esta buscando?- estaban sentados frente al otro
-Ojala fuera la policía- miraba nostálgica por la ventana- es la mafia rival. Él estaba metido en cosas turbias. Quiso alejarse de mi, porque sabia que podía pasar algo, que me podía pasar algo y yo... quise arriesgarme y me quede con él- ella dejo el té en la mesita y se acerco a él- Necesito que entiendas Nik, debo alejarme de ti. Necesito salir del país. Alexander me dejo en una situación muy complicada. Ahora mismo estoy totalmente desprotegida y no- le puso sus dedos en los labios de Nik, callándolo- no puedes venir conmigo
-Eres loca Elin. ¿Adónde iras?- tocaba sus manos y luego acomodo un mechón de su cabello detrás de su oreja- te puedo llevar a la India, allí nadie te encontrará. Come on girl naughty- puso su típica sonrisa coqueta
-Eres tan loco Nikhil- rio , olvidando por un segundo todo lo sucedido, y luego observo a su amigo- y tan tierno.
-Come on baby-
Elin quedo observando cada detalle del rostro de él. Su cabello negro, alborotado y mojado con lluvia. Sus labios perfectamente balanceados. Tenia una sonrisa perfecta y coqueta, ojos tiernos y seductores. Iba al gimnasio cada día y tenia un cuerpo tonificado de 1,80.
Se había olvidado de la mierda que Alexander acababa de provocar, solo pensaba en que Nik siempre estuvo para ella. Que la estaba mirando deseoso y que necesitaba sentir que alguien la cuidara.-Tócame Nik-
-Te estoy tocando Elin-
-Pero...-pensó las palabras adecuadas-
-Elin no lo pienses- interrumpiendo sus pensamientos
-Nik, ahora no estoy pensando bien
Nik se acerco mas a ella, rodeando su cintura con sus fuertes brazos. Acerco su boca a la de ella, quería besarla.-Nikhil, eres un completo loco- se miraron por algunos segundos- hazme el amor Nik
El beso duro lo que parecía una eternidad para ella. Sintió alivio, saciedad, tranquilidad. Nik la hacia sentir libre, perfecta. Su coqueteo constante y su aura sensual la envolvía en un exquisito éxtasis de placer sin culpas.
Pasaron la noche así, entre gemidos y besos interminables.Elin despertó entre los brazos de Nik. Se incorporó suavemente, pero él estaba despierto.
-Me haces sentir tan bien Nik-
-Tuviste que haberte quedado conmigo-
-jajaajajaj loquito- ella lo beso en los labios- tengo que irme Nikhil. Te buscaré cuando este segura.
-No te olvides de mi baby. Te Amo
-También te amo Nik
En ese mismo instante, lejos de ahí, en un lugar horrible, Alexander se encontraba amordazado. Sangre corría por su rostro, hasta caer en el piso.
Sentía una gran culpa, él se había entregado. Tenia que cuidar a Elin.-La vamos a encontrar- el tipo rudo con la cicatriz en el labio se sentó frente a él -y me la voy a follar- Alexander se movía impaciente en el asiento, tratando, inútilmente, de zafarse- realmente lo disfrutaré, mas al saber que tú, hijo de puta, estarás mirando- alexander estaba furioso, su rostro enrojeció y quería gritar, quería golpear al tipo que tenia al frente- y lo único que sé es su nombre- saco un papel arrugado del bolsillo de su camisa- la hermosa Elin...
