VII. Yo tuve la culpa

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El ruido de los pájaros se empezó a escuchar en tu casa. Despertaste poco a poco pensando que lo que ocurrió fue sólo un mal sueño, Ale está a tu lado en el sofá donde se quedaron dormidos. El timbre empieza a sonar. Te levantas y vas a abrir. Ale se despierta y te mira adormilada. Abres y te encuentras con David.

-¿Qué hora es?.

"Demasiado tarde", le contestas.

-Yo creo que es muy temprano.

Miras tu reloj, son las 10 de la mañana. No dices nada, sólo lo miras.

-Y... les dijiste... ¿ya saben tus padres que eres gay?.

Notas que David está borracho. Apenas se puede mantener en pié. "¿Eso es lo único que te preocupa?", le dices, realmente encabronado.

-No es que me preocupe, ¡ah!, sí, ya me acordé... ¡Felicidades!.

David se avienta a tus brazos para abrazarte. Tú no te mueves. Sientes los ojos inyectados de sangre, estás enojadísimo.

-¿Qué no te da felicidad?, ¿no me vas a abrazar tú también? -empieza a llorar-, yo te quiero mucho... abrázame... ¿qué tienes?.

Lo separas de ti con fuerza, entras a la casa y cierras. Alejandra está parada cerca de ti. La abrazas y empiezas a llorar. El timbre vuelve a sonar. "Ale, por favor dile que se vaya, que no quiero verlo". Ale sale al encuentro de David, está sumamente molesta por verte tan triste.

-Lárgate, no te quiere ver.

-No me voy, lo amo... Ale, dile que lo amo...

Ale entra a la casa y azota la puerta. En ese momento tu madre está bajando las escaleras.

-¿Qué pasa?. Ale, ¿quién está tocando?... -te mira-, ¿por qué lloras?.

No dices nada. Ale está muy nerviosa. Tu mamá se acerca a ti. La abrazas y comienzas a llorar más fuerte. "E... es... David...", le dices entre sollozos.

-¿Y por qué no le abren, qué te pasa?.

"Lo amo", le dices en un suspiro.

-Pero que fue lo que... te... ¿qué?, ¿qué estás diciendo?.

Alejandra está más blanca que un muerto. Camina hacia el sillón y se sienta con la mirada gacha. "Lo que escuchas mamá. David y yo andamos, es decir, andábamos, pero ya no quiero saber más de él... soy g... gay".

-¡Ah!, ¡eres gay!, pensé que te habías vuelto loco... -sarcástica-, ¿qué significa todo esto?, ¿me puedes explicar?.

Difícilmente puedes hablar, no puedes parar de llorar. Tu madre se ve perturbada pero el amor materno se impone y te abraza.

-Ya, cálmate... por qué no le abren a David y me explican qué es lo que pasa.

"No pasa nada, simplemente soy gay, David y yo hemos sido pareja desde hace tres años, ayer te lo íbamos a decir pero nunca llegó. Perdóname, mami, yo no pedí ser así, sé que odias a los gays pero no puedo ser diferente". Tu mamá está llorando.

-Perdóname por ser tan egoísta. Sé que siempre te he dicho que ser gay es malo pero entiende que así me han educado y difícilmente puedo entender eso. Dame la oportunidad de conocerte, te amo por sobre todas las cosas y sólo quiero que seas feliz. No te puedo entender porque no soy gay y nunca he entendido por qué pasan esas cosas. Para mí no es normal... no sé qué decirte.

Sonríes y abrazas a tu mamá. "No quiero que lo entiendas, sólo acéptalo, soy diferente pero igual te amo, igual me haces falta y hoy estoy sufriendo porque la persona de la que estoy enamorado me falló. No quiero hablarle, ustedes siempre me han inculcado el respeto por mí mismo, gracias a ti y a papá me amo y me valoro lo suficiente como para saber que no lo quiero más a mi lado". En ese momento David vuelve a tocar el timbre, volteas a ver la puerta... tu mamá se dirige hacia ella.

-David, te voy a pedir un favor: deja de molestar a mi hijo, entiende que no te quiere ver y si me entero que lo sigues molestando no sé lo que te voy a hacer.

-Señora, perdone, ya me voy...

David se fue y Alejandra y tú están fríos, no saben qué hacer o decir. Ya no estás llorando, más bien estás impresionado por la actitud que tu mamá demostró. En eso se oye un grito desde el segundo piso...

-¿Qué pasa allá abajo?, no dejan dormir...

-No pasa nada, ya duérmete...

Tu padre no volvió a decir nada después de que tu madre le dijo eso... pensaste: "¿¿¿¿No pasa nada????". Le acabas de confesar a tu mamá que eres gay y lo único que sucede es... ¡¡¡Nada!!!.

-Bueno niños, ya me voy a bañar. Hijo, luego platicamos, quédate con Ale y ya no estés triste. Por ahora sería conveniente que no le digas a papá. Recuerda que te amo.

Tu mamá sube las escaleras, Ale y tú están sin palabras. Te sientas a su lado y no dicen nada. En eso Ale voltea a verte...

-¿Qué piensas hacer?... me refiero a David...

"Él ya hizo bastante por los dos, ¿no crees?". En verdad no quieres pensar en nada, es demasiada información para tan poco tiempo. Alejandra te pide que salgan a dar una vuelta a lo cual accedes porque necesitas meditar lo ocurrido.

-2-

Entraron a una tienda de discos a ver los nuevos compact discs que habían salido y te encontraste con un disco de Cómplices, el grupo español que tanto te gusta. Pusiste una canción llamada "Yo tuve la culpa". La canción dice así:

"...Yo tuve la culpa por dejarme a merced de tu mirada, yo tuve la culpa por mirarte justamente cuando me mirabas. Yo tuve la culpa por cegarme, cuando los demás me aconsejaban, nada me pedías, sin embargo yo por puro amor me regalaba..."

Te das cuenta de lo importante que es, en el amor, darlo todo sin pedir nada a cambio. Pero eso no te hace sentir mejor, sigues sintiéndote vacío, triste, extrañando a la persona que amas. Alejandra se te acerca.

-Me tengo que ir, Pau tiene un problema. ¿Vas a estar bien?.

"Yo tuve la culpa", le dices con los ojos llorosos. "No te preocupes, voy a estar bien, ya me voy a mi casa, sólo compro un CD y me voy".

Puede ser tu vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora