Samantha Queen
En ese momento supe exactamente lo que hacer, debía seguir mi legado a pesar de haber ignorado mis antecedentes por años la charla con mi madre ma ayudó a comprenderlo, a saber lo que debía hacer. Era lo correcto.
Ya no habia vuelta atrás.
Era de noche las 00:53 para ser exactos. Yo estaba exahusta, acababa de dar a luz a mi pequeño ángel y ya lo tenía que sacrificar. "Es mejor así" las palabras de mi madre estaban en mi cabeza, no me las podía sacar de la cabeza. Sí, era lo correcto sacrificaba a mi hija para que pudiese protegerse de todo lo que se le venía encima. Ojalá sea más como su padre y no sea digna del poder.
Es verano pero aún así hace frio y llueve, creo que mi vestido blanco no ha sido la mejor opción para una mujer que acaba de dar a luz, pero eso ya no importa.
Estaba entrando en la cueva, sabía que no faltaba mucho para llegar al portal donde descubriría si mi hija era digna de poder o no. El gran mago me lo diría.
- No te preocupes es mejor así, deja de negar lo que eres Samantha.- Dijo mi madre quien caminaba a mi lado desde que salí, o más bien me escapé, del hospital.
- No quiero que mi hija pase por todo lo que yo pasé cuando era joven, no quiero que se este ocultando todo el tiempo y que no pueda hablar con nadie aparte de la misma gente toxica.- Un poco borde de mi parte, lo sé pero todo lo que tuve que pasar hasta deshacerme de mi maldición fue un horror.
- Yo pertenezco a esa gente.- Dijo poniendo los ojos en blanco.
Es verdad, mi madre como nuestros antepasados llevan siglos con esto y yo fui la primera que quiso romper con la tradición, pero mi hija no lo puede evitar, necesitan a gente y más ahora que los problemas estan empezando y no pinta nada bien para el aquelarre.
Ya habiamos llegado, lo se porque esa luz lila con destellos azulados que es inolvidable nos recibió ahí. Mi hija ya estaba empezando a llorar, solo tenía un par de horas de nacida así que no sabía que le pasaba. La abrace y la besé en la cabeza y di un paso adelante pasando por el portal.
Al instante que crucé el portal mi hija dejó de llorar y ya sabía lo que hiba a pasar, era imposible que se calmase así de fácil sin esfuerzo.
- Te dije que era digna, los Queen no podíamos romper nuestro...- se quedó callada cuando le vió.
El gran mago con sus looks extravagantes y su pelo negro, sencillo esta vez. Me vió y se que lo recuerda, sé que recuerda todo nuestro romance pasado. Apesar de que los años hayan pasado el se sigue viendo como el mismo adolescente tierno del que me enamoré y espero que quede algo de esa ternura dentro de él.
-Samantha! Has vuelto.- Aunque pasen un millón de años nunca podré olvidar esa voz y esa ilusión en la misma cuando decía mi nombre.- Vaya, ya veo...- dijo con un tono de voz que le rompería el corazón a cualquiera.
- Sí señor.- Dije e incline mi cabeza un poco, apesar de todo seguía sieno el Gran Mago.
Era raro venir aqui, cualquiera se imaginaría un infierno cuando se mencionan las brujas y los aquelarres, pero esto era diferente. Era una capilla enorme pero era menos fria, tenía telas de un color rojo pasíon y la verdad es que decoraba bastante bien el lugar. Yo estaba en el centro y desde la ultima vez que estuve aquí esto ha cambiado bastante. Habia más bancos para la gente y ahora se respiraba paz, pero aún así no era sitio en el que criar a una hija.
- Supongo que vienes a ver si la pequeña es digna, después de haberte casado con un simple mundano le habrás manchado su sangre pura.- Abrí mis ojos incredula, sabía que le dolió el momento en el que me fuí pero no sabia que todavía me guardaba rencor por eso.
-Sí señor, sé que es mejor así a dejarla desprotegida.- Me miró incredulo y negó con la cabeza.
- Vale, poes empecemos ya.
Nicholas, mi gran amor. Apesar de haberle dejado y haberme escabado renunciando a todo lo que el aquelarre me daba nunca me olvidé de él. Fue mi primer amor y la persona con quien supuestamente yo estaba destinada a estar. Al parecer se equivocaron.
Con su magia, creó todo lo necesario para ver si mi hija era digna o no de pertenecer al aquelarre. Lo que cualquiera diria que es un espejo apareció y sabía que era el momento. Acerque a mi hija y cerré los ojos, no podia ver el resultado no podía deshacerme de mi hija.
- No puede ser!- soltó Nicholas incredulo.
Abrí los ojos y entendí sus palabras.
Hola, espero que les haya gustado el prólogo, es una breve introduccion a la historia y esta contada desde el punto de vista de la madre de la protagonista.
¿Qué pasará con la pequeña e inocente Abby?
¿Por qué se quedaron todos tan incredulos al ver el resultado?
¿Será digna de pertenecer a ese mundo del que todavía no conocemos mucho?
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Sin Barreras
Fantasy¿Qué pasaría si un día de repente descubres que tienes un poder el cual puedes compartir? Abby nunca pensó poder descubrir lugares nuevos sin casi esfuerzo pero un día su sueño se hizo realidad. ¿Qué le traera este poder a Abby? Amigos, Romances o...