Nimiedades

38 1 0
                                    

Desde la muerte de toda su familia Marcy había decidido vender la propiedad amoblada, tal vez así podría cerrar un trato de nuevo, claro que la casa ya tenía un nombre, y si el resto de la gente había olvidado su reputación, lo que le ocurrió a su familia revivió todo aquello.

El tiempo transcurría, pero cuando estás muerto no se puede calcular con precisión ¿dos años? su hermano Jeffrey ya estaba caminando y diciendo sus primeras palabras, nunca pensó que todo el asunto de ser la hermana mayor iba a resultarle tan reconfortante. A veces, cuando estaba con él y ambos reían, lo veía de reojo, en una esquina, tras una ventana, siempre que reía, Tate volvía a aparecer, sin embargo no se acercaba. Desde que le había dicho que se fuera no habían vuelto a cruzar palabra, y por ella estaba bien, en realidad aún no podía perdonar que violara a su madre y después mantuviera una relación con ella como si nada. Pensar en esas cosas la ponía de mal humor, habían días que lo único que quería era irse de esa casa, generalmente, cuando tenía esos deseos hablaba con Moira

-De nuevo me siento así, con ganas de escapar – La chica tomó un sorbo de café –al menos antes podía centrar mis frustraciones en los cortes de mis brazos, ahora eso me parece inútil.

-Muchas cosas te parecerán inútiles en esta situación, comer, ir al baño, incluso dormir – Moira le dedicó una sonrisa – Pero hacerlas nos hacen seguir cuerdos, no querrás quedar como Nora ¿cierto?

Violet subió al baño, comenzó a llenar la gran tina, apagó las luces, cerró las ventanas y cuando quedó todo en tinieblas decidió sacarse la ropa. El agua estaba tibia, era increíble como a pesar de haber fallecido seguía sintiendo cosas así, su cuerpo se sumergió y trató de despejar la mente de alguna manera. Sus ojos estaban cerrados, pero lo sintió, estaba allí, en la silla.

-Después de lo que hiciste tienes el descaro de espiarme en el baño – Violet no abrió los ojos para hablar.

-Tengo serios problemas psicológicos, lo lamento – El chico le habló con ligereza, como lo hizo la primera vez – De todas formas, ya que no hay televisión, debo mantener mi mente ocupada en algo, y sabes lo mucho que me gusta tu cuerpo.

-Pues mi cuerpo y yo no queremos ser vistos – Violet lo miró a los ojos y recordó la frase de Moira...muchas cosas te parecerán estúpidas, pelear con Tate estaba pareciendo algo estúpido, ¿debía seguir con eso? – Pero puede que queramos seguir conversando después. –Las palabras salieron solas, incluso a ella la sorprendieron. El chico salió de baño y ella pensó en voz alta –Al menos siempre tengo la opción de decirle que se vaya.

Tate salió del baño y se fue al dormitorio de Violet, recorrió la cama con sus dedos y recordó cuando se unieron la primera vez, de pronto un sonido lo desconcertó a sus espadas, era Hayden

-¿Los tórtolos se reconciliaron?- la chica le lanzó una sonrisa maliciosa – Vamos, ella es la que no te habla, no por eso vas a hacer la ley del hielo a todos los fantasmas de la casa.

-Sólo vete Hayden, sabes que nadie te quiere acá – Tate la miró con desprecio.

- Eso no fue lo que dijiste el pasado Halloween, cuando me llevaste a la playa – Violet estaba escuchando en la puerta – ups, ¿eso era un secreto?, pensé que lo que habíamos hecho en ese lugar lo era.

Violet salió de la habitación, corrió escaleras abajo y antes de pensarlo de nuevo se encontró con lo que quedaba de su cadáver, cuando no quería que la encontraran se ocultaba en ese lugar. Se sentó en el suelo y abrazó sus rodillas con fuerza, ocultando su rostro. Se sentía estúpida ¿cómo perdonarlo? La traicionó, lo hizo, y lo peor es que fue con su madre, y ahora lo hacía de nuevo ¿hasta cuándo debía soportarlo? No volvió en toda la tarde a la casa, siguió ahí en silencio, contemplando el rictus de su cara en el eterno grito silencioso.

Había anochecido, y era momento de salir, decidió ir a caminar por el patio donde el frescor nocturno la reconfortó. Había llorado bastante, pero ya era hora de afrontar el asunto, mal que mal no podría salir de ahí, aún faltaba una semana para tener el único día libre. En medio de su paseo encontró a Travis, quien estaba jugando a las escondidas con las niñas, cuando la vieron ellas corrieron donde su madre

-Hola pequeña, ¿disfrutando de la noche? – Travis le lanzó una sonrisa como de película, ese muchacho era guapo.

-Algo así, pensaba en planear algo especial para halloween- La chica se sentó en el mirador que había construido su padre.

-Cierto, nuestro único día de paseo, pensaba en llevar a las niñas a pedir dulces, nadie se fijará en ellas, el año pasado fuimos con Tate al bar con los otros chicos, los homos, y no fue tan divertido como pensé, sobre todo porque el resto del local nos miraban como carne fresca –Hizo una mueca de desaprobación y sobre-actuó un escalofrío – Yo no soy de ese tipo sabes, soy de una sola línea.

-¿Lo pasaste con Tate? – No podía ser, después de lo que Hayden había dicho – pensé que había ido a la playa.

-Pasamos por ahí antes del bar, dijo que era su lugar favorito, sus mejores recuerdos tenían de escenario esas costas – El chico de pronto fijó su mirada en una de las pequeñas, le hacía señas para que siguiera jugando – Me tengo que ir, si salen planes en la noche anótame, de todas formas las pequeñas no pueden madrugar- Salió corriendo tras las quemadas niñitas.

Todo había sido una mentira, nuevamente Hayden estaba entrometiéndose en una relación, claro que esta vez no se saldría con la suya.

¿Qué irá a hacer Violet ahora que sabe la verdad? ¿Podrá esta relación volver a ser como antes?

Venganzas en HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora