Más actividades.

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Pasando un par de días, el felino llega por la tarde al departamento que había alquilado para su pareja y el, lugar donde ambos se estuvieron quedando por varios días, volvió con unas bolsas llenas de verduras y carne para preparar su propia comida, sobre su mano derecha, era un ocasión normal como cualquier. Entrando por la puerta principal, se dirigió a la cocina donde el Kaioshin estaba lavando los platos, coloco lo que compro sobre la mesa, se dispondría el mismo a preparar todo.

— Quiero cocinar yo, Bills... enséñame.

— ¿Lo dices en serio...? — pregunto algo incrédulo.

— Si, así podré cocinarte siempre, ya que a ti te gusta muy comer.

— Ha está bien... Ya verás. — en un tono alegre, tomo un sartén, el cual coloco sobre la estufa, dentro de este había puesto un pedazo de carne grande, se posiciono detrás del albino, pegando ambos cuerpos, haciendo que las manos ajenas tomaran la empuñadura del sartén, posando luego sus manos encima de las de este. — Es fácil, solo debes menear el sartén. — le susurró al oído con travesura, moviendo al mismo tiempo no solo sus brazos sino también sus caderas.

— ¡Puedo hacerlo, es fácil! — giro su rostro para verle de reojo, estando atrapado entre medio de su compañero y la estufa, le gustaba la idea de cocinar. — Me gusta hacer este tipo de actividades contigo, Bills... — Pego su rostro al ajeno, de una forma más cariñosa de lo usual, hablándole ahora en un tono más suave y meloso, dejo su cuerpo recargando sobre quien tenía detrás, sentía una extraña necesidad de estar junto a él en otro sentido, sin poderlo controlar.

— ¡Se te esta quemando la comida, Shin...!

— ¡Ha! Que torpe soy. — asustado, retiro rápidamente el sartén, por suerte la carne aún era comestible.

La mesa estaba lista con los platos encima y todo lo necesario, tomaron asiento, uno enfrente del otro, el más joven no comía casi nada y todo se lo daba a su compañero con gusto, bocado tras bocado, el destructor se comía las raciones de ambos, aunque tampoco se quejaba de esto.

— Nosotros los Kaioshin no necesitamos comer, Bills... Y te ves muy lindo comiendo, muy lindo... — sus codos estaban recargados en la mesa, así como sus manos sostenían su rostro el cual miraba atento a quien tenía enfrente de él, su pie derecho descalzo jugaba travieso con el ajeno.

No estaba borracho sus conductas atrevidas eran causadas por que estaba entrando en su época celo, y siendo un omega tan apegado a su alfa, la necesidad de aparearse con este mismo era muy grande, aunque por su naturaleza tímida y reservada no era muy notorio que estaba en celo, así que el destructor no se daba cuenta de dichas señales, después de todo se había olvidado de la intimidad pasado su propio periodo de celo.

— Debo decir que la comida te quedo muy rica, Shin, ahora... — bosteza y estira sus brazos hacia arriba — tengo ganas de una larga siesta... iré a dormir, ¿me acompañas?

— Por supuesto... dormiremos juntos.

Se metió dentro de las abultadas y cómodas sabanas, preparándose para un sueño dulce y reparador, acostándose únicamente con un bóxer corto y ajustado color negro, acompañándolo su pareja al lado, quien le abrazaba cariñosamente con su brazo sobre el pecho ajeno, con su rostro recostado sobre esa misma zona.

— Bills... Quiero que lo hagamos... ¿quieres hacerlo conmigo? Yo si quiero... ahora... tómame como tuyo... quiero que me marques como de tu propiedad... ¿sí?

— No digas más, Shin... ¿Sabes? Tu aroma ahora es mucho más intenso pero, no sé, no quería aprovecharme de ti... — hablo en un tono compresivo y calmado. — Pero el impulso me gana... — su voz cambio por una más grave pero lujuriosa.

Rápidamente se colocó encima del albino, tomándole de las muñecas con firmeza, comenzó a besarle el cuello, desgarrando lentamente ahora la delgada camiseta que su compañero usaba para dormir, quedando su torno desnudo, beso también esta misma área, pasando su lengua por uno de los pezones, su cabeza era sostenida por las pequeñas manos opuestas, los gemidos que escuchaba le excitaban demasiado y eso era notable en su erección, sin perder más el tiempo se deshizo de los pantalones que formaban parte de la pijama del más joven, dejando al descubierto el mismo falo también excitado de este, el cual masajeo con suavidad el destructor por unos segundos, para luego exponer su propio miembro viril, introduciéndolo dentro del recto de su pareja, el cual tenía sus piernas abiertas a los costados, fue una penetración cuidadosa y lenta, no quería lastimarlo, soltó un jadeo seco una vez que ya estaba completamente adentro, se sentía muy estrecho y cálido, era su primera vez con alguien debía admitirlo, el Kaioshin no era el único virgen. Su pelvis tomo un ritmo un poco más rápido, a la par que su contrario enredaba sus piernas y brazos sobre la cintura y cuello de quien le penetraba, los gemidos llenaron la habitación, el más bajo lo estaba disfrutando, aunque al principio fuera algo de dolor, con el pasar de los minutos se acostumbró a la sensación. Se daban largos besos durante el acto, algunos cariñosos y otros apasionados.

— Se siente muy bien tu interior, Shin... — le comento al oído entre sus propios jadeos, sin dejar de moverse, separándose un poco de su contrario, echando su espalda para atrás, pero sorpresivamente fue tomado de los hombros y girado su cuerpo por la misma fuerza del Kaioshin, su espalda quedo ahora contra el colchón de la cama, teniendo encima el cuerpo de su pareja.

— ¡Ahhhh...! Lo se... Bills... ¡Mmmmh....! Tenerte dentro de mi es maravilloso... — Habiendo cambiado de posiciones repentinamente, sus caderas se movían violentamente sobre la pelvis del más alto, brincando con fuerza y velocidad, sentía como cada penetración era más profunda que la anterior. Estaba muy sofocado y no paraba de gemir de placer y un poco de dolor, las uñas de sus dedos se clavaban en el pecho de su amante, termino en un intenso orgasmo, su semen fue expulsado y derramado en el abdomen de su contrario.

— Veo que ya has quedado satisfecho, yo aún no, cariño. — empujo con sus manos la espalda del Kaioshin hacia el frente, pegando los pechos de ambos, recargo su mentón en el hombro de este, para luego colocar sus dientes en dicha área, clavando el filo de sus dientes, le mordió al instante, degustando el poco liquido rojo que brotaba.

— ¡Ah, Bills! Me duele... pero no te detengas... — su piel era bastante sensible, y al ser herido no podía evitar sentir una gran molestia.

— Ahggg... — Sus manos se deslizaron hasta los glúteos ajenos, enterrando sus uñas en estos, empujando repetidas veces el pequeño cuerpo ahora con su propia fuerza hacia su pelvis. Terminando en una abundante eyaculación dentro de las entrañas de su pareja, llenando cada rincón con su semen, el cual se derramaba por afuera, escurriendo entre sus piernas. — Eso fue muy intenso... estoy agotado.

— Mmm.... — Había dejado su mejilla recargada en el pecho ajeno, estaba aún más cansando que su pareja, tanto así que no era capaz de decir palabra alguna ni de moverse.

— Estuviste muy bien, Shin. — sonrió con satisfacción, pasando a acariciar con su mano derecha los cabellos húmedos del menor.


Notas de la autora: 

Espero terminar esta historia pronto, aunque aun le faltan varios capítulos más.

Aun así les traeré más historias de mis ships yaoi favoritas de Dragón Ball. x3 ♥


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡HAKAIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!

Lo mejor de este universo. (Bills x Shin)Where stories live. Discover now