negro.

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Hoy desperté otra vez y no estabas, se que es imposible pero quiero verte, mis ojos son rojos ya de tanto llorar, mis lágrimas no se secan como si se tratara de una cascada de tinieblas y oscuridad. En mi tiempo libre ya nada me emociona, solo tu lo hacías, hasta....... hasta que moriste.

Tenía la esperanza de que vivieras ¿sabes?, nunca pensé que una mujer tan feliz como tú muriera, me hacías tan feliz a mi y yo trataba de hacerlo por tí, tu siempre luchabas por lo que querías cumplir, yo me sentía feliz por ti.

Cuando te enterraron sentí un suave viento que calentó mis mejillas y escuché un susurro que me dijo "sigue adelante" y siempre me lo decías. lloré mucho la última vez que lo dijiste ya que añadiste un "aunque sea sin mi"

Mis manos no paraban de temblar cada vez que te veía en el hospital y sabía que algún día ya no te vería, pero fingia estar feliz. lo hacía para que tu lo estuvieras pero no aguantaba sentirme tan perdido, tan solo cuando miraba todo el dolor que pasabas por el cancer que te destruía.

"Cancer", la palabra mas aterradora para mi, cuando la escuché del doctor no volví a sentir otra emoción más chocante y simple a la vez, hace solo una semana te había pedido matrimonio en el bosque en el que te pedí ser mi novia, pensé que vivía en el momento mas feliz pero cuando todo pasó me derrumbé. Te veía tan delgada y sin fuerzas, la enfermedad consumía tu vida y yo deseaba ser tú, no merecías nada de eso.

El bosque....cada día sueño con él, pensé en pedirte matrimonio en Francia, siempre te lo decía pero no somos jóvenes de mucho dinero, aun así lloraste cuando lo hice, en ese momento el olor fresco del bosque me llenó de vida y empezé a llorar y a reír al mismo tiempo, hoy me dirijo a él, hoy Navidad, se que estoy solo pero siempre he caminado solo, tu lo sabes mas que nadie.

Quiero recordarte más ya que aunque te escucho en grabaciones y te veo en video mis sentidos te empiezan a olvidar, eso me entristece, quiero sentirte y buscar una parte de ti que llene mi corazón.

Subir caminando fue algo tonto, duré bastante más de lo que pense en llegar, llegué al atardecer, era una vista bella y casi tan hermosa como cuando nos comprometimos, el cielo tenían un color morado tan bello que pensé que por un momento estaba en el cielo y te sentía a mi lado aunque no lo estuvieras, algo me hacía sentir tu olor, ese que me hipnotizó en cada abrazo una vez. Pero todo no dura para siempre, la noche llegó y todo se apagó.

Tenía una linterna para bajar así que no me preocupe en hacerlo rápido, me senté a ver las estrellas un rato hasta que escuché un sonido aterrador, como de un monstruo gigantesco que gritaba por ayuda, el ambiente de paz se convirtió en miedo ya que parecía que el suelo se moviera ligeramente.

En un momento me cubrí los oídos hasta que una mano de textura demasiado delgada me tocó el hombro.

-que haces aquí -preguntó con una voz de bajo bastante obscura e incómoda pero a la vez amable.
Miré a un lado y vi al hombre pero aun así no veía su cara, la tapaba con sus ropas y aunque quisiera no podía encontrar sus ojos.

-disculpe señor, me senté aquí a pensar, a recordar -le contesté siempre mirándolo.
-¿buscas a alguien verdad? - Dijo mientras se sentaba a mi lado.
Yo le contesté, -no señor ya no hay nada que buscar.
-tu amada murió cierto, pero este bosque es diferente a cualquiera, aunque no lo creas te puede mostrar tu amor por ultima vez, desde mucho antes que hayan ciudades grandes en este país la gente decía que este lugar es una puerta a el mundo de los muertos.
Cuando el hombre me dijo esto me asuste, pensé en que tenía un loco al lado antes que cualquier cosa, claro que ya había escuchado leyendas de este lugar y por eso le gustaba tanto a ella pero.....lo que este señor estaba diciendo era muy extraño.

-mira hacia atras -susurró el hombre a lo que sin perderlo de vista observe una silueta, era......era ella, la llamé pero no contestó, me sorprendía su hermoso cabello negro y sus increíbles ojos cafés, me enamoraba otra vez con ver sus bellas pecas en la oscuridad. Estaba cerca, a unos tres metros y intente abrazarla pero el hombre me lo impidió y dijo; esto, esto es un vestigio del corazón de tu amada, si quieres verla solo se te otorgarán diez minutos para estar con ella.
-¿quien eres? - le pregunté asustado a lo que me respondió.
-soy la muerte y desde lo mas alto se te ha permitido esto, verla y así purificar tu corazon seco, pero cuidate de todo, es un bosque mágico pero maldito, demonios y espectros asesinos te buscan pero tu amor por ella te hizo ser premiado con esta posibilidad.

Miré su cara por fin y no puede hablar al verlo, no tenía ojos, no tenía piel y vi miles de asesinatos frente a mi, me moví a un lado asustado y lo perdí de vista, cuando volví a mirar no estaba.

Pensé que alucinaba pero el olor de mi amada se hizo presente y su silueta comenzó a desaparecer, aunque no el sentimiento que ella estaba ahí, en la parte mas alta de la montaña.

Dije en mi soledad: "solo quiero verla una última vez".

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