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Mirar sus ojos me tranquiliza, rozar sus manos hace que mi cuerpo deje de tensarse, aunque en otra circunstancia, quizás esto no estaría pasando, pero me siento tranquila, es la paz que buscaba para calmar mi ansiedad. Suspiro profundamente e intento que la respiración vuelva a ser normal. Sus ojos realizan un recorrido desde nuestras manos hasta llegar a mi cara y yo hago exactamente lo mismo observando con detenimiento el vello que adorna su mandíbula, el contorno de sus labios, su nariz, hasta que se cruzan nuestras miradas y la timidez nos invade a los dos. Acorta distancias y acaba envolviéndome con sus brazos, abarcando todo mi cuerpo y pasea una y otra vez sus manos sobre mis brazos. Apoyo mi cabeza en su hombro mientras él pasa a acariciar mi pelo con delicadeza. Los miedos que sentía acaban durmiéndose cuando sus manos me atraen más hacia su cuerpo y me siento protegida, resguardada de todo lo malo. Me aferro a él hundiendo la yema de mis dedos en su gran espalda, intentando así mantener los pies firmes en la tierra, usándolo como brújula para no acabar de nuevo perdida.

Y es que así me sentía en este lugar en estos momentos, en la fría Suiza, tan fría como yo me había vuelto, tan fría que quemaba. Quizás era como el hielo o eso pensaba, pero en estos momentos, ese hielo se estaba empezando a resquebrajar en sus brazos.

Noto como deja un beso en mi cabeza, otro en la mejilla y esta me arde al notar el contacto de sus labios y el roce de su barba, que me hace mirarle con el labio inferior mordido e intentando guardar los nervios que sentía, las manos que antes apretaban ahora lo hacen más fuerte como si esto se tratase de un sueño y no quisiera dejarle escapar mientras las suyas ahora sujetan mi cara.

— ¿Te sientes mejor? — mira mis ojos y esconde una sonrisa que no tarda en sacar a relucir.

Me limito a asentir.

—Gracias — besa mi frente alborotando mi flequillo y obteniendo un gruñido por mi parte. — ¿Te puedo pedir un favor? — el chico se aparta y se rasca la nuca algo nervioso.

—Dime, ¿qué favor es ese? ― su mirada se torna más oscura y yo trago saliva sin saber porque en milésimas de segundo acaba de tensarme a mí.

— ¿Me acompañaría al aeropuerto? ― frunce el ceño. Mis manos sudan por los nervios que me producen pedirle algo así y aflojo el agarre para mirarle a la cara.

Tuerce la sonrisa hacia un lado y ese gesto me produce un leve cosquilleo en el estomago, me produce ternura verlo tan tierno con su forma de peinarse nervioso el pelo una y otra vez, sonrío también agachando la cabeza algo tímida.

—Te dije ya que me llamaba Luis ¿no? —asiento sin llegar a mirarle y su mano intenta levantar mi barbilla buscando mi mirada. — Tutéame, no me hagas sentir como extraño, soy una especie de héroe que siempre corre en tu ayuda ¿no? — Se ríe.

—Ya te has venido muy arriba — bromeo.

Para mí es un desconocido, un chico que conocí por casualidad en el aeropuerto, que por casualidad viajaba al mismo lugar que yo, que la casualidad quiso que nos encontrásemos en una situación un tanto escabrosa en un baño cualquiera y que ahora nos vuelve a juntar de nuevo. Pero soy de esas personas que no cree en las casualidades, que dejó de creer en ellas hace bastante tiempo y que piensa que todo ocurre por algo, solo que ahora mismo estoy tan perdida sin entender porqué él y porqué cada vez que nos miramos pasa algo extraño, que me está dando vértigo todo esto.

Joder, nos acostamos, tiene que ser eso, sino no le encuentro lógica a esta sensación tan extraña. Aunque estos días por más que me he esforzado en recordar, no recuerdo sus besos y sus caricias en mi piel, ni siquiera soy capaz de recordar su olor mezclándose con el mío cuando nuestros cuerpos se fundían y eran uno o las veces que llegamos a hacerlo esa noche y la duda de saber si es cierto, porque no tendría por qué mentirme con algo así, me mata. ¿Y si no había pasado nada? ¿Y si aun no había besado sus labios? ¿Pero sería capaz de gastarme semejante broma de mal gusto? ¿Me engañaría diciendo que había sido suya aquella noche?

Entiéndeme || AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora