Capítulo 19.

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Los días en el santuario pasaban como agua y rápidamente paso un mes.

Un mes en el que tanto capricornio como Sagitario demostraban su amor mutuo a los ojos de los demás caballeros y amazonas.

Su ideal era "Que le importa a la gente nuestra relación si ambos somos felices".
Todo iba demaciado bien en su relación, unas noches ambos se quedaban a dormir en el templo de Capricornio y otra en Sagitario.
Ni la misma relación de Milo y Camus se comparaba con la de ellos.

En su relación no había celos.
¿Por qué tenerlos si ambos se amaban mutuamente?
Aunque en un principio los sentían con el paso de los días se esfumaron.
La confianza era lo que importaba, podían tener mil amigos con los que pasarán el día pero estaban seguros que ni uno ni otro le sería infiel a su pareja.

-¡Está decidido!- sonrió Shura.
-¿Seguro?-
-Tu aún dudas-
-¡No!-
La pequeña decisión de decirle a todo el mundo de su relación ya no tan secreta.
Bien cuando estaban en el pequeño coliseo se daban la mano, sonreía, uno miraba al otro y viceversa... simples miradas discretas, uno que otro beso en la mejilla, pero nada comprometedor que pudiera incomodar al décimo santo del zodiaco ya que como un buen capricornio era reservado.

-¡Tengo nervios!- soltó Shura.
-¡Yo igual! ¿Crees que es el momento indicado?-
-¡Si Atena lo sabe!- alzó ambos hombros en señal de "Que me importa si se enteran".
Caminaban rumbo a Acuario debido a la pequeña reunión mensual de los doce caballeros más el patriarca y Atenea.

-¡No Milo!- dijo Camus enojado a más no poder.
-¡Pero...-
-Nada de peros- lo callo Camus.
-¡Disculpa Camus!- hablo Shura.
-¡Ahh Shura, Aioros!- volteó a verlos.
-¿Otra vez discutiendo?- preguntó Aioros y Shura le lanzó un codazo -¡Auch!- se quejó.
-Y está vez ¿Por qué discuten?- preguntó el pelinegro.
-¡Camus!- dijo Milo.
-¿Él qué?-
-Nuevamente me cela con Shaina y ya le expliqué que solo lo quiero a él...- sus mejillas se ruborizaron aunque ambos caballeros visitantes ya estaban enterados de su relación desde aquella vez en el coliseo cuando al terminar de entrenar ambos se besaron -Y bueno ya saben Shaina está con Aldebaran... Camus ahora que lo pienso ¡Eres un celoso!- se cruzó de brazos.

El pelinegro volteó a ver a su amigo quien mostraba una cara de pocos amigos cuando la susodicha fue mencionada por los labios del escorpión.
El peliaqua simplemente hizo un chasquido con su boca.

-Camus amigo... Cómo puedes desconfiar de Milo, si está tan feo que solo a ti te gusta- bromeó.
-¡Oye!- respingo Milo.
-¡Shhh!- indico Aioros pues sabía lo que su pareja trataba de hacer.
-¡Tienes razón Shura... Quien más que yo puede amar a una bestia horrible y fea!- hizo una cara de enojo y volteó a ver a Milo.
-¡Camus!- dijo Milo con el alma hecha pedazos.
Él no se consideraba feo.
-¡Después siguen con sus diferencias, tenemos que ir al salón principal!- exclamó Aioros.
-¡Vamos!- dijieron Milo y Camus.

Ahora ya eran cuatro caminando hacia piscis y en esta casa ya no había nadie, pasaron como si nada.

Llegaron a la sala patriarcal donde todos sus compañeros estaban ahí.
Shura se molesto al ver que eran los últimos en llegar, si algo odiaba tanto o más que su pasado era llegar tarde.

El patriarca simplemente los había mandado llamar para tener una comida juntos.
Los doce esperaban una buena noticia o simplemente que recibirían una misión, pero era una simple comida con los doce.

En sus platos había comida típica de su país de origen.
Shura estaba enfrente de su amado que no hacía nada más que provocarlo cada vez que metía una cucharada de comida greca se lamía los labios y sus pies no se estaban quietos ya que le acariciaba debajo de la mesa.
Solo cerraba los ojos y evitaba no soltar sonidos vergonzosos.
Su rostro estaba completamente sonrojado.

-¿Mucho picante en tu comida Shura?- habló Camus a su oído.
-¡No!- suspiró pesadamente.
No podía decirle nada a su amigo ya que Milo al igual que Aioros intentaba coquetearle lanzandole miradas ampliamente seductoras y un tanto inocentes cuando intentaba parpadear disimuladamente.
Al parecer el peliazul le había cautivado desde la batalla en Asgard cuando lo vio dejando sus sentimientos de lado hacia el para pelear frente a frente.
Las personas que dejaban sus sentimientos de lado en las batallas verdaderamente lo cautivaban y Milo fue el primero en hacerlo ya que su determinación en esa batalla era lo que lo había hecho entrar en ese frío corazón, además de esa sonrisa perfecta que tenía el caballero de Escorpio.

Todo bien... Hasta que Aioros se levantó de su asiento y miró a Shura con una amplía sonrisa.

-Atena... Me permite- la diosa simplemente dió un gesto diciendo "Si".
-...- Shura sabía perfectamente lo que sucedería al final de cuentas eran los primeros en afirmar su relación.
Sinceramente ahorita necesitaba un buen trago del mejor vino de toda España para tomar un poco de valor y no verse intimidado por su amado.

-¡Amigos...- dijo Aioros sonriendo y el sentía que iba a devolver su comida por los nervios -Muchos tal vez ya lo saben y algunos otros no, pero hoy afirmó que me eh enamorado del ser más maravilloso en este mundo- el pelinegro solo cerraba los ojos para no ver como todos sus compañeros se le quedaban viendo -Hoy les confirmo que amo a Shura de Capricornio y juntos tenemos un noviazgo-
-¡Valla verdaderamente después de mucho tiempo veré una boda en el santuario!- el maestro Dohko simplemente recordó sus días de ayer.
Muchos escogían al viejo masmestro de piel morada, con barba blanca y sombrero chino, que el bribón rejuvenecido.

Las mejillas de Shura enrojecieron al máximo al sentir todas las miradas clavarse en el.
Para Aioria ya no era nada nuevo, ni para Afrodita, Shaka, Mü y Camus, pero de igual manera se sorprendieron al escuchar las palabras provenientes de Aioros.
Este último desprendía un amor inigualable hasta por la mirada al capricornio y es que ese amor era el más puro en el santuario, surgido desde las lágrimas de una muerte hasta llegar a las sonrisas desde que su amada Atena les había brindado a todos sus caballeros.

-¡Felicidades!- hablo Afrodita tomando la mano de su amado Death Mask por debajo de la mesa.
-¡Grácias!- hablo Aioros.
-¡Y tu Shura no tienes nada que decir!- intervino el mayor de los gemelos para incomodar más al de la décima casa.

Por instinto Shura coloco sus manos sobre su cara, está estaba completamente cálida y eso le aseguro el tono rojizo que tenía su rostro, sin embargo su tono de piel blanquecina no le ayudaba en nada ya que el color rojo resaltaba muy bien en sus mejillas.

-Yo... Yo... No tengo nada que decir, ¡Aioros es el único amor de mi vida!- sonrió.

Aunque ya habían hablado sobre confirmar su relación, Shura era el más convencido, pero después cuando Aioros tomo la iniciativa se le fue toda la actitud que llevaba cuando todos empezaron a hacerle preguntas.



Gracias a l@s que me dieron algunos concejos😎...
Gracias por sus comentarios.🙏🏼

Perdoname... (Aioros x Shura) (YAOI) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora