Capitulo cuatro

7.2K 627 260
                                    

-Será mejor que te relajes un poco, iremos lejos.- asenti levemente, sin levantar la mirada, aún estaba avergonzado de el beso y la manera en la que me había hablado.-¿No vas a decir nada, conejito?- Dijo, acercándose a mi para tomar el cinturón de seguridad y abrocharlo para luego picar uno de mis cachetes.

Se acomodó en su asiento, se quito su corbata y el cinturón, para luego aventarlos para los asientos traseros.
Me miro y sonrió levemente. Arrancó el auto y espero unos segundos mirando al frente. Alzó su ceja derecha y luego la bajó, después abrocho su cinturón de seguridad y llamó mi atención:

-Pequeño, no me tengas miedo, tenlo cuando te castigue o llegue a casa enojado ¿Puedo hacerte una pregunta?- asenti respondiendo su pregunta. -Ese chico, Jimin... ¿Es muy importante para ti?-

-Fui su primer amigo. Nunca nadie lo ha amado.- expliqué, jugando con mis pulgares. La verdad, estaba preocupado por el. Tenía miedo de que ese chico lo maltratada y le hiciera daño. -Ese chico, quien lo compro ¿Es malo? Yo no quiero que lo lastimen.-

-¿YoonGi? No, no es malo. Es un gran amigo, sólo que aveces tiene muy poca paciencia en diferentes situaciones. Pero tranquilo, no le hará daño. No si el obedece. Así como tu.- me relaje un poco, TaeHyung conocía a YoonGi y lo consideraba su amigo. Las esperanzas cada vez crecían un poco mas.

Después arrancó el auto cuando me quedé callado. Mientras iba conduciendo, una tormenta eléctrica estaba justo enfrente de nosotros. Jamás había visto una y me parecía muy hermoso algo tan simple y natural. Jamás había salido del Orafanato Busan, y la ciudad es muy colorida tiene mucho edificios, autos con luces rojas y algunos taxis. Multitudes de personas caminando, admirando y contemplando la ciudad, así como yo. Muchas parecían ir en su mundo, como si nada más les importará y sólo quisieran llegar a casa. Así es como me lo imaginaba:

-Debo... darte una serie de reglas, antes de llegar.- dijo, poniendome nerviso ante las reglas desconocidas, y mi mente descomtrolada ya imaginando la clase de reglas que queria: -Uno, Llámame señor Kim y a la hora del sexo me llamarás Papi. Dos, siempre pide las cosas por favor y gracias. Tres, te compre ropa, lenceria, mucha y te lapondras cada que quiera. Cuatro, yo mando, harás lo que quiera como quiera y cuando lo quiera. Cinco, deberás obedecerme o sino habrá consecuencias negativas.- Dijo, hablando con una voz fría y mandatoria. Seguía conduciendo mirando fijamente la carretera, seguro, pensando en la serie de cosas que me hará cuando lleguemos. -Seis, Eres mío, jamás, con nadie, te atrevas a hacer algún tipo de actividad sexual más que conmigo ¿Entendido?-

-Si... Señor Kim.- dije acalorado, llamarlo así me hacia estremecer y sentirme inferior.

-Así está bien.- Dijo con apenas una visible sonrisa.

Mire fijamente los dos caminos que se encontraban frente a nosotros, uno conducía hacia una carretera solitaria y atemorizante, oscura y sin luz eléctrica, la otra, conducía hacia la ciudad. Nos detuvimos por el semáforo que cambio a rojo, estaba impasiente, no hablaba y seguía mirando aquel camino solitario.

-Cuando lleguemos, me chuparas la polla ¿Entendido?- Dijo con voz rasposa y aún más gruesa.

No podía creer lo que estaba pidiendo, ¿Enserio quería que hiciera eso? Pero, yo no se como se hace Y si lo lastimó quizá me regañe y me pegue. 

-¿Entendido?- repitió, asegurándose de que respondiera a su extraña pregunta.

-Si, Señor Kim.- dije con los ojos en blanco y sonrojado.

-Buen chico.- Dijo con una sonrisa.

Acto seguido, el semáforo cambio a verde y se fue por la izquierda...: El solitario camino.

Comprado | VKook - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora