Donde Jeon JungKook es vendido en una subasta en un prostíbulo de alto prestigio.
Donde Kim TaeHyung es un Millonario empresario, el mas Joven y Sexy en Corea del Sur.
-No Copias y/o adaptaciones.
-Mención de otros personajes (No insultos).
-Voca...
(Escuhen la cancion 💫💕 ¡HOLLAND es un gran cantante! Ayundenlo a seguir creciendo)
Maratón 3/3
-¿A donde vamos, Señor Kim?- pregunte.
El señor Kim ya había pasado por mi y ahora nos dirigíamos a lo que parecía ser la ciudad en un auto diferente: Bently
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(Bently flying spur 2019. Esta evaluado en 210,526.316 que en pesos mexicanos vendría siendo 4 millones. No se ustedes pero estoy enamorada de este auto. Aquí a su servidora le encantan los autos deportivos.)
Vestía unos Jean claros, una camisa negra y unas zapatillas negras. Sonrió de lado con la vista hacia la carretera concentrado. Se detuvo debido a que el semáforo cambio a rojo y sus ojos fueron a los míos. No decía nada y solo me miraba con una pequeña sonrisa, me tenia nervioso.
-Vamos de compras ¿no lo recuerdas?- dijo para después volver a poner su vista al frente y luego de que el semáforo cambiará a verde, el pudo seguir con su camino. Mi sonrojo subió un poco mi mirada cayó a mis muslos en donde se encontraban mis manos entrelazadas.
-¿Qué comprará?
-Comprare ropa para ti y los muebles para tu habitación, muñeco.- el simple hecho de que me dijera muñeco me hizo sonrojar aún más. Mordí el interior de mis mejillas para reprimir una sonrisa tonta.
-Y ¿todo el día de hoy se la pasará comprando cosas para mi? No quiero ser una molestia ni tampoco quiero que me trate como si fuera un príncipe y ponga mucho dinero en mi.- negué con la cabeza y una notoria sonrisa nerviosa.
-Te comprare cosas las cosas que yo quiera, cuando quiera y donde quiera.- dijo con voz gruesa y mandona mirándome por el rabillo del ojo, mi piel se erizo y me sentí sumiso ante el. -No eres una molestia ni mucho menos.- suspiro -Si se me da la gana te trataré como un príncipe y pondré miles en ti.- sus ojos se posaron sobre los míos unos segundos y después volvió a poner su vista al frente, sentí mi cara arder aún más con esas palabras.
Mi corazón latió aún más fuerte y desvíe mi mirada al igual que el. -Bien.- dije nervioso mirando por la ventana e imaginándome el cuanto gastaría en mi.
En estos momentos me sentía mimado. Mordí mis mejillas internas intentando reprimir una estúpida sonrisa. El auto se volvió silencioso y solo de podía apreciar el rugir de el motor y el volumen bajo de la radio, era algo como jazz suave. Pese a eso el camino fue agradable.
Varía veces me sonrojaba al recordar esas largas manos -que sostenían el volante- recorrer mi cuerpo y acariciarme. Mi piel se erizaba y me sonrojaba levemente. Recordé esas marcas rojizas y akgunas rosadas en mi abdomen y pecho. Lo mire y después tuve una batalla mental en si debía contarle o no.
