The way you lie

¿Perdida?

Amo correr, el viento golpea mi rostro, y me trae una paz, cuando vivía con mis padres solía correr para olvidarme de los problemas, y aveces para pensar las cosas mejor.

Wil siempre ha sido unido conmigo, y que últimamente parezca que no le importo, me afecta mucho, no se si Diana lo hace intencional, aveces creo que si, porque cada vez que quiero hacer algo con el, ella siempre quiere hacer otra cosa o lo contrario, y pues claro, el la elige a ella. Se siente horrible.

-Ciudado imbecil- mire a la chica con la que acabo de tropezar por andar perdida en mis pensamientos, la chica pasó corriendo como si escapara de algo, sin permitirme disculparme.

-¿Dónde mierda estoy? - me susurre a mi misma al ver mi alrededor y no tener ni idea de dónde estoy, estaba en medio de un vecindario que si no fuera por las luces que salen de algunas casas, dijera que esta abandonado, la oscuridad y soledad en la calle, me hace temblar. Quite los auriculares y observe a ver si veía algo que me indicará como volver.

Mire hacia atrás y vi un parque oscuro, que logre reconocer, de cuando íbamos camino al apartamento el primer día, me llamó la atención que era solitario y lleno de árboles, podía sentarme a leer o escuchar música, lo que no sabía era que de noche fuera tan tenebroso, camine hacía el parque y me recosté a un árbol en el suelo.

- Debería matarte sucia rata, pero no me voy a ensuciar mis manos contigo- escuche la voz de un hombre, junto a los quejidos de una chica.

-Marco, te llama J ! - ¿J?, se parece a los nombres que le ponen a los malos en las novelas, vi al chico que gritaba esto mientras corría y me escondí al lado del árbol.

- Mierda! ya voy, y a ti no quiero verte más en mi vida - lo escuché caminar hacia el chico que lo esperaba cerca de mi, luego los vi entrar al extraño bar que esta frente el parque, no lo había notado.

-¡Carajo! - escuche otra vez los quejidos de chica, Hidekel, no vayas allá, no sabes quien es, no vallas, y aquí estoy caminando hacia la chica, soy mas cabeza dura que cobarde, a veces.

- ¿Te ayudo? - la chica me miró confundida, pero luego asintió a mi propuesta. La ayude a levantarse y aún a oscuras la lleve a un banco donde había luz.

-Perdón por chocar contigo hace un rato, estaba perdida en mis pensamientos - le dije a la chica al darme cuenta que era la misma que choque. Ella me miró con un gesto confundido.

-¿cómo? - seguía confundida. - ah, eres la chica que corría despistada. - asentí.

- Yo soy la que pido perdón, no fue tan grave y te ofendí, es que mi vida es una completa basura, y aveces no me controlo- me encogí de hombros, restándole importancia.

-¿Por qué te golpeaba?- en cuanto me escuchó , endureció el gesto, negando con la cabeza me miró.

-Te digo esto porque pareces buena, y me caíste bien, no se como mierda llegaste aqui, ni porque, solo te digo cual sea la razón corre, no es el peor lugar del mundo, pero aquí se encuentran personas podridas que no lo pensaran para hacerte daño -

temblé por vigésima vez ante sus palabras, ni siquiera se por donde irme. La chica se paro del banco en el que estábamos sentadas.

- Me tengo que alejar de aquí, nunca nos vimos, si sigues toda esta calle derecho vas a ver la plaza, supongo que de ahí, ya sabes guiarte. - asentí sorprendida. - para la próxima, menos despistada. -

Vi como con dificultad se perdía entre los árboles del parque.

-Demasiado drama por hoy. -

Me pare del banco y comenze a correr hacia donde ella me decía.