Academia Pharisse [Saga Reyes Vampiros] #PGP2019

Capitulo XLII

Mi cabeza pensaba con rapidez en donde sellar el resto de la energía oscura, el libro decía que debía guardarse en algo fuerte y que tuviese que ver con el descendiente de la luna, hasta que caí en cuenta de algo.

—¿Puede ser sellada en un objeto que no pertenezca a mi hermano pero que esté relacionado a él? —pregunté en dirección a la bruja anciana que se encontraba a mi lado.

—Sólo queda intentarlo —respondió ella con seriedad. De inmediato todas comenzaron a dirigir el resto de la energía hacia el objeto que les señalé.

El cristal de mi collar.

Si yo podía mantener esa energía conmigo, recuperaría a mi hermano y él estaría bien.

Todas comenzaron a recitar nuevamente el hechizo, una enorme ola de poder me golpeó cuando la niebla oscura se me acercó.

Una extraña sensación me invadió: miedo, miedo de que ésto no funcionara y mi hermano recibiera nuevamente ese horrible poder.

Pero por fin algo salió bien, pues tiempo después aquella magia fue sellada en mi collar. Habían pasado varias horas mientras realizabamos el ritual, así que suponía que el hechizo del libro del sol había terminado y los poderes de Neall volverían.

Después de agradecerles a todas las brujas por su ayuda, me acerqué a mi hermano y al verlo me di cuenta que ya no llevaba aquellas esposas.

Con cuidado abrí la jaula y lo saqué de allí. A mi lado llegó Noah con un gran sillón donde acosté a Neall, él aún seguía dormido pero presentía que pronto despertaría.

Y así fue, al parecer nuestra conexión había vuelto.

Tan pronto abrió sus ojos, ambos estaban del azul característico de la familia de mi padre. Con rapidez me tiré sobre él y lo envolví en mis brazos.

Varias lágrimas resbalaron por mis mejillas, pero no me importaba verme débil en éstos momentos o en la guerra que había pues lo único en lo que pensaba era en que recuperé a mi otra mitad.

—Morgan —susurró Neall con algo de arrepentimiento —. Lo siento, lo siento tanto.

Podía escuchar sus sollozos así que lo apreté más junto a mí.

—No hay nada de que disculparse, tú no tienes la culpa de nada—dije con firmeza.

Después de varios minutos, nos separamos y Neall volvió a hablar, él ya se encontraba más tranquilo.

—No entiendes Morgan, recuerdo todo. Recuerdo que disfruté lo que hacía, recuerdo que te herí y no sentí nada, soy un ser horrible.

—Ni se te ocurra pensar eso—grité—. Tú estabas bajo el control de Lilith y de la maldición.

—Ella tiene razón —comentó Noah tras volver con una botella de sangre.

Con rapidez Neall bebió todo el contenido de esta y segundos después habló.