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¿Que podía hacer?

No lo podía obligar a estar a mi lado y mucho menos alejar a Ela, eso sería algo muy egoísta.

No quería que fingiera quererme.

No dormí esa noche, simplemente no pude. Me quedé pensando en lo que había pasado en ese año, lo de ese día.

Me puse a reflexionar a profundidad sus sonrisas, expresiones y habla al estar juntos. Y conmigo.

Después me puse a recordar lo que hemos pasado Trolli y yo. Me estaba sintiendo triste.

Asustado por esto me levanté de golpe y me dirigí al interior de mi armario para tomar de la repisa de arriba un frasco antiguo, ahí estaban mis pastillas.

Me lleve unas dos ¿Talvez? Y me dirigí al baño donde tenía las que son para dormir.

Tomé igualmente dos y baje a la cocina por agua. Al servirla en el vaso una ligera voz con un timbre femenino me detuvo.

–¿Qué haces?—me preguntó mi hermana de tan solo trece años de edad, tallandose su ojo izquierdo, sus rizos enmarañados llegaban hasta sus hombros y tenía leves ojeras—. Prometiste dejar de tomar pastillas si yo dejaba de fumar...

–no puedo dormir y tengo escuela mañana, está vez si las necesito ¿Vale? ¿Tu porque estás despierta?—ella camino al refrigerador y metió la mitad de su cuerpo en este, buscando algo.

—sacó una bolsa de chocolates—. Tampoco puedo dormir... ¿Que tal si comes unos chocolates en lugar de las pastillas? Son demasiadas incluso para ser contra el insomnio.

–mmm, ¿que tal esto?—aparte las pastillas para dormir—. Me como dos chocolates y me dejas tomar dos pastillas.

–que sean cuatro chocolates y una pastilla.

–mejor cuatro chocolates y dos pastillas.

–si,... Espera.

—Tomé mis chocolates correspondientes y me lleve el vaso de agua con los antidepresivos—. Un placer hacer negocios.

—ella rió levemente y tomo las dos pastillas que deje en la mesa para tirarlas en la basura y alcanzarme en la sala—. Ponle a las caricaturas, quiero ver "Star wars"

—encendí el televisor y ella se acomodo en mi, tome las dos pastillas y comencé a comer un chocolate—. ¿Qué tal te ha ido en la escuela?

–creo que bien—dijo aún con dos chocolates en su boca—. No te han mandado a llamar, y los maestros no me han dicho nada. Además que mi último examen salí con un diez impecable.

–eso es bueno, ¿y cómo vas con "eso"?

–bueno, aún necesito uno al día pero espero mejorar pronto—dejo los chocolates en la mesa al lado del sofa. Se acurrucó y yo la abracé.

–prometo que cuando ya me vaya a mudar, te llevaré conmigo, buscaremos una escuela allá y te conseguiré a alguien que nos ayude con tu problema. Te prometo que al irnos todo va a mejorar y tendrás una vida como la de cualquier niña de tu edad.

–eso suena lindo... ¿Y tú? ¿Tus problemas también se arreglarán?

–bueno, tendremos una vida distinta pero de buena manera. Además yo estaré tan ocupado para tener otros problemas.

—ella se quedó pensando, tanto que incluso llegue a creer que se quedó dormida—. ¿Tu y Javi pelearon?

–no...¿Porqué crees eso?

Cuando me amó  [Mikecrack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora