El principio del viaje.

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Ágatha sabía que algo iba mal. Sus poderes se lo decían, su magia se lo estaba gritando.

Desde que tenía uso de razón sabía que tenía magia, algo extremadamente raro, puesto que para todo el mundo la magia era sólo un mito.

Pero ella sabía que no, a medida que iba creciendo se iba dando cuenta del verdadero alcance de sus poderes.
Podía tener visiones y sueños en los que veía tanto el pasado como el futuro.

A los 15 años descubrió que no solo podía ver el pasado y el futuro sino que también podía viajar en el mismo tiempo.

En ese primer viaje descubrió la verdad, la verdadera verdad.

Su misión. Su destino.

Aún recordaba aquellas palabras que la confundieron de sobremanera, que todavía la confundían.

"Tu destino no es ahora, es antes, el tiempo necesita de tu ayuda, y tu la de él. Sólo cuando el azul sea dorado, sabras que estás en tu lugar, que tu viaje ha terminado. Que tu futuro ya ha empezado"

Su destino era encontrar al azul que es dorado, pero hasta entonces debía proteger al planeta de posibles extinciones presentes, pasadas o futuras.

Al principio Ágatha no entendía cómo podía ser posible una extinción en el pasado puesto que el pasado ya había pasado, pero con el paso del tiempo empezó a entender cómo funcionaba todo el espacio y tiempo. Como funcionaba realmente su magia.

Ágatha aprendió que todas los personas tienen un destino, pero a veces pueden esquivarlo, cuando una persona consigue esquivar su destino puede causar un efecto mariposa qué puede provocar catástrofes inimaginables.

Ese día en especial, Ágatha se notaba inquieta, la magia le recorría el cuerpo causándole una sensación de intranquilidad. Algo andaba mal, esa era la señal del que el tiempo estaba estropeado y de que ella debía solucionarlo.

Normalmente la sensación de aviso de su magia no solía causarle daño alguno, pero en esta ocasión empezaba a notar dolores en las puntas de los dedos de los pies y las manos.

Eso es la preocupaba, podría significar que el peligro al que se enfrentaba era mayor de lo que pensaba, qué necesitaría más tiempo del que solía requerir normalmente.

Estaba de camino hacia el Museo de Londres donde trabajaba como historiadora cuando noto los primeros síntomas de la magia. Ágatha dudaba de que alguien le negará el tiempo libre, era la mejor historia que tenían, rara vez le negaban algo.

Al entrar por la puerta principal la sensación de dolor de su cuerpo se empezó a extender por sus extremidades. Aceleró el paso para llegar cuanto antes hasta su jefe cuando algo la detuvo de golpe.

En una esquina de la sala donde se encontraba había una piedra con una espada clavada. Se acercó despacio a ella y se tapó la boca con las manos.

-Es excalibur.

Susurro Ágatha sin creérselo. Tan sólo había visto esa espada en sueños y visiones.

Era increíble, pero un error, ella sabía que la historia de Arturo y Merlín era real por sus poderes, pero para la humanidad era un simple mito. Y esa espada no debía estar ahí, eso solo podia significar que Arturo nunca la sacó de la piedra.

"Esto está mal"

Pensó Ágatha. Una de sus compañeras que pasaba por allí la miró de forma extraña.

-¿Por qué te sorprende? Llevas trabajando en ella desde que llegó hace 4 años.

-Bueno, es increíble, me sorprende cada vez que la veo.

La bruja del tiempo |Merlín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora