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La vida tiene sus propias maneras de hacerte dar cuenta de su valor.
Puede ser tuyo o de alguien más.

En aquel entonces Yoongi había sido demasiado joven para entender el valor de la vida, demasiado joven para apreciar la capacidad de respirar, de poder vivir. Estar vivo....

Su vida siempre había sido un completo desastre, el chico siempre lo había considerado una tortura.
Había estado lleno de dolor y sufrimiento.
¿Días felices?
Nunca había tenido uno

La vida nunca lo había tratado bien. Sin embargo, de alguna manera, había logrado superar los días.
¿Había sido ingrato?
El no sabía

Todo lo que sabía era que nunca había sido realmente feliz.
Nadie se había preocupado por él nunca, pero a él nunca le había importado porque a él tampoco le importaba nadie.
Nunca se había preocupado por si mismo, y mucho menos por alguien más.
¿Quieres saber por qué?
Porque a nadie le importa

Todos fingen.
Pretenden escuchar, pretenden preocuparse.
Pero al final, terminan usando tus debilidades y tus inseguridades nuevamente contra ti.

Te olvidan, pero siempre los recuerdas
Recuerdas esa parte de ti que se fue con ellos
Y no los culpas
No
Nunca los culpas.
Te culpas a ti mismo porque sabes que es tu culpa que se hayan ido.

Igual que fue culpa de Yoongi que el hombre que se suponía era su padre abandonó a sus madre porque nunca lo quiso en primer lugar.
Igual que fue culpa de Yoongi que su madre no pudiera ni siquiera mirarlo porque su vida se había convertido en un infierno gracias a él.
Justo como había sido culpa de Yoongi que ella lo dejó para sobrevivir en su propia ciudad.

Amor, felicidad, paz, confianza...
Esas palabras nunca habían sido parte de su vocabulario.
Esas fueron las palabras que Yoongi solía despreciar más. Eran las que más le habían aterrorizado

Yoongi había estado a punto de destruirse cuando se encontró...

Con el....

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