you were here || yoonmin

05

Viernes, 24 de julio de 2015

Ese día... Yoongi lo recuerda muy bien.
Nunca olvidará lo perdido que se sintió, lo indefenso que se sintió.
Nunca olvidará lo mucho que odiaba al mundo ese día.

Por alguna razón, Yoongi se sintió inquieto, incluso ansioso toda la mañana y no sabía por qué, pero su instinto le dijo que algo estaba mal.
Cuando llego al apartamento de Jimin, golpeó la puerta pero el no abrió, Yoongi lo llamo varias veces pero Jimin no contesto. Llamo el nombre Jimin una y otra vez, pero no hubo respuesta.
Nada.

Yoongi pensó que debía estar gritando como un maniático por que, en algún momento, una de las vecinas una señora mayor, salió de su departamento y le dijo que la ambulancia había estado allí en la mañana y se habían llevado a Jimin, pero ella no sabía por qué.

¿Saben ese sentimiento cuando descubres algo inesperado que te deja en un estado completo de shock, que te deja temblando y sacude tu cuerpo hasta la médula? ¿Cuando sientes que alguien acaba de cortarte las piernas y ya no puedes sentir el suelo bajo tus propios pies?
Eso es exactamente como se sintió Yoongi.

Si no hubiera sido por la adrenalina que había recorrido por sus venas en ese momento, Yoongi probablemente no habría llegado al hospital por su cuenta.
El segundo en el que Yoongi entró a la habitación de hospital de Jimin, el segundo en el que lo vio, el segundo en el que vio la sonrisa débil pero genuina en su cara pálida, no pudo contener las lágrimas.

Yoongi se sintió aliviado y aterrorizado al mismo tiempo. Ni siquiera sabía lo que estaba pasando. Sin embargo Yoongi ya podía sentir que su mundo estaba a punto de desmoronarse.

Había otras dos personas en la habitación, los padres
de Jimin.

Yoongi aún recuerda lo delicada y frágil que sintió la mano de Jimin en la suya cuando la madre del chico le explicó por que Jimin había estado hospitalizado.
Una parte de Yoongi intentó silenciar completamente su voz y centrarse únicamente en la forma en que se sentía al tomar la mano de Jimin.

Pero no pudo
Su voz era todo lo que podía escuchar
Su voz y su propio latido errático