Pensamientos apoptóticos #CA2022 #PGP2022

Facundia impresa

⏳⚜

En la parsimonia de mi soledad degusto de la escucha incesante de un periódico que logra más que mil palabras, en un inconmensurable silencio prefiero deleitarme del murmullo del mundo, aunque sea algo taciturno.

La primera plana me ve y dice:

"La corrupción es una consecuencia de los actos más desaforados de la sociedad, es causada por aquel arquetipo de la perfección, es una percepción miríada de la inocencia del hombre o de su maldad extrema. No se dan cuenta de sus propios errores hasta que es demasiado tarde, no son capaces de elucidar sus pensamientos ni de ordenar sus propios ideales, no pueden conocerse a sí mismos y mucho menos saber qué es lo que tienen y a lo que les gustaría aspirar.

Una parte del pueblo se lamenta de sus propias decisiones después de haber defendido esa misma idea por meses y sin ninguna remuneración personal; mientras que la otra mitad se limita a ocultar aquella faceta de la equivocación sobre sus propios ideales pues aceptarlo de manera pública sería una acción apóptica en contra de su integridad, en contra de lo que dicta la sociedad. Esta última mitad prefiere desconocerse a sí mismos y perder el poco conocimiento de ellos, quedándose varados sin saber qué pensar, qué decir, qué elegir porque ahora, en situación de vulnerabilidad, llegará un ser superior que va a embelecar con promesas falsas y argumentos vacíos, pero que serán los suficientemente justificados y con una gran facundia para tomar una nueva ideología, una nueva identidad para una persona que nunca ha tenido una propia, para una persona que nunca ha defendido algo personal"

El pase de la página con una sonrisa en el rostro sólo es un rastro de mi evidente misantropía y mi megalomanía que, a pesar de intentos continuos, me prohíben la comprensión de la sociedad y de sus seguidores hipnóticos, de sus petimetres. La sección de entretenimiento me da la bienvenida con una sonrisa engatusadora y comienza con su monólogo:

"La kalopsia es la base del entretenimiento, de la fama; pareciera ser que en este ámbito solo puede triunfar aquello que es apócrifo para la razón, pero suntuoso ante los ojos. Pero no solo es la belleza la que triunfa en el mundo del espectáculo, es la forma de atracción del ser humano hacia la floraina, es un método mucho más efectivo que la hipnosis misma, pues es alimentado por el propio ser humano.

Las portadas de la sección se llenan de belleza basada en la falsedad, vida perfecta que se inclina más a lo quimérico, riquezas que esconden la murria de las noches solitarias, matrimonios que parecen construidos con casquivanos involucrados en la fama; y a pesar de lo anterior, el mundo sigue creyendo que las sonrisas son reales. ¿Qué se necesita para que la sociedad abra los ojos? Al parecer ni la sección de salud logra tal mérito".

Doy vuelta a la página, quitando de mi vista la imagen de una mujer con silueta de reloj de arena. El siguiente apartado se asoma con ironía, pareciera haber escuchado el monólogo de la falsa fama. La sección de salud comienza a hablar a través de una mascarilla, como si pudiera protegerse de la enfermedad presente en la sociedad:

"Creo que la sociedad utiliza mal las mascarillas, pues ante su ignorancia y memez, pareciera que las utilizan en los oídos. Me considero el antónimo de la sección de espectáculos, pues auténtico para la razón y apócrifo para los ojos, pero ¿por qué me sorprende la imbecilidad del ser humano? ¿Realmente he de valorar el juicio de este que busca seguir la misma vida perfectamente amañada sin ser capaz de darse cuenta de esa argucia?

Creo que los justificaré por su ignorancia, solo la ignorancia de ocupar una mascarilla, claro. Cada vez que mueran por adicciones los justificaré por su ignorancia, ante cada pandemia los justificaré por su ignorancia y ante cada nueva muerte de un inocente los justificaré por su ignorancia, su ignorancia en el uso de la mascarilla, claro. Aunque he comenzado a pensar que también utilizan las mascarillas en los ojos, pues parece que su ineptitud está también presente en sus ojos al negar ver la realidad".

Di la vuelta al periódico, una tos me sorprendió mientras mi rostro se limitaba a un gesto de ironía, me preguntaba en dónde radicaba mi ignorancia médica. Continué leyendo el resto mientras me topaba con la sección de deportes, pero sabía que mucha de mi torpeza se encontraba en esa sección, por lo que no me detuve. El apartado de economía tenía la misma carátula de falsedad que la de espectáculos, pero esta también portaba una máscara de prosopopeya, aquella que disfrutan los intelectuales y que aparentan hacerlo aquellos que simulan su intelecto.

Tomé mi café de la mesita de un costado, doblé el periódico y lo volteé para entretenerme con los sudokus y crucigramas de la última página de este. Esa sección sí debería ser llamada entretenimiento, pues no muestra ninguna mentira, sino que ofrece desafíos. Tal vez sea esta la razón por la que muchas veces todos estos retos queden incompletos en el cesto de la basura.