"Débuts et Souvenirs"
Mar Egeo – Costas de Grecia
Noviembre, 29 de 1744
El vaivén del barco debería haberla arrullado y hecho dormir, pero la verdad era que Fluorite apenas había pegado ojo esa noche, y si dijera la verdad, no parecía que fuera a hacerlo en un tiempo cercano. Con un suspiro cansado, se levanto del camastro en el camarote que Degel le había conseguido justo al lado del de él, y cuidadosamente para no hacer ruido abrió la puerta y salió al pasillo, no queriendo molestarlo mas de lo que ya lo hacia al este ir a buscarla y rescatarla de una situación más que horrible.
Hizo una mueca al oír chirriar los garzones de la puerta, pero igual siguió con su plan, caminando de puntillas en un camisón blanco de lino por el oscuro pasillo hacia las escaleras que daban a cubierta, las subió sin dudar y por fin tomo un aliento profundo cuando la brisa marina de la madrugada la rodeo, haciéndola estremecer por un momento. Sin duda estaba algo frió, pero a ella no le importo, simplemente se quedó parada allí por un momento antes de acercarse a un costado del barco, posando sus manos en la madera y fijando la vista en el inmenso cielo estrellado que dentro de poco empezaría a aclarar, por lo cerca que estaba del alba.
En el silencio del momento contemplo por fin que su realidad había cambiado, y ahora todo seria diferente, porque no solo estaría en un país diferente donde hablaban griego en vez de frances, y las costumbres y vestimentas seria completamente diferentes a lo que ella estaba acostumbrada. Ciertamente seria un cambio radical, pero ella lo prefería a lo que se hubiera convertido su vida de haber rehusado a seguir a su amigo y quedado en el teatro; no pudo evitar estremecerse por completo al contemplar que seria de ella en ese momento si hubiera aceptado ese destino, seguramente se aborrecería profundamente o... hubiera terminado quitándose la vida, como brevemente estuvo contemplando antes de que el Santo Dorado la interrumpiera.
Cuando pensaba en eso y como termino en esa situación, un nudo se formo en su interior... porque todo derivaba de la muerte de su Pere, cuando quedó huérfana de la única familia que le quedaba en el mundo y la viuda mujer, Madame Flaille se había ofrecido a tomarla bajo su ala, como su protegida. Al pensar en la mujer que la había criado por un tiempo sintió su garganta cerrarse en protesta, mientras sus ojos grises se llenaban de lágrimas deslizándose silenciosamente por sus rosadas mejillas, porque incluso aunque las decisiones de aquella mujer la hubieran terminado llevando a una situación horrible, la fallecida lo había hecho con la mejor intención para el futuro de ambas, y la había visto morir lentamente de un corazón roto, porque no había manera de ocultar aquellos de su sagaz vista.
No supo cuánto tiempo estuvo allí contemplando el punto donde creía que el mar se unía al cielo estrellado que poco a poco iba aclarando, pero de un momento a otro sintió su presencia a sus espaldas, porque para ella era inevitable que sus sentidos estuviesen sincronizados con su cercanía, no podía perderse esa aura algo helada pero que desprendía una inexplicable calidez que era tan única de él.
"Podrías enfermar si sigues vagando por cubierta sin ninguna protección contra los elementos" murmuro tranquilamente, cruzado de brazos observando a la joven muchacha en su camisón recatado con sus cabellos rubio danzando al viento como hilos de oro pálido, apenas iluminado por el alba en el horizonte. "Esta bastante frio esta mañana" y con ese comentario Degel se quitó el gran sobretodo que llevaba sobre su camisa de lino blanca y se lo coloco sobre los hombros a la muchacha, sonriendo ligeramente al notar que le quedaba mas como un vestido que otra cosa, con el borde rozando ligeramente el suelo.
Realmente era pequeña, pensó algo divertido al verla acomodar el sobretodo mejor sobre su persona, enrollando las mangas para que sus delicadas manos pálidas pudieran verse, aunque sea un poco. No fue si no hasta que estuvo recostado del barandal de espalda al horizonte que noto las lagrimas silenciosas en su rostro y solo pudo suspirar, dejando toda diversión de lado.
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Golden Frost
Fanfiction【Saga Dorada I】 La monotonía de Degel fue interrumpida, quien debido a unas cartas de una conocida hace su día a día mejor, sin embargo, no espero que de un momento a otro las cosas cambiaran, y no para mejor. Ahora el Santo de Acuario debe ir a Fra...