una tarde casual

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¿Creen que le haya pasado algo? — preguntó Raptor con preocupación después de a dos minutos de la hora acordada del encuentro.

No creo — dijo Timba aún acostado en el sillón.

¿Y si le llamamos? — preguntó también Sparta.

No, yo digo que ya va a venir — volvió a responder Timba.

¿Pero?... — hablo raptor.

Ya dejen descansar a Timba, ¿No ven que eso es lo que quiere? — mencioné ya molesto de las preguntas de esos dos. De verdad que llevan un rato sin dejar de preguntar por Trollino.

¡Por fin! Alguien si sabe de lo que hablo — agradeció Timba.

Lo siento Timba — dijeron al unisono los dos amigos que anteriormente molestaban a Timba.

No sé preo... — fué interrumpido el mayor de nosotros.

Al parecer había llamado a la puerta, ya sabía de quién se trataba al igual que mis demás amigos porque las dos personas (ya sabemos de quienes hablo) salieron disparados a abrirle a nuestro dichoso amigo ya tanto esperábamos con ansias, nótese mi sarcasmo.

Hey raptor, ¿Cómo has estado? — preguntó Trollino entrando a la casa.

Bien, y ¿A ti cómo te ha ido con tu esposa? — respondió y preguntó Raptor.

Mejor que nunca, nuestro matrimonio nos a sentado exelente — sonrió.

Que bien por ti — hablo Sparta.

Grácias — volvió a sonreír Trollino.

¿Gustas algo? — otra voz se hizo presente en su plática, se trataba de nada más y nada menos que de Timba.

No, así estoy bien — contestó de forma amigable.

Entonces ven siéntate conmigo — dijo Timba mientras daba palmadas al sofá en el que se encontraba sentado.

Trollino solo asentó sonriente, se sentó junto a nuestro amigo peliazul y miró a los demás.
Me daba pereza entablar una conversación con Trollino así que solo me di la vuelta y me encamine hacia la cosina sin que nadie se percatara de mi acción.

Y ¿Mike? — preguntó Trollino.

Atrás de ti — señaló Sparta hacía la nada puesto que yo ya me había retirado del lugar señalado.

¿Dónde? — preguntó mientras miraba la zona señalada — se me hace que se hizo invisible porque no lo veo — dijo entre risas.

No sé preocupen, yo lo busco — propuso Raptor mientras se dirigía a la cosina. Sabía que el si me iba a encontrar.

¿Qué haces aquí? — hablo mi mejor amigo al entrar por la puerta que permite el acceso a la cosina.

Vine a limpiar — conteste sarcásticamente.

Pues lo haces mal, mira — pasó su dedo índice por la mesa que se encontraba cerca suyo y me enseñó la prueba de la suciedad que había. Aunque si pasar el dedo de notaba la tierra en está.

Pues si tanto le molesta mis servicios hágalo usted — hablé "enojado" solo por seguir el juego.

Es por eso que lo contrato señor — todo los ojos para después empezar a reírse.

Sabe que me marcho aunque me despida bye — dije en modo diva y al igual que el reptil inútil me empecé a reír.

En la cosina solo sonaban risas por parte de nosotros dos, tanto así que entró el que menos quería ver... Si exacto era Trollino que nos miraba con una sonrisa en su rostro.

Valla que hermosa escena de amigos, tanto cariño y risas por parte de ambos que me estoy poniendo celoso — decía con aún una sonrisa en el rostro.

Tú tienes la culpa por irte tanto tiempo y dejarme solo — hablé enojado.

Lo siento, sabes que esa no era mi intención — solo agachó la mirada.

Me acerqué con los puños cerrados, me miró con tristeza pero a la vez como si me permitiese pegarle, si se lo merecía pero no iba a ser tan grosero, no delante de mi mejor amigo...

Eso no es lo que hacen los amigos — grite a la vez que tomé fuerza con en mi mano listo para dar el golpe — pero si sé que los amigos se perdonan todo — baje la mano sin hacer ningún movimiento brusco.

Solo pude sentir que el me había abrazado, me sentí tan bien que no tuve esa sensación de apartarlo de mí, solo correspondi y sonreí a lo bajo. Por fin había vuelto a recuperar a ese Mike bueno, otra vez lo quería pero ahora no como otra cosa si no como una amistad sincera, como siempre tuvo que haber sido.

Te extrañe — seguí abrazándolo — de verdad — lo tome de los hombros y  mire sus ojos celestes tan bonitos.

Yo igual — volvió a abrazar me — por eso te pido perdón — recargo su cabeza en mis hombros.

Juntos habíamos formado un bonito abrazo lleno de amistad verdadera no tardo ni cinco minutos y raptor se nos había unido a este, luego de la nada llegaron los compas restantes y también se unieron al abrazo. Nadie decía nada porque hay veces en que el silencio lo dice todo aunque no sea nada malo y así fue, todos entendimos que contábamos los unos con los otros, pasados ya tres minutos aproximadamente nos separamos la mayoría portabamos lágrimas en nuestros ojos y unas que otras resbalando por nuestras mejillas, era una escena tan bonita que hubiera querido que no se hubiese terminado, pero ya era tarde para decirlo.

No cabe duda que estar con mis amigos que hace bien y ahora que pienso Raptor no me a dicho su idea que tuvo esta mañana, me da curiosidad y se lo quiero decir pero solo sonare como un desesperado.

Y bien ¿Cómo queréis pasar el resto del día? — preguntó Timba tumbandose en el sillón.

¿Noche de películas? — propuso Sparta.

No, noche de juegos — decidió Raptor saltando de el sillón donde de encontraba sentado anteriormente.

Si, suena divertido — sonrió el pelinegro.

Por mi bien — hablé neutro.

Ya está decidido — brinco Sparta todo emocionado.

Eh, yo no e opinado — dijo algo molesto Timba.

Pues si te pones te obligamos — volví a hablar el gordito de la pandilla.

Vale — respondió alargando la e esté Timba.

Pero ¿Que juego? — preguntó Raptor colocando su mano sobre su mentón.

Verdad o reto — propuso Sparta aún con emoción. E de admitir que parecía un niño pequeño.

¿No ese juego es el típico que "juegan" todos en una pijamada y terminan declarándose las personas a sus amores platónicos y que al final forman una bonita pareja? O ¿ Esa en la que luego se dicen sus verdades y eso hace que terminen sus amistades? — hablé con duda.

Si, pero que más da, todos queremos informarnos de la vida de los demás — dijo Trollino para después reír.

Tienes razón, pero quiero preguntarte algo muy importante — respondió a mi pregunta el reptil.

Mejor no — negué de forma divertido, si así se le puede decir.

Andá, ¿Si? — me miró con algo de brillo en sus ojos o como se le conoce mejor haciendo cara de perrito.

Está bien — me crucé de brazos y me senté en el suelo haciendo un puchero todo infantil.

Bien, entonces todos hagan un círculo en el suelo — hablo Sparta.

Todos los demás hicieron lo pedido y se sentaron formando un círculo en el suelo, mientras tanto Sparta buscaba una botella. Casi no me agradan estos juegos pues uno se empieza a enterar de cosas que suelen ser vergonzosas y al final quedas en algo de ridículo así como el que voy a hacer porque presiento que Raptor como el buen amigo que es me va a preguntar "¿De quién estás enamorado?" Y todos los compas presentes se van a enterar y me van a mirar con cara picara y pues lo típico de esté juego, ya saben.

...

Mi otro diamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora