Tengo un importante dilema con la indecisa humanidad,
¿Que carajo es que les pasa?, ¿No querían la inmortalidad?
Yo conocía al viejo decrépito, ese llamado Vlad,
uno que otro trago juntos llegamos a tomar.
El tenía un buen propósito para acabar con las agonías, como el hambre, la enfermedad, a la muerte un fin pondría.
Pero no lo comprendieron estos seres de corta mente,
Tuvieron la oportunidad de vivir felices por siempre,
un "siempre" tan literal, como la luna encandecente.
Viajo desde sus frías tierras, buscando el plan iniciar,
todo iba tan perfecto hasta cometer un error fatal;
violar a la pelirroja una investigación hizo desatar.
El vástago fue buscado, cazado y atrapado, sin piedad amortazado y al final decapitado.
Afortunadamente, para mucho antes llegué a conocerle, lo visite un par de veces, con sus sucubos llegué a entretenerme.
Comida caliente dentro de una congelada cripta, no lo pensé dos veces con lo que él me proponía,
sabía que por la eternidad un tormento me perseguiría, la tristeza y la euforia se harían parte de mi vida,
aún así acepte la longevidad que me ofrecía,
tal vez era parte de su plan para limpiar su nombre hoy en día.
En el mundo hay tanta muerte por hambre y enfermedad, entre otras tantas cosas que está maldición pudo terminar,
niños muriendo de hambre y un vaticano que no hace nada, les interesa más el oro, cazarnos y a la miseria ignorarla.
Yo pienso igual que él,
yo sí lo pude entender,
Dracul dejo su legado,
en mi sangre lo llevaré.
Necesito poder beber el vino escarlata de las venas,
que fluye dando vida a los cuerpos que van en pena.
Los recuerdos me persiguen desde hace un par de siglos pasados,
viviendo atormentado por los amores fracturados.
Cobro venganza alimentándo me según mi naturaleza fría,
no me culpen por ser el monstruo que conocí aquel día,
no vengo a contar mi triste y sola historia de vida,
sino para hacer que el plan del Dragón acabe con la anarquía.
Ya somos cientos de nosferatu vivientes,
caminantes de las noches,
vivos estaremos por siempre,
no sufrimos malestares,
más que sentimentales,
les escribo todo esto desde mi cripta antimortales.
Hay un imbécil que viene, a diario y hace pregunta,
aveces dice que estoy loco,
aunque es un más de nosotros,
le gusta extraer mi sangre, supongo que para beberla.
Él me dice que es el doctor de un manicomio, ¡No le crean!
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Cuentos de una mente negra
PoetryNo sé cómo llegue a este estado, tampoco me lo pregunten, una mente desquiciada pero por mucho más, muy sana. En versos suelo escribir esta extraña poesía...