Doce

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Mori llegó a la casa, vio todas las luces apagadas, estacionó el auto y se bajó, vio por las ventanas, pero era difícil divisar que había dentro ya que las ventanas estaban cubiertas por dentro con las cortinas, intento abrir la puerta, pero estaba cerrada. Intento abrir las ventanas, bingo, una estaba abierta, entro lentamente y con su celular alumbró el camino, camino a una puerta, tembloroso la abrió, no había nadie, solo una cocina vieja, con una estufa oxidada y unos vidrios rotos en el suelo, igual habían gotas de sangre

Eso lo asustó, subió las escaleras y abrió la primera puerta que encontró, vio un colchón mugriento en el suelo, las paredes tenían manchas de humedad, había una caja llena de ropa vieja y sucia, al lado estaba el uniforme de Poe, se adentro más a la habitación y vio a Edgar tirado en una esquina, se acercó preocupado, lo alumbró con la linterna, estaba mojado, olía mal, estaba lleno de moretones y marcas, le salía sangre de unos cortes en el brazo y tenía sangre seca en la cara

—Poe..

—¿Hmp?

—Menos mal, sigues vivo

Susurró Mori aliviado, cargo a Poe con un poco de dificultad y lo llevo al auto, lo dejo en el asiento del copiloto, le puso el cinturón y empezó a conducir

—Tranquilo, ese infeliz no te pondrá un dedo encima 

—..Gr..a...

—No te esfuerces, te llevaré al hospital donde trabajo, todo saldrá bien

Luego de unos minutos llegaron, Mori pidió una camilla y se llevó a Poe para curarlo, primero le tuvo que cocer los cortes, le puso puntos. Luego lo llevo al baño, lo desnudo y lo ducho con cuidado, se percató que el líquido maloliente que tenía Poe era orina

—¿Fue tu padre?

El adolescente asintió como pudo, Mori lo termino de duchar, lo seco y le puso una bata del hospital, le aplicó una crema en todos los hematomas y le miró la boca

—..Poe, abré la boca

Allan obedeció sin protestar, Mori se percató de algo..a Edgar le faltan dos dientes, sin duda la golpiza de su padre había sido brutal

—Ven

Mori ayudo a Allan a sentarse en una silla de ruedas y lo llevo a la sección de atención dental

—Un amigo te pondrá unas prótesis, nadie se dará cuenta que las usas, confía en mí

Poe asintió sonriente, Mori es como el padre que nunca tuvo. El pelinegro se fue a un supermercado que estaba abierto las veinticuatro horas, compro ropa, pero como era un supermercado no había mucha variedad, luego volvió al hospital, eran las tres de la mañana, al llegar fue donde el chico y lo vistió con lo que encontró, lo cual era un bóxer, unos calcetines y un kigurumi de mapache

¡Acepta a mi novio! (RamPoe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora