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.Se acercaba el cumpleaños número dieciséis de Arthur y él no sabía qué regalarle, bueno ni siquiera sabía cómo acercarse luego de la discusión que tuvieron. Los dos eran mejores amigos desde pequeños debido a la cercanía de sus hogares, siempre estuvieron juntos y se querían como hermanos, pero todo eso empezó a cambiar a inicios de la secundaria, Alfred se había vuelto el mariscal de campo del fútbol americano y Arthur, el presidente del Consejo estudiantil. Esto provocó que ya no pasaran tanto tiempo juntos como antes, si bien o Alfred estaba ocupado en las prácticas de su equipo o Arthur estaba organizando y administrando algún evento relacionado a la escuela. Además, los dos eran de grados diferentes por lo que ni se veían en las clases.
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El día en que discutieron era su fecha de amistad, un tipo de tradición que forjaron desde niños en el cual se celebraba con videojuegos, helado y muchas hamburguesas por parte de el americano, era un día que los dos tenían que cumplir sin falta ese era el juramento que habían hecho, pero... Alfred lo había olvidado.
Arthur había ido listo a la casa de Alfred, había hecho un enorme esfuerzo por acabar sus responsabilidades el día anterior y así poder ir y cumplir su promesa. Se encontraba emocionado, con una sonrisa suave que reflejaba su alegría por pasar tiempo con su mejor amigo. Admitía internamente que extrañaba las bromas tontas de Alfred, y que últimamente por la distancia se había dado cuenta que las apreciaba.
Al tocar el timbre de la casa de los Jones y ver que nadie respondía decidió esperar afuera sentado en el pequeño columpio del árbol que poseía la casa en el patio delantero. Pensó que Alfred sólo había salido a comprar y que regresaría pronto.
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Después de treinta minutos de espera, comenzó a preocuparse, decidiendo enviarle mensajes para saber qué sucedía o si algo le había pasado, pero no obtuvo respuesta. Un poco desanimado, tomó algunas frituras que había guardado en su mochila, haciendo tiempo hasta que Alfred apareciera. Eran las 5:00 pm, por lo que además sacó su abrigo para refugiarse del viento que lo hacía temblar ligeramente.
Espero una hora más, sin ninguna señal por parte del americano, ni llamadas, ni ningún mensaje. Quería evitar pensar que la razón no había sido solo el simple hecho de que Alfred había olvidado la fecha. Suspirando, se levantó del columpio dispuesto a irse a su casa. Más tarde, tal vez Alfred le daría una buena excusa de su falta.
Con el sol ocultándose, tiñendo el cielo con una bella coloración anaranjada-púrpura. Arthur observó desde la distancia, a menos de una cuadra, cómo llegaba Alfred acompañado por una bella chica. Ambos sonriendo, compartiendo una conversación íntima entre pequeños susurros en una agradable caminata.
Arthur conocía muy bien a la chica, la había visto innumerables veces desde que empezó a salir con Alfred hace menos de un año.
Emily, la capitana de las porristas pensó.
Vio cómo se despedía de ella con un beso fugaz en los labios, se mantuvo en silencio esperando a que la chica se alejara lo suficiente, luego se dispuso a salir en dirección a su hogar. Alfred al girar su mirada, notó la presencia del inglés, sorprendido y acercándose rápidamente antes de que se fuera, lo tomó del brazo.
- ¿Arthur, que haces aquí?- preguntó ante la curiosidad de ver a su amigo cerca de su casa a esas horas.- ¿Y por qué tus cejas están fruncidas?
- Eres un idiota - simplemente contestó, estaba enojado - ¿En serio lo olvidaste?
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𝙼𝚈 𝙿𝚁𝙴𝙲𝙸𝙾𝚄𝚂 𝙱𝙴𝙰𝚁 [𝙴𝙳𝙸𝚃𝙰𝙽𝙳𝙾]
Fantasia◤ -------------------- ֍ ➶ ✾ Con un poco de magia Alfred terminará convirtiéndose en un osito de peluche Y esto lo llevará a ser envuelto en una serie de sucesos que lo llevarán a descubrir los verdaderos sentimientos de su mejor amigo. ✾ ➶...