🌙SOLO ESTA NOCHE🌙 + PJ

🌙 3

Capitulo III

"Las noches más oscuras son las que ofrecen amaneceres más
Luminosos, El comienzo del alba es como un poema describiendo el amanecer."

La refulgente luz del amanecer choco contra mi rostro bañándolo con su bello calor, me encontraba realmente Sosegado en el cómodo sillón Poco a poco mis pesados parpados se fueron abriendo poco a poco dándole paso a la iluminación que entraba por la pequeña ventana, un aire fresco y relajantes hacían bailar la desgastadas y opacas cortinas. Había pasado un buen tiempo desde que recuerdo que tan bien dormí por última vez, acurrucándome mejor me lleve la pequeña manta cubriendo la mitad de mi rostro el rico aroma arándanos y hierba buena se colaban por mis fosas nasales; podía decirse que se había vuelto mi aroma favorito. Con algo de pereza levante mi cuerpo quedándome sentado, mis desnudos pies tocaron el suelo estremeciéndose por la fría madera. Examine cada rincón de la casa buscando la presencia de la chica la cual no sabía aun su nombre.

Caminé hasta lo que seria la puerta de su habitación quedando frente a ella toque dos veces, esperando alguna respuesta solo obtuve silencio, toque con mas insistencia hasta que la puerta se entre abrió un poco debido a la fuerza de los golpes que propicie. Abrí un poco mas asomando mi cara mientras daba unos buenos días pero al parecer la habitación estaba vacía, me adentre a ella observando todo. No era ni muy chica ni tampoco grande, sus paredes era de un verde pastel, la cama era individual y algo desordenada, una pequeña mesa en una esquina con libros, un florero y papeles, una vieja silla, un ropero, sus cortinas blancas y lo que al parecer era el bañó. Hice una mueca de inconformidad poniendo mis manos a la cadera, sin mas remedio empecé a caminar hasta la puerta pero mi propio reflejó me hizo detenerme.

Mi cara era de asombro y es que realmente no me había fijado en las fachas que me encontraba parecía un vagabundo, mis ropas estaban mas que sucias por la tierra y con algunos rasgos en la tela, mi cabello era un desastre ahora entendía por que la chica me dio posada en su casa. Pero aunque quisiera cambiarme no tenía más ropa ya que fui desterrado y tirado a mi suerte como un vil perro.

☀☀...

Termine por rendirme dejándome caer en una de las sillas, tratando de recuperar algo de aliento mire el reloj que marcaba las 9:00a.m. Faltaban por lo menos cuatro horas para ir al bar, hoy había salido temprano de casa incluso antes de que el son me diera los buenos días.

A—¡Jazmín! Apresúrate, esas sabanas no se lavaran solaz—hoy decirle ala señora choy.

A—¡Ya Voy!

Hace tiempo había accedido a tener dos empleos por las mañanas trabajó con la señora Choy en el área de lavandería en un pequeño hotel, trabajo medio tiempo mientras las demás empleadas llegan en su turno, aunque fuera un hotel de cadena pequeña era muy solicitado aunque era muy matado el trabajo necesitaba la plata y aquí la paga era muy buena. Abecés envidiaba a la señora Choy a sus cincuenta años podía lavar mas de diez sabanas sin quejarse. Solo esperaba que aquel chico siguiera en casa.

🚇🚇...

Cogí el metro con mas de media hora de retrasó para llegar a mi segundo trabajó esto de seguro me costará la mitad de mi paga conociendo a Richard busca cualquier cosa para no pagar lo justo. Baje a toda prisa del metro sin importarme con cuánta gente chocaba al abrirme paso ya que otros bajaban y otros subían. Podía escuchar el sonido de las suelas de mis votas chocar contra el asfalta con fuerza. Jamás en mi vida había corrido tanto pero es eso o trabajar sin paga, cuando pude divisar aquel letrero negro con las palabras "DAIMON BLACK" incrustadas sabía que había llegado, el pequeño Bar subterráneo fue mi primera opción cuando decidí trabajar ya que el dueño estaba tan desesperado por encontrar trabajadores pero para mí mala suerte si hubiera sabido que era un tacaño de primera lo hubiera pensado dos veces antes de aceptar trabajarle. Cuando cruce aquellas escaleras trate de pasar desapercibida pero falle.

— ¡Jazmín! ¡Llegas media hora tarde!—grito Richard con molestia.

—Ya sé, pero no fue mi culpa—reproche.

—Me importa poco, ahora cámbiate y empieza a trabajar esos tragos no llegaran a los clientes por si solos—ordeno—que no me escuchaste—trono sus dedos para llamar mi atención.

—Eh, ¿dijo algo?—Salí de trance.

—No me hagas repetirlo Jazmín, que tanto me vez.

—Nada es solo que...usted, ah...nada, no es nada, permiso— dios realmente me había perdido en el pequeño trozo de carne que de alguna manera quedo atrapado en su papada, realmente era asqueroso incluso podía apostar que no sabía lo que era un baño. Mientras trataba de alejar esa asquerosa imagen de mi mente escuche una dulce voz.

—Demasiado trabajo en el Hotel—oí decirle a Tessa ella era una cuarentona detrás de la parrilla para hamburguesas, ella junto con su esposo Martín han cuidado de mi desde que tenía catorce años y entre a trabajar aquí.

—No te imaginas cuanto te mentiría si te digiera que no siento las uñas—dije colocando mi ropa en mi bolso—hoy entraste tarde.

—Si acabo de llegar hace rato, hoy fue la graduación de Mery así que pedimos permiso—termino de sujetarse el cabello.

—Me alegro, dale mis felicitaciones de mi parte—me despedí de Tessa, agarre mi charola para repartir las bebidas. Los pedidos iban y venían a cada rato, deje mi charola para sentarme un rato en uno de los taburetes de la barra mis pies me estaban matando.

— ¡Jaz!—gritaron a lo lejos—te buscan en la mesa siete.

—¿Quién?—dije confundida.

—Un chico realmente Guapo, dice que te conoce—se encogió de hombros.

—Gracias Sara—agradecí, que raro no conozco a ningún chico. Camine hasta donde se suponía que estaba aquella persona, me sorprendí bastante al saber de quien se trataba— ¡Tu! ¡¿Cómo fue que diste conmigo?!