NOTA:
El médico le advirtió al autor una deficencia de vitamina B12 (este no le hizo caso como siempre) y los editores murieron. Por lo tanto la historia puede contener ligeros cambios de trama, jeje.🎵Me había sentado a esperar en una piedra mientras el topo jefe arreglaba con el guardia de la puerta de la ciudad. Cuchicheaban entre ellos. En el camino me había dicho que tenía grandes expectativas en mí, que depositaba su confianza en que era uno como ellos, pero una vez allí, sus risitas de por medio y un suave manoteo dibujando una linea imaginaria cruzando su cuello, me hicieron dudar.
Había oido que el guardia era un "crocrodrilo" o algo así. También tenía un cuerno en su frente. No se veía incómodo. Parecía natural entre ellos, como su comversación. Sentí envidia por ellos. El topo tenía el pelaje azabache y denso, y unas manos cortas que manejaba con habilidad. Mientras que el guardia era largo y su cuerpo le cubrían escamas duras. No había parecido en ellos, mas que sus respectivos cuernos en la frente. Hablaban como si se conocieran de hace tiempo.
Antes no había visto nunca a nadie con cuerno. A lo mejor ahora que yo tenía uno, podría verlos.El jefe topo se acercó con una sonrisa de oreja a oreja. Me dijo: "hasta nunca" y dirigió un puñal a mi pecho. Lo mantuve a centimetros de mi piel y le torcí la mano. Él solo tenía los ojos llorosos. Debía ser orgulloso. Lo tiré al piso y me dio su última mirada de súplica, supe que había sido tan infeliz como yo, pero la situación ya lo ameritaba y le destrocé el craneo con una patada. Un charco de líquido rojo viscoso comenzó a borbotar. Lo seguí pisando. Fue una muerte rápida.
El guardia pegó un grito agudo y corrió reptando hacía adentro. Podría haberlo alcanzado, pero pensé que sería amable si enterraba el cuerpo del topo que yacía desmembrado en el piso. Lo enterré a poco metros del lugar. Recé una oración que me había enseñado mi abuela y dando palmadas sobre la tierra le dije:
-Tienes suerte. Ahora no tendrás más problemas -Me levanté y tapé las manchas de sangre con tierra.
Crucé la muralla de piedra y entré a la ciudad que no era ciudad. Había un camino roto que imposibilitaba el tránsito de carretas y partículas de polvo se levantaba sobre metros del piso que se metían en tu organismo sin permiso y obligaban a escupir los pulmones a todo aquel que pasaba por ahí. En este lugar no había llovido hace semanas.
Metros y metros más adelante, encontré las primeras casas: eran precarias. Las casas más lindas, con jardines amplios perfumados a jazmín paraguayo, el olor a mi infancia, eran hechas de barro y estaban envés a la carretera o eso me pareció porque ninguno tenía puerta a la ruta. Me habría sentido bien, sino fuera por las miradas recelosas que salían del interior de estas. Había casas de chapa también con puertas a la ruta. Fue en una de esas que sentí un sacudón que me metió al interior. Era fría, oscura. Un pequeño haz de luz se metía travieso entre las persianas. Una mesa de por medio y una señora gorda y rosada, con piernas largas me miraba con cara de horror mientras abrazaba con sus plumas abiertas a sus crios blancos.
Un hombre, que debió ser el autor de aquel pellisco, me miraba y dijo con voz susurrante:
-El guardia advirtió la presencia de un criminal. -La señora y sus hijos me miraban a mí inquietos y movían la cabeza con un suave "sí" que secundaba lo que decía el que parecía ser el macho de la familia.-¡Qué horror! -dije yo y ahora los cuatro integrantes asentían la cabeza ligeramente. Hubo un silencio eterno.
-Somos flamencos y pertenecemos a la clasificación amarilla. ¿Y usted? -Soltó sin precedentes la mujer. Aunque dudé un rato de su sexo por la voz varonil. Miré al macho esperando ver algo en sus ojos pero él parecía natural. Entonces volví la mirada. -¿Ocurre algo? -agregó.
En realidad, si les decía que no entendía de qué hablaba, habrían pensado que yo podía ser peligroso. O eso creía. Parecían agradables y si moría me daba lo mismo. Por ello respondí con honestidad:
-Yo... no sé de qué demonios me hablan.-estaba cabizbajo y esperé su respuesta pero no hubo ninguna. Cuando los vi impaciente, se miraban entre ellos con la complicidad que tienen las familias felices, sobre todos los maridos.
Aunque había tristeza en sus expresiones, también comprensión. Entonces me explicaron todo o al menos todo lo que ellos sabían.
El niño había pedido contar la historia de su patría. Sus padres no parecían molestos con sus pausas y equivocos, sino que estaban orgullosos y no intervenían.
Me contó una historia de guerra a la cual no puse mucha atención porque me distraía en mis propios pensamientos. Antes de aparecer aquí, cada noche al cerrar los ojos, la imagén del rostro de mi madre se aparecía en mi mente. Ahora lo veía a cada momento. En las pausas del niño, yo solo asentía y a veces me reía, aunque no estaba seguro de tener que hacerlo.
Había terminado el relato y se fue a jugar cpn su hermana. Me invitó a jugar, pero no acepté. Tiraba de la misma manera el brazo que su padre. Cuando menos los esperé, tenía servido un plato humeante de locro en frente. Recé y comí. Nunca había probado antes esto. Lo comí sin hambre por cortesía. Hubiera deseado bambú.
-Nosotros llevamos 60 años aquí. -dijo el macho. esforcé mi cara de incredulidad.
El locro me subió la temperatura y el shock me hizo sudar y temblar. Mi madre tenía 8 años. Todos mis deseos de parecerme al jefe topo y el guardia se reventaron como pompas de jabón.
-No te preocupes. Es algo normal. Al principio no me acostumbraba a la idea de estar aquí, pero el "maestro Sen" me recomendó asentarme en un lugar. Tuvo razón. Al año de casados -se pausó y miró a su esposa- explotó la guerra.
-En el bosque de las penurias -habló la mujer- he visto una hembra con sus mismas características físicas. Siempre camina por allí- continuó mientras me guiñaba un ojo.
No estaba interesado en nada, pero me pregunté si podría conocerle. A lo mejor sea mi madre.
¿Cómo se llama?
-Margareta.
Después de eso y enterarme que el guardia llegaría con ayuda real cuando las gallinas canten, la niña me ató una sábana hecha con retazos de tela en tonos marrones.
Me alejé lentamente y volteé la cabeza dirigiendoles una última mirada y sonreían todavía. No los volví a ver nunca más, hasta...
N/A:
Había borrado esta historia y abandonado esta cuenta...
Aunque por momentos pensaba olvidarla, este día cumplo 19 años. El primer capítulo se supone que fue publicado un 23 de junio de 2016, como el siguiente, aunque el 2018 esté perdido o será ese capítulo vergonzoso... En fin, decidí manutener la costumbre y publicar el capítulo, aunque haya olvidado las reglas ortográficas, aunque lo resuba y aunque todas las personas que conocí en esos años, ahora solo sean sombras del pasado.
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ciudad Pandicornio
AbenteuerPanda es la única esperanza para planeta Cornio. Sin nadie que haga frente a los malévolos planes de Hitler, el jefe doscornios, la raza unicornio se verá en peligro. Es allí, donde la mas grande aventura de Panda está por comenzar. portada hermosa...