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Nota: Este primer capítulo cuenta la historia de ambos (Harry y Louis) por separado, previo a su encuentro dos años después.

(Paris, Francia)

Harry creció entre lujos, lo tenía todo... todo excepto el cariño y la presencia de un padre que lo escuchara o le contara historias del pasado, o una madre que tuviera tiempo para llevarlo a cursos de pintura o hacer lo que unos padres comunes solían hacer junto a sus hijos.

Desmond se encontraba siempre ocupado para poder dedicarle tiempo.

Anne, por otra parte, amaba el lujo, ir de compras, coleccionar joyas.

No era para menos, era hijo del rey y la reina de Francia.

Harry tenía una hermana llamada Gemma Grace, tres años mayor que el rizado, sin embargo, para su madre Harry era el favorito, siempre lo había sido, desde que nació supo que sería alguien especial.

Lamentablemente el cariño que le brindaba no era lo suficiente para Harry, ese cariño se reducía en cosas materiales.

Su madre era bastante especial, era comprensiva y muy buena a su manera pero en vez de darle cariño maternal, lo solventaba con lujos y caprichos para sus dos retoños.

Siempre le daba la razón a Harry lo que le causaba problemas con Gemma, quién se sentía apartada del poco cariño que entregaba su madre.

Fue así como se volvió independiente desde temprana edad la mayor de los Styles Cox.

Ser la esposa del rey también conlleva muchas responsabilidades, cuando Harry y Gemma eran pequeños ambos iban a donde su madre iba ya que a Anne no le gustaba dejar a sus hijos en manos de sus sirvientes y guardaespaldas.

Con el pasar de los años y mientras el rizado crecía, se fue forjando su personalidad, una llena de carencias afectivas.

Su carácter al comienzo introvertido y más bien tímido se fue volviendo todo lo contrario acorde el rizado vivía en carne propia la implicancia de ser parte de la realeza.

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Anne solía gastarse fortunas en la joyería más prestigiosa de Francia.

"Joyería Fénix"

El logo del lugar era grande y lujoso.

Ingresaron a la tienda que ya la duquesa se conocía de memoria, su hijo la seguía detrás.

Estuvieron recorriendo la tienda por unos cuantos minutos, Anne era indecisa, lo quería todo.

Conversaba la con encargada comentándole lo que le interesaba y lo que no.

La atención hacia la realeza era de primer nivel, por supuesto, se le ofreció té inglés y algunos croassant

—Y por aquí están las piedras preciosas...- indicó la vendedora

Harry, en ese entonces un adolescente de 16 años observaba detenidamente, pasó su vista por cada descripción que se encontraba debajo de las piedras y diamantes, una en especial le llamó la atención.

"Zafiro: simboliza la sinceridad, la fidelidad y la verdad en las relaciones humanas, es fuente de paz, sabiduría y alegría."

Su madre se acercó tomándolo de los hombros a modo de caricia fraterna.

—Hermosos, ¿no?- comentó y el joven asintió volteando su cabeza estando de acuerdo, su sonrisa y sonrojo eran característicos de él.

—Si, lo son, brillan... demasiado.- la ilusión en sus ojos delataba lo maravillado que estaba.

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