18. Perdiendo la cabeza.

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Regreso al baño y veo a Bruno de reojo pero lo esquivo y camino rápidamente hacia el baño al entrar observo mis manos y están llenas de sangre
—Qué?..—sólo era una gota..¡¿por qué mierda es tanta?!
Comienzo a frotar mis manos contra el agua pero no puedo quitar la sangre, comienzo a frotar aún más duro y mis manos comienzan a sangrar. ¡Mierda!
Sin darme cuenta ya estaba llorando y el agua del lavabo desbordaba hacia el piso
—Freya. —Bruno me toca el hombro
—¡¡Déjame!! No me vuelvas a tocar. —lo agarro de la mano y lo empujó hacia los cubículos de los retretes, las puertas de estos se rompen—Tú! Tú eres la maldita razón por la cual soy así—he soltado sin pensar y me giro nuevamente

Veo mis manos y ya están curadas pero, aún hay sangre, al girarme me veo en el espejo. Mi cara está cubierta de sangre, mis ojos oscurecidos con las pupilas rojas, no, no, eso no puedo ser yo. Toco con mis manos ensangrentadas al espejo, mis lagrimas caen de la ira y con la fuerza de mis dedos destrozo a mi reflejo.

Salgo corriendo, no sé a donde, ni el por qué, paro por un momento y el mundo da vueltas, por segundos siento que me ahogo, que no puedo respirar y que todos los sonidos de mi alrededor se dispersan, para tan solo escuchar el sonido de mi desesperada respiración.

—Freya.—esa voz.
—Amelia?!—esa es su voz no puede ser otra, no..no
—Freya! —grita Bruno mientras me mira fijamente, por un momento creí que era ella..—Freya..mírame, soy yo, soy Bruno

Mis ojos se centran en sus grises ojos y siento que vuelvo en mi. Bruno. Me dejo caer en sus brazos y siento como me recibe con alivio.

—Hey..tranquila—dice mientras acaricia mi cabello—estoy aquí

Lo que le he dicho... "Tú! Tú eres la maldita razón por la cual soy así" como pude ser tan cruel y arrogante. Me odio, no lo merezco, no merezco nada ni nadie. Me separo de él con indiferencia

-Me tengo que ir.- le digo volteándome y caminando hacia el edificio de los dormitorios femeninos. -Adiós
-Preciosa.- vuelve a tomarme del hombro y siento como un escalofríos recorre por mi cuerpo, Bruno créeme que no me quiero ir pero es lo mejor para ti en estos momentos, mis ojos se humedecen y tomando fuerzas me giro
-Dije adiós Bruno, necesito estar sola.- sus ojos se postraron en los míos y vi como su preocupación se asomaba, pero tenía que irme, tenía que hacerlo en ese momento.

Gire y no voltee atrás, pequeñas lágrimas cayeron y seguí mi camino. Llegue a mi habitación y me lance a la cama—¡Ahh!—grite debajo de mi almohada para posteriormente ver al techo. ¿Qué he hecho? ¿Por qué siempre debo perder la cabeza y herir a los demás? Incluso a él, la persona que más me importa en este momento. Mi corazón duele, he decepcionado a mi mejor amigo y le he dicho cosas horribles a..Bruno, ahora que lo pienso. ¿Que mierda somos? Que buen momento para ponerme a pensar en eso eh Freya. Eso ya no importa ahora, debo disculparme con él y con Matt, me he vuelto completamente loca, pero aún así, el estaba ahí, abrazándome. !¿Pero que estupidez he hecho?! Debo buscarlo ahora.

Me levanto de un salto y corro a la puerta, tomo el cerrojo y abro la puerta. Bruno estaba ahí parado mirando al suelo pero Justo cuando abro sube su mirada hacia mi, sentí el alivio más grande de mi vida, ahí estaba él, mi Bruno. Me lanzo encima y el me recibe sin ningún problema

-Lo siento, lo siento, lo siento!- le repito mientras lo abrazo con todas mis fuerzas, cuando lo vuelvo a ver él solo me asiente con una tierna sonrisa, esa sonrisa que nunca antes había visto. Sonrió de vuelta y le doy un tierno beso en los labios.

Por siempre y para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora