La lista Cooper

Casablanca

"- ¿Dónde estuviste anoche?"

- ¿Anoche? No tengo la menor idea. Hace demasiado tiempo

- ¿Y qué harás esta noche?

- No hago planes con tanta antelación."

Albus echa los cereales restantes en un jarra de leche fría y, con una cucharita, espera pacientemente a que se hundan. Oye los gritos lejanos de su madre y sus dos hermanos que, sin ser previsores, han dejado la preparación del baúl para el mismo día en que salen para Hogwarts. No es que él lo haya preparado antes, pero su elfo doméstico tiene un gran cariño hacia el único Potter en Slytherin y básicamente se lo hace.

A Albus no le podría importar menos, si Kreacher disfruta ¿quién es él para quitarle su felicidad?

Así que, sigue hundiendo los cereales que se empeñan en subir a la superficie y lamenta no tener un libro con el que poder distraerse, pero están empacados. Buscando una distracción hasta localizar un libro medianamente bueno o un crucigrama (Albus ha desarrollado un extraño gusto por los juegos del periódico), el Potter fija su mirada en su prima segunda que se está untando la tostada con los últimos restos de mermelada que quedan en el bote.

A veces, cuando la mira, Albus no puede evitar pensar en que su abuela paterna se hubiera visto exactamente igual que su amiga cuando tenía diecisiete años. Sin embargo, ese pensamiento no suele durar mucho. Y no solamente porque la pelirroja odia la comparación entre Lily Evans y ella, si no porque cuando la mira, Albus solo puede ver a la pequeña pelirroja a la que tuvo que atender un día en su casa sin tener ni idea de magia y a la que aconsejó que aprovechara su legeremancia.

Porque sí, su prima segunda lee mentes, porque tener una cicatriz mágica en la familia no era ya suficientemente raro.

-Bueno, prima, ¿cuáles son tus planes para este año? -le pregunta y no puede evitar poner un tono burlón en la palabra prima. Su hermano James la llama así a veces, y él cree que es el único que hace eso a pesar de que son familia.

En otras circunstancias, él podría haber esperado un comentario con cierta ironía (algo que Albus aprecia) pero teniendo en cuenta la  nube de felicidad en la que vive la Slytherin desde que sale con su primo Fred, solo obtiene la verdad y una sonrisa.

-Estudiar y mantenernos alejados de los problemas -dice muy seria.

Albus se ríe. "Mantenernos alejados de los problemas" es más bien un sueño que un plan.

-Suerte -le desea el chico- te va a hacer falta.

Y, en efecto, le va a hacer falta. James, su hermano, logró meterse en unas extrañas pruebas hace dos años de las que Lily tuvo que sacarlo y, el año pasado, fue Lily y su actual novio los que tuvieron que jugar a juegos mentales. Mantenerse alejados de los problemas no es algo que hagan a menudo los Potters.

-Lo voy a conseguir, -afirma Lily triunfante- tengo un plan.

Albus ladea la cabeza y agradece que ese plan no lo involucre a él también, lo último de lo que tiene ganas es de ser manipulado por la mejor amiga de la prima de su mejor amigo.

 Una mirada ligeramente divertida de su parte le hace saber que, lo más probable es que también haya un plan para él. Lo cuál es injusto, ¡hasta ahora Albus no se ha metido en ningún problema!

(Sobretodo porque no había encontrado uno lo suficientemente divertido como para querer meterse)

El chico de ojos verdes abre la boca para soltar una de sus mejores réplicas sarcásticas justo cuando por la puerta de la cocina aparece su hermana Lily Luna. La Potter más pequeña (pero no por ello había que menospreciarla, todos dan fe de ello) pasa la vista de su hermano a su tocaya para detenerse en esta última. Albus piensa que, por su cara, tiene una pregunta.