Nunca me han gustado las reglas. Si hay algo que me define, es mi aversión a esos principios estúpidos que dictan lo que está bien y lo que está mal. Aun así, yo misma me había impuesto tres para garantizar mi supervivencia, igual de sencillas como complicadas a la vez. ¿El motivo? Hadrien O'Connell.
Hadrien es todo lo que deseas, pero lo que menos necesitas. Es la razón por la que puedes perder la cabeza de muchas maneras. Creía que era inmune a sus encantos, pero en un segundo me encontraba queriéndolo y odiándole por completo. Pasaba de querer tenerlo lejos a acercarme a él con tal de descubrir cada uno de los misterios que escondían sus ojos negros. Era como una polilla atraída por su luz, lo que es curioso considerando que todo lo que rodea a Hadrien O'Connell es oscuridad y peligro. Alteraba mi sistema nervioso de las maneras más sencillas: con una mirada, una palabra, un roce... Hadrien ponía a prueba mi paciencia, mi autocontrol y, lo que es peor, me hacía dudar de mí misma como nadie antes lo había hecho.
Tenía tres reglas, pero yo siempre rompo las reglas. No sé por qué pensé que esta vez iba a ser diferente. No podía serlo tratándose de él, pero nunca estuve preparada para lo que vino después, para acabar envuelta en un saco de mentiras que empezaban en un juego en el que se ganaba o se perdía todo.
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Stupid boy 1: Atracción prohibida
Teen FictionNaomi Brown está decidida a mantenerse lejos de problemas, especialmente si esos problemas tienen nombre y apellido: Hadrien O'Connell. Conocido por ser el quarterback más popular y rompecorazones del Palace High School, Hadrien es todo lo que Naomi...