Capitulo 2.

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Tahomaru no prestaba ni el más mínimo interés en clases, su mente estaba vagando en esos momentos en los acontecimientos nuevos de su hogar, aquella mañana los sirvientes habían estado más ocupados que de costumbre organizando la casa para los nuevos invitados, Tahomaru había escuchado conversaciones dispersas que se preguntaban por qué después de tanto tiempo el primogénito regresaba a casa si nunca anteriormente lo había hecho.

No sabía en qué momento llegaría Hyakkimaru ya que su padre así lo había pedido, dudaba que su padre lo dejara acercarse a Hyakkimaru si él lo ordena, esperaba que su padre no se le ocurriera eso, ya que sus planes de ver a su hermano acabarían en la basura o peor de los casos sería capaz de meterse en problemas con tal de ver a Hyakkimaru, no reacciono hasta que escucho el sonido de la campana indicando el final de las clases, suspiro levantándose del asiento por fin podría regresar a casa en su interior quería que su hermano por fin llegara y saber de él.

-Tahomaru-Dono-

Tahomaru volteo a mirar a la persona que le llamaba encontrando a Mutsu que le sonrió.

-Mutsu.

-Tahomaru-Dono, Hyogo y yo lo estábamos esperando ya está afuera el auto.

-Gracias Mutsu.

Comenzaron a caminar rumbo a la salida del instituto en el que asistía, no dijo nada en el transcurso del camino, no tenía intención de hablar, tenía demasiadas preguntas en su mente, o lo tenía hasta que fue sacado de sus pensamientos por Hyogo.

-Tahomaru-Dono, parece hoy muy callado, ¿Le sucede algo?

-No Hyogo, ¿Por qué lo dices?

-Lo notamos muy pensativo- Hyogo miro a Mutsu.

-Sera que se debe a la llegada de Hyakkimaru- hablo Mutsu- no se preocupe, Hyakkimaru no le quitara su lugar como el próximo líder.

-Tahomaru negó con la cabeza- No, no me preocupa Hyakkimaru y que me llegue a quitar mi lugar, simplemente deseo saber más de mi Ani.

Tahomaru miro los rostros de sus acompañantes, para mirar su reacción, pero no expresaron nada que pudiera preocuparlo por su desliz en esos momentos con las palabras que había dicho hace unos momentos, miro de nuevo la ventana se preguntaba cómo había cambiado su hermano y como se vería ahora.

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Aquel día casi paso sin ningún tipo de altercados, Tahomaru navegaba por la red en aquellos momentos, aunque no había nada que llamara completamente la atención, en aquellos momentos llego un mensaje a su celular al mirarlo se dio cuenta que solo era un recordatorio de que mañana tenía una cita con el psicólogo que lo había tratado, su padre aun no consideraba que no estaba completamente seguro que hubiera mejorado, a veces se preguntaba cuando su padre se cansaría de hostigarlo pero bueno en cierta forma, su padre no estaba ni un poco equivocado sobre lo que el sentía, en sus sueños más deseados deseaba que su padre se retirara de ser el jefe lo más pronto, pero su padre prefería mejor primero morir antes de dejar su poder a él, tal vez su padre quería más el dinero y el poder que a su familia, Tahomaru deseaba que su padre fuera más viejo para poder hacer lo que quería pero sentía que aunque este fuera un anciano y tuviera que estar en silla de ruedas seguiría siendo el jefe solo porque él lo deseaba de esa forma.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio a una de las sirvientas entrar a su habitación haciendo una reverencia.

-Tahomaru-Dono - la mujer hizo una reverencia- Daigo-sama desea que vaya a su despacho en estos momentos.

-Voy en seguida.

Tahomaru se levantó de su asiento siguiendo a la mujer por los pasillos, llegaron hasta el despacho, la mujer hizo una reverencia retirándose del lugar, Tahomaru miro unos momentos la puerta aun antigua del despacho de su padre, contuvo el aire unos momentos preparándose para poner su máscara ante su padre la cara que demostraba que era el hijo perfecto o el hijo que admiraba al hombre que se hacía llamar su padre.

Amor Prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora