Los ojos de la Diosa se cerraron nuevamente y, esta vez, sólo quería concentrarse. Fue tanta la magnitud con la que centró sus pensamientos que al momento de cerrarlos frunció el ceño y puso sus manos en forma de puño, al hacer esto, unas pocas partículas de polvo quedaron entre la yema de sus dedos y estos residuos pasaron de ser pocas partículas a poder llenar toda las palma de su extremidad . Y fue así como un cúmulo de arena quedó pasmado en el hueco de su mano.
Prontamente y con brevedad, alzó su mirada y ascendió a los confines de los cielos. Estando allí, empezó a pronunciar unas palabras en un idioma celestial, cuyo lenguaje había muerto una vez usado por los Dioses de antaño. La arena que tenía en sus manos se humedecía y sin que ni una migaja de ésta se despegara, juntó bruscamente sus palmas y sonó un estruendoso aplauso. La acción de éste suceso y las palabras sagradas pronunciadas por la diosa, consiguieron tornar al pegoste de arena húmeda y barro en una bola rojiza y rosa en forma totalmente esférica, la cual, seguía aún posada en sus manos.
Las expresiones dichas por esta deidad, empezaron a sonar melódicamente por todo el lugar, sin tener que envidiarle nada a la belleza de la poesía en prosa.
—Sin amor, el potencial humano sería próspero, no habrían distracciones o miedo a la pérdida y todo se haría según mi palabra. —
Pronunció la Diosa, y mientras lo hacía, anhelaba con todas sus fuerzas el nacimiento de un ser vivo sin amor; un ser frívolo e inexpresivo que no sintiese la osadía de retar o contradecir a su fundador.
La diosa escupió directamente sobre la esfera que yacía en sus manos y ésta creció de tamaño. Las palabras pronunciadas por la Diosa se tornaron cada vez más melancólicas y fúnebres, como si estuvieran relatando la historia de una antigua humanidad, que por culpa de la arrogancia y el desdén de los síndromes variados que apuntaban al amor como causante, osaron a enfrentarse a su dios y sellaron para siempre su destino.
—Incluso yo tuve que pagar las consecuencias de esos actos...— Reflexionó.
Su dicción comenzó a transformarse rápidamente en una canción triste y nostálgica; la Diosa tuvo en ese momento una reminiscencia que la trasladó a su pasado; no siempre fue un ser divino ni traidor a sus creadores como se planteó. Una vez, sintió todo aquello que buscaba eliminar tan afanosamente de los seres humanos; una vez, sintió el amor en su más alta cumbre de esplendor; y lo más triste del caso, es que nunca recordó el nombre de aquél chico a quien alguna vez tanto amó y quien le enseñó lo que era el verdadero significado de amar; no lograba siquiera recordar la mayoría de sus momentos juntos y de los maravillosos instantes que pasó junto a él; y pensar en todo esto, la guío a un estado profundo de vulnerabilidad, ese mismo que sintió en aquella ocasión estando allí en su cuerpo mortal. Fue ahí entonces cuando se afligió y sintió cómo algo dentro de sí se quebraba y sentir ese estado deplorable le hizo volver en sí, y al hacerlo, se llenó de furia y reconfirmó vehementemente con todas sus fuerzas la seguridad que tenía ante la certeza de que el amor no era más que una de las toxinas más venenosas que podían existir y esto incrementó exponencialmente su odio hacia este mismo sentimiento tan tóxico; sin embargo, ya era demasiado tarde; antes de darse cuenta, por la cuenca de sus ojos, brotaba una destellante gota de agua muy cristalina que descendía a lo largo de su mejilla, atravesando así por la comisura de sus labios para terminar finalmente deslizándose por si misma y encallando en la punta de su mentón. Antes de darse cuenta y de que su lágrima pudiera llegar a su destino, sus ojos se encontraban lagrimeándo, tal y como lo hacían los grifos sin llegar a cerrarse por completo; y fue ahí entonces cuando recordó algo más de su querido amado.
''No me importa si debo morir, sacrificarme o matar a cualquier dios y romper alguna regla del universo; yo seguiré al amor de mi vida a dondequiera que ella fuere y la traeré de vuelta a mí.''
Ese fue el último recuerdo que vino a la memoria de la diosa sobre su amado, justo antes de que empezara a explotar en llanto. Aquellas lágrimas caían y se hundían sobre la esfera rosa y rojiza, constituida de arena humedecida y arcilla; la mayoría de ellas, estaban muy cargadas de odio hacia el obstinado amor y habían otras que, estaban llenas de rencor, destinadas a los más puros actos necios y burdos de esta afección; y tal vez, sólo tal vez, había algo más que era totalmente inesperado en esto; el amor, no sólo producía que el ser humano desobedeciese a su creador, sino que también, le llenaba de coraje y valentía, le hacía sentir empoderado y con el control de dominar a su alrededor, a tal punto, que le hacía sentir con tanta fuerza y vitalidad que le llenaba de valor para romper las reglas de los cosmos y de su misma realidad; y todo esto, absolutamente todo esto, inspirado por aquella persona a quien va dirigido su mas fino, puro y sincero amor.
La cantidad inimaginable de lágrimas caídas sobre esa esfera rojiza terminó siendo absorbida por su creación; su color pasó de ser un rojo carmesí a un gris sombrío y lánguido, fue ahí entonces cuando la Diosa cesó su llanto y vio cómo sus cantos, su saliva y sus lágrimas llenas de oleadas de recuerdos variados y odio repulsivo habían funcionado.
La Diosa, orgullosa de su resultado final, soltó la esfera grisácea que yacía en el hueco de sus manos y ésta empezó a alejarse poco a poco, a tan sólo un metro de ella, levitando. Estiró sus brazos y sopló escasamente un poco de su aliento de vida a la esfera; y luego, comenzó a moldearla desde la distancia. La delicadeza se apoderó de la Diosa; era una de las obras más valiosas y de suma importancia en sus manos; y fue así como dedicó gran parte de su esfuerzo y esmero realizando su trabajo más fino y pulido, formándolo así muy minuciosamente y con gran cuidado; incluso, se puede decir que se esfuerzó más de lo habitual en su elaboración.
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Nostalgia de Colosos
Science FictionActo 1: Todo ha sido eliminado sobre la faz de la existencia. De pronto, un día una Diosa novata y nueva en su rol, decide crear sus propios universos, mundos, seres inertes y vivientes; terminando así por crear a los seres humanos. La única diferen...