...No he parado de pensar hasta dónde soy capaz de llegar ya que mi vida está en tus manos y en tu boca. Me he convertido en lo que nunca imaginé. Has dividido en dos mi alma y mi ser porque una parte va contigo aunque a veces no lo sepas ver.... Por fin - Pablo Alboran
Tomó mi mano. Lo mire de reojo. Era perfecto. Era hermoso. Me pidió que me pusiera el cinturón, que no quería volver a perderme, dijo. Reímos aunque sabíamos que era un chiste oscuro. Llegamos al parque. Nunca había estado ahí. Miles de veces lo había visto pero jamás lo había recorrido. Me agarró la mano y me dijo que cerrara los ojos, que deseaba mostrarme un lugar especial. Trepé muchas escaleras. Me faltaba un poco el aire. ''Ya podes abrirlos''. Estábamos parados en el punto más alto. Veíamos toda la ciudad. El atardecer se nos denudaba a nuestra merced. Me abrazó por la espalda, fueron unos minutos en el que el tiempo simplemente se frenó, no había nadie más que nosotros dos. Sentía su perfume, era embriagador. Sacó el celular del bolsillo y murmuró: ''19.45 hs, día 15 de febrero de 2016, primer día como mi novia.'' Me dí vuelta sorprendida. Todavía me ardían los ojos del llanto de mi noche mortuoria. Pero ahí estaba resucitando, naciendo de las cenizas como el ave fénix, gracias a su amor. Estaba sanando. Me sentí feliz como hacía mucho que no sentía.
El me amaba, lo podía sentir. Me elegía a pesar de saber que estaba loca, que tomaba pastillas, que había querido atentar contra mi vida. Me elegía a pesar de haberme visto intoxicada y vomitada en mi cuarto aquel día. Cualquier otra persona habría huido ante tal desquicie pero el seguía ahí, acompañándome, queriéndome sacar adelante.
Lo besé. Lo besé hasta volverme loca. Me encendí. Ardíamos. De repente, me soltó de golpe, dijo que tenía que llevarme a casa, no quería hacer mala letra. Lo entendí. Me pareció extraño, pero le creí.
Ya conocía a mis papás. Los conoció en una circunstancia horrible. Fue él quien les dio aviso de mi intento de suicidio. Y gracias a el, ellos se dieron cuenta y me salvé. Y, no solo eso... Se quedó conmigo ese mediodía hasta que mis padres le pidieron que se retirara para que el médico me revisara. Ese encuentro incomodo había ya sentado las bases de una relación tirante con mis progenitores. Entendía que quisiera comportarse correctamente con ellos ahora y una de las formas era devolviendo me sana y salva y en horarios ''decentes" a mi casa.
Volví, nos escribimos. Estaba tan feliz. La depresión no estaba, la había matado en un segundo. Llevaba años yendo al psiquiatra, al psicólogo y el ,en solo media hora, había curado mi trauma. Entendí todo. El amor era la clave.
Los siguientes días fueron espectaculares a pesar de que en mi casa mi pseudo muerte no había tenido trascendencia. No se hablaba del tema. Como si no hubiese pasado nada.
Su hija menor, la única que vivía bajo su mismo techo, se intentó matar y ellos habían decidido llamarse al silencio. No importa, bah. Nunca les importé. Que les llame la atención este episodio les significaría hacerse mea culpa y ellos nunca pero nunca se cuestionaban así mismos.
Así que, me limité a decirles lo mínimo e imprescindible y a vivir este amor que me tenía elevada en un éxtasis nunca antes visto. No me decían absolutamente nada, supongo que estaban asustados, tenían miedo de que volviera a intentarlo.
Después de nuestra cita en el parque no habíamos vuelto a vernos, el trabajaba todo el día en su negocio familiar y ahora sus horas de trabajo se había duplicado porque estaba cubriendo a su papá que estaba de vacaciones.
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PARAISO
Short StoryHoy escribo esta historia que llevo guardada durante mucho tiempo. Es una historia triste, de un amor a medias, de esos que te hacen tocar el cielo con las manos pero en cada beso, secretamente, te inyectan veneno. Es difícil encontrar un buen punt...