19 de Octubre.1989
-La buena noticia...Los guerreros llegarán dentro tres días,mínimo.-dijo con una elegante sonrisa.El jefe de los militares anunciaba que los "guerreros llegarían a cana nuevamente".- Pero...-la mayoría tenían medias sonrisas,y estaban abrazadas a lo que quedaba de su familia,como yo y mi madre,solo que yo estaba seria.Sabía que parte venía ahora,y no quería ilusionarme con nada,hasta saber la verdad.- Algunos,no llegaron a sobrevivir,por eso a los cuerpos los trasladaremos para que hagan honor a su país.-se quitó el sombrero que hacía referencia a sus años de soldado,y ahora de jefe de todos.Por dentro me decía "por qué nuestros padres y no él?",pero luego recordaba que él había sido un hijo en medio de una guerra mundial. Todos quedamos en silencio por unos momentos mientras un "cura" oraba.
Me sentía incómoda.
Miré hacia atrás en un costado. Se encontraba mi vecino Teo Moon,compañero de escuela y clases,y ahora estaba pasando por lo mismo que yo. Nunca hablábamos más de lo normal. Cuando él y su madre iban a cenar a casa,ya que nuestras madres se llevaban de maravilla,o al revés;o cuando nos dejaban a los dos juntos en trabajos para la escuela.Nada más.Éramos hijos únicos,y nuestros padres estaban luchando contra los "invasores".
Su mirada a veces era tan fría,que te daban escalos fríos.Y esa era la que ahora estaba sobre mi,fijamente. Volví mi vista hacia delante,cuando el "cura" terminó,y dio las gracias por haberlo escuchado.
Luego de una hora más de escuchar al jefe de los soldados-militares,nos levantamos de nuestros respectivos asientos. Estábamos en medio de un parque casi sin nadie alrededor solo las familia de los militares guerreros.
Mi madre se abrazó a la de Moon con mucho cariño de amigas entre ellas.Solo me quedé mirando la escena,cuando luego le avisé a mi madre que caminaría un rato por el parque.
Mi vestido negro se movía por el viento que había esa mañana.Sentí unos pasos que venían hacia mi,pero decidí no darle importancia.Me abracé a mi misma mirando el horizonte verde y con árboles a su pasar.Mi cabello chocaba con mi mejilla,estaba con el ceño frucido,por el viento,y mi piel se estaba erizando. Suspiré,y luego sentí un suspiró más fuerte que el mío a mi lado. Lo miré.
Con sus manos en los bolsillos de sus pnatalones de vestir como siempre,con ese traje que lo hacía un poco mayor de lo normal,y con ese aroma tan varonil que me encantaba.Si.Él me gustaba.
Nadie lo sabía,pero tampoco dejaba que se notara,ni siquiera mi mejor amigo Dylan y mi nueva amiga Liz,que por cierto,era nueva en la ciudad.Lo que menos hacía era demostrar mis sentimientos hacia él,bueno...Eso creo.
Volví mi vista al horizonte.
-También espero volver a ver al señor Holliday.-dijo con su voz tan...serena.No hice nada,solo me volteé a mirarlo sin comprención.Me miró,e hizo una mueca,que al instante borró y me miró fíjo a los ojos.- Lo digo enserio. Aún recuerdo cuando me decía que era su sobrino aunque tu y yo no habláramos. Y me gustaba saber que él me conocía desde que yo tenía siete meses dentro de mi madre.-mientras miraba el horizonte al igual que yo,sus cabello se pegaban a su frente y sus ojos se achinaban.-
-Diann,cariño,debemos irnos.-dijo mi madre apareciendo de la nada.Asentí. Miré a Teo y él hizo un gesto con su cabeza en forma de saludo hacia mi,luego de haber saludado con un beso en la mejilla a mi madre.
Me limité a caminar junto a mi madre y luego subir al auto de ella,para luego viajar hasta casa.--Y...¿Te llevas bien con Teo?.-preguntó mi madre de repente.La miré de reojo.-
-Ni nos hablamos.-dije seca,sin mirarla,y solo hacer lo de siempre: mirar por la ventanilla.-