Sus actos y palabras me dejaban sin habla,sin aliento,¡sin saber qué hacer! Es decir,sé lo que quiero y lo que no,pero cuando se trataba de él en estos momentos,mi cuerpo se convertía en un maniquí. En una estatua. O hasta hacía lo que no pensaba hacer,parecía una marioneta.
Que me haga acercarme más a él,mientras sentía su respiración chocar con mi sien y bajar hasta mimejilla,y a la vez acaricia mi mano,que sigue entrelazada a la de él;se me hacía imposible tratar de interrumpir el momento de nervios y entonces volver a a normalidad.-¿No dirás nada?-preguntó con diversión en su voz. Mi respiración se entrecortó.-¿Piensas volver a no hablarme,otra vez? ¿Cómo hace unos meses atrás?-reí un poco. Ahora no le hablé para saber cómo reaccionaría.-Oye...Me pones nervioso. Contéstame.-dijo ahora algo tenso.Me separé de él sonriendo.-
-Eso me dolió.-me hice la ofendida. Rió.-Y no pretendía hablar.-nuestras manos seguían en la misma pocisión. Una de mis manos,la que no estaba ocupada con la suya,estaba en su costado y tomaba con un poco de fuerza su playera.-
-Es lindo que no quieras arruinar el momento.-escupió de repente.-
-Cállate si no quieres arruinarlo tú.-hablé divertidamente.-
-Está bien,pero no te duermas.-me pidió. Lo miré confundida.- No podría llevarte como una princesa a mi cuarto estando aquí arriba. Eso sería un honor.-dijo dulce y coqueo.Sonreí intimidada. Sonrió orgulloso de sí mismo.- No te preocupes,no pienso hacerte daño.-susurra tiernamente.-
-Yo tampoco pienso hacerlo.-le contesto de manera divertida.-
-No piensas que te violaré y antes me quitarás el amigo,¿o si?-abrí mis ojos de par en par y lo miré ruborizada.- No me digas que jamás haz perdido tu inocencia,menos si sé que lees libros.-abrí mi boca en forma de ofendida. Soltó una carcjada.- Siempre pierdes la inocencia si lees libros.-me guiñó el ojo. Me dieron tantas ganas de besarlo,pero me dispuse a morderme el labio inferior y mirar sus ojos. Sobre lo de la inocencia,tenía mucha razón.-
-Estás tonto,eh.-reimos un poco.Me pegó nuevamente a él.-
-¿Por qué no haces lo que piensas?-preguntó en un murmuro. Apretó un poco mi mano debajo de la suya.-
-¿Por qué debería comenzarlo yo?-preguntéen respuesta. Se acercó rápidamente para besarme,pero mesafé de su agarra y corrí hacia las escaleras,y bajé seguida por él. Comencé a reír y correr alrededor de los dos árboles. Quedó frente a mi mirándome desafiante,hice lo mismo.- Nuestro tiempo llegará en su momento.-dije las palabras de mi padre.-
-Ahora que lo dices,es verdad.-dijo pensativo.- ¿Aceptas quedarte a cenar?-preguntó.-
-Déjame fijarme en mi agenda.-dijo pensativa y divertida. Rió.-Si,tengo tiempo. -reímos. Luego caminé hacia él normal,para luego caminar hacia dentro de su casa hablando de algunas anécdotas más.-
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Volví de la casa de Teo. Sus padres hablaron de sus cosas,mientras Teo y yo hablamos de recuerdos que deseábamos volver a tenerlos. Dijo una frase que me gustó mucho "Luegoestas cosas que nos pasaron se convertirán en historias. Y de las reales". Me hizo pensar que tenía mucha razón. Mi madre tenía turno en el hospital,así que le tocaba estar toda la noche.
Me metí en el cuarto,y luego en mi baño personal. Me tomé una ducha tranquila. Salí,me sequé y me vestí para dormir. Me senté en la cama y recosté mi espalda en la cabecera de la cama.Encendí la TV,y no había nada interesante. Así que decidí apagarla. Miré mi teléfono,y ninguna llamada o mensaje de Dylan. Hoy tuvo cena familiar,los dos odiábamos esas cosas,entonces pensé que me contaría su desgracia,pero parece que le quitaron el teléfono;no era normal que no me contara sus desgracias del día.Suspiré y apagué todo. Me volteédellado opuesto al balcón. Mirélos muebles y pensé en lo que había sucedido con Teo. Me arrepentí alno haberme dejado besar por él. Sonreí por sus lindos gestos y sus palabras. Me giré y mire el techo. Hasta que escché dos golpes en las puertas de cristales.Me sobresalté,me senté rápidamente y miré hacia el balcón. Era Teo. Respiré aliviada.