La luna unió a ambas. Sin importarle la diferencia.
Creen que es una broma, una mala jugarreta y sin embargo.. Es real.
Altibajos pasaran antes de aceptarse..
Desde el ataque de los cazadores habían pasado 10 días, en los cuales había tenido que soportar a la humana dentro de la casa.
Trato de mantenerme lo más ocupada que puedo, y teniendo en cuenta que soy el Alpha, no es muy difícil hacerlo.
Pequeños recuerdos vienen a mi mente, de aquella noche que estuve cerca de Rosalie.
No puedo permitirme estar cerca de esa vampira, todo esto es culpa de la estúpida de mi loba.
"A no, a mi no me culpes... Sabes perfectamente que la necesitamos"
-Yo no ocupo de nadie –gruñí.
"Como digas, sabes que tengo razón"
Estos días me había estado volviendo loca, mi carácter había empeorado y mi lado Alpha dominaba la mayoría de las veces.
Odiaba estar así, pero era la única forma de mantener al margen a Kiara y al resto de vampiros.
La puerta de la biblioteca se abrió, dejando ver a Carlisle y a Derek.
-Alpha –entró –El doctor quiere hablar con usted-
Hice un movimiento de mano y Derek salió, dejándonos solamente al vampiro y a mi.
-¿Que necesitas? –pregunte directamente.
-Creo que nuestra estadía aquí está siendo muy larga –hablo con calma –Y, aunque en lo personal no tenga prisa... Uno de mis hijos, Edward si la tiene-
-¿En serio quiere proteger a esa humana? –murmuré con asco y lo mire asentir –Como sea, mi gente ya esta en eso-
-¿Disculpa?-
-Hace unos días que se han previsto vampiros por la zona, y creeme... No son bienvenidos aquí-
-Gracias –sonrió.
-No, no lo hago por proteger a esa chica.. Si no que, no voy a permitir que esas.. Cosas ataquen a mi manada-
-¡Gala! –entro Azul, mi Delta –¡¿Como es que tienes luna y no me hab..ou-
Se quedo callada al ver al doctor Cullen, Rodee los ojos y Suspire.
-Azul, si no te molesta.. ¿Podrías salir?-
-No, no importa –se levantó el vampiro –Yo paso a retirarme-
|Rosalie|
Estaba recostada sobre el sillón que estaba dentro de la habitación que Gala me había dado.
Mi mente aún daba vueltas pensando en todo lo que pasó aquella noche, algo en esa chica me ponía mal.
Pero no de la forma mala, si no que... Su mirada me transmitía muchísima paz.
Inclusive me trataba de una forma diferente a como lo hacía con los demás.
Su manada hacia lo mismo, algunos hasta me decían luna.. Aunque no sabía el porqué.
-¿Luna? –tocaron La puerta.
-Pase-
Ann se asomo por la puerta eh hizo una reverencia.
-Disculpe que la moleste, pero la Alpha quiere verla-
-Yo no –bufé –Así que dile que se vaya al carajo-
-Que bien hablada eres –la voz de Gala me hizo girar –Fuera..-
Ordeno Gala a la pobre de Ann, quien rápidamente salió de la habitación.
-¿Que rayos quieres?-
-Escucha Rosalie, no me agradas y por lo visto.. Tampoco te agrado –su mirada se centro en mi –Así que hay dos opciones-
Me senté y fije mi vista en ella, tenía un semblante serio... Pero su mirada parecía dolida.
-Si estás aquí por las buenas, tratas de hacer lo que te diga, y no me jodes me vida.. Te daré lo que quieras-
-¿Y si no quiero? –reté.
Una sonrisa curvo sus labios rojizos y sus ojos se volvieron amarillos.
-Estarás atada en el sótano de la casa –apretó los puños –No voy a permitir que una vampira mediocre venga y me ponga en ridículo con mi manda-
-¿Mediocre? –me levante molesta –¡TU eres una estúpida! Me retienes aquí, y ni siquiera me quieres –sentí una opresión en el pecho –¿Porque simplemente no me dejas ir?-
De un momento a otro me encontraba acorralada entre Gala y la pared de la habitación.
Su respiración era acelerada y sus ojos recorrían cada parte de mi rostro.
Su agarre en mis caderas era firme y un poco brusco. Sus ojos destellaron de forma rara.
Me sentía pequeña, indefensa...
-Eres mía Rosalie –musitó cerca de mis labios –Mía y de nadie más-
-Yo no S-soy de na-nadie –respondí nerviosa.
Se cercanía removía algo dentro de mí, la Odiaba.. La detestaba con cada fibra de mi ser.
Pero también quería que terminará con él estúpido espacio que nos separaba... Quería sentir sus labios.
Mi vista viajo hasta su labios, y mis manos inconscientemente se aferraron en su agarre.
Parece que se dio cuenta lo que miraba porque una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
-Mira como reacciona tu cuerpo.. Me necesitas, nos necesitamos –esto último lo susurro.
Como si no quisiese que la escuchara, y antes de dejarme responder o quejarme.
Sus cálidos labios se posaron sobre los míos... Haciendo que un sinfín de emociones corrieran por mi ser.
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