Agonía
Capítulo 1 ''Cumpleaños''
Verónica se despertó esa mañana de una forma extraña, lo primero que hizo fue observar el calendario donde ponía ''Mi cumpleaños'' además de que aparecían multitud de notas en diferentes días del mes, salió de la cama y se dirigió al baño, cumplir dieciocho años no era cualquier cosa, implicaba muchos cambios, observó delante del espejo su rostro y empezó a acariciarlo suavemente detectando espinillas entre otras cosas a la vez que veía que al menos el rutinario color de mejillas seguía latente en ella, y eso le tranquilizó,
Para ella cumplir dieciocho años suponía algo más, no es que legalmente pasara a la edad adulta, ella ya se consideraba adulta cuando tenía dieciséis años, pero los dieciocho años para ella señalaban algo especial, algo que desconocía, pero que sin duda en un momento u otro llegaría y como mayor de edad tendría que estar preparada.
La mirada de Verónica estaba un poco desgastada, el sueño no se había aliado especialmente con ella en el último año, se sentía más cansada, más vulnerable, el pasado se había cebado tanto con ella que este noche tras noche recurría a sus recuerdos para impedirle dormir.
Verónica era una chica inteligente, intuitiva y mentalmente poderosa, sabía dominar cualquier situación que se le presentase, desde pequeña había mirado al miedo a los ojos y se había preparado año tras año para que este no la sorprendiera y mucho menos la hiriera.
Sus ojos eran de un marrón intenso y su físico era extremadamente preocupante, pero no es algo que le hubiese importado mucho durante estos años.
Desde pequeña tuvo que aprender a convivir confiando en si misma, ya que tras la muerte de sus padres se había quedado en varias casas de hospicio y sus compañeros apenas se prestaban a ayudarla, lo cuál esto le hizo a ella aprender la primera lección de la vida ''En este mundo solo estás tú, nadie va a hacer nada por ti'', poco a poco empezaba a crearse una creencia a la que más tarde sería fiel y a la que hasta el día de hoy había sido devota.
Pero Verónica no sólo esperaba este día con ilusión y a la vez pesimismo, también lo había esperado con intriga, ya que hoy recibiría el regalo que su madre le había preparado desde que nació.
La puerta emitió unos leves porrazos, Verónica se quedó callada hasta que volvió a escuchar un segundo aporreo que le obligó a ir hacia la puerta, cuando abrió encontró a un muchacho, unos dos o tres años más grande que ella, portaba un paquete y encima de el la libreta de firmas de las entregas, Verónica firmó con destreza y despidió al mensajero que se quedó mirándola fijamente con una sonrisa en la boca.
Se fue hacia el salón y depositó el paquete en la mesa, lo abrió cuidadosamente y encontró una carta donde se podía leer: ''Para Verónica'', Verónica desdobló el papel y empezó a leer.
''Todo va a cambiar, mantente alerta, no tengas miedo, no te separes de tus amigos, son una clave importante en tu formación como persona, todo cuanto conoces está a punto de cambiar, me encontraba en la necesidad de relatarte lo que pasará, pero prefiero que lo descubras tu misma, para que siempre estés alerta y atenta, no sabrás cuando pasará, ni que pasará y como te afectará, sólo te daré una pista, ''Al empezar todo es nuevo y al acabar todo se torna a negro''. Se que estás preparada y podrás hacerlo, procura no estar nunca sola lo que va a ocurrirte en alguna ocasión va a llegar al punto de desquiciarte y si estás sola no sabrás encontrar la solución'', dobló el papel y cogió un paquete pequeño y lo abrió, junto a el había otra nota. ''Esto es una triqueta, simboliza la vida, la muerte y las tres mujeres de la vida, llévala siempre contigo, puede serte útil en todo momento, no la pierdas, no la regales, y evita el fuego, si la triqueta es sometida al fuego esta y su portador sucumbirán en las llamas''.
Cogió la triqueta y se la colocó en el cuello, se miró al espejo y releyó la nota, ¿qué significará esa pista?, ''Al empezar todo es nuevo y al acabar todo se torna a negro'', cogió la nota y la caja donde venía el colgante y la guardó en un cajón, procuró pensar en el cumpleaños, en la fiesta, en sus amigos hasta que consiguió despejar de su cabeza la nota de su madre y sus reiteradas advertencias, se dirigió al baño y se quedó parada pensativa ante el espejo, nuevamente pensó en que esto estaba pasando, era la realidad y tenía que estar preparada.